Créditos Imagen: Carlos Téller Foto: AVS PHOTO REPORT
Alexander Mendoza | Prensa LVBP
Zapopan.- Carlos Teller siempre está dispuesto a entablar una buena conversación con los medios y por estos días no ha parado de hablar con la prensa. Con buena cara, trata de dedicar todo el tiempo que le permite el protocolo para conceder entrevistas. A fin de cuentas, muy pocas veces un nicaragüense aparece en el roster activo de uno de los equipos campeones, que asisten a la Serie del Caribe. El zurdo de Caribes de Anzoátegui es una rareza.
“Bueno, ningún lanzador de Nicaragua ha ganado un partido en este evento, creo que el último compatriota que participó fue Everth Cabrera”, trató de hacer memoria.
Cabrera, un fino parador en corto que jugó en las Grandes Ligas entre 2009 y 2015, con San Diego y los Orioles de Baltimore, se tituló campeón con el uniforme de los Yaquis de Ciudad Obregón, en 2011, cuando Mayagüez organizó el evento.
Los otros nicas que han participado en el Clásico Caribeño son Dennis Martínez, gloria deportiva en su país, Antonio Chévez, Albert Williams y Porfirio Altamirano, quienes también actuaron en las Mayores, a diferencia de Téller.
“Será un momento muy bonito, una gran oportunidad de poner en alto el nombre de Nicaragua, pero representando a Caribes, el equipo que me dio la confianza de estar aquí”, dijo el zurdo de 31 años de edad, abridor del cuarto encuentro de Anzoátegui, contra los Criollos de Caguas, el lunes por la tarde.
Téller llegó a Caribes en un momento de crisis y terminó con récord de 1-0 y 0.39 de efectividad en 23.1 innings desde su primera salida el 29 de diciembre, una actuación fundamental para que los orientales alcanzaran su tercer título en la Liga Venezolana de Beisbol Profesional.
“Estábamos desesperados. Necesitábamos pitcheo abridor con urgencia”, recordó Samuel Moscatel, gerente general de Anzoátegui. “Entonces se me ocurrió llamar a Denis Phipps, quien estaba jugando en Nicaragua. Lo despedimos por bajo rendimiento, pero nuestras relaciones quedaron en muy buenos términos, así que nos comunicamos con él y no dudó en mencionar a Téller (lanzador del Bóer). Fue un gran descubrimiento. Todavía sigue con nosotros”.
Esos giros del destino, ahora tienen a Téller a las puertas de hacer historia, si logra apuntarse un triunfo en Jalisco. El último compatriota del tirador que lanzó en una Serie del Caribe fue Altamirano, en 1984, con las Águilas del Zulia. El derecho tiró dos ceros y se coronó con los alados, pero no pudo ganar. Tampoco lo hizo Martínez, quien tuvo dos oportunidades y perdió ambas en 1977 y 1979. En 1978, Chévez brilló con los Indios de Mayagüez, pero no tuvo decisiones. Más tarde, en 1983, Albert Williams, con los Tiburones de La Guaira, se apuntó un juego salvado.
“No trato de hacer demás, solo mantener mi plan de trabajo. Voy a seguir colocando la bola bajita en la zona e imponer el ritmo del juego bajo mis términos”, destacó Teller, que trata de no pensar mucho en lo que significa para su país estar en la Serie Mundial Latinoamericana, sin perder el sentido de la responsabilidad.
“Fuera de la selección de mi país en el que he participado en dos eventos clasificatorios para el Clásico Mundial, este es evento internacional más importante de mi carrera. Es algo muy bonito y es como un premio a la perseverancia. Lo estoy disfrutando”.
Téller es todo un trotamundos. Ha jugado en Colombia, Panamá, México y desde hace dos temporadas en Venezuela, donde también actuó para el Zulia, equipo que lo cesanteó. En Ligas Menores logró subir hasta Triple A con los Gigantes de San Francisco, en 2013.
“Creo que todo ese cúmulos de conocimientos me ha llevado hasta donde estoy. Pienso que el éxito que tuve con Caribes se lo debo a mi experiencia con las Águilas, que me permitió conocer la liga. Eso me ayudó a ejecutar mis pitcheos y saber cómo enfrentar a ciertos bateadores, a localizar mejor los envíos”.
El zurdo volvió a estrechar la mano de un reportero local, después de contestar, una vez más, preguntas sobre “lo que siente ser de Nicaragua y estar en una Serie del Caribe”. Luego, alguien lo inquirió sobre “sus expectativas” con los Olmecas de Tabasco en 2018.
“Hay que seguir trabajando, es una temporada larga y comienza otra”, apuntó con su acostumbrada afabilidad.