Luis Aparicio fue inmortalizado hace 40 años

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Créditos Imagen: Luis Aparicio | Fotos: Getty Images

 

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Caracas.- Luis Ernesto Aparicio fue exaltado al Salón de la Fama de las Grandes Ligas hace 40 años, lo que se mantiene en el tiempo como uno de los hechos más importantes en la historia del deporte nacional.

Aparicio nació el 29 de abril de 1934 en Maracaibo, por lo que hace poco sopló 90 velitas en su pastel de aniversario. Fue firmado como agente libre amateur por los Medias Blancas de Chicago, con 19 años de edad, y apenas pasó dos temporadas en Ligas Menores, antes de hacer su debut en las Grandes Ligas, el 17 de abril de 1956.

Aparicio rápidamente se hizo un nombre como campocorto titular, liderando la Liga Americana, con 21 bases robadas y 14 toques de sacrificio. Su excelsa capacidad para defender las paradas cortas, habilidad natural para desplazarse entre las almohadillas y juego agresivo, le valieron para convertirse en el primer pelotero latinoamericano en ganar el Premio al Novato del Año.

Ese fue el inicio de una cadena de nueve campañas consecutivas en las que encabezó el joven circuito en estafas. Ningún otro jugador en la historia, ha liderado su liga en robos durante más de seis años seguidos.

En 1959, Little Louie impulsó a los Medias Blancas hasta la Serie Mundial, gracias a 157 hits, 98 anotadas y 56 estafas, estadísticas que le ayudaron a terminar segundo en la votación al Jugador Más Valioso. Aunque su equipo perdió ante los Dodgers de Los Ángeles en el Clásico de Otoño, Aparicio bateó .308, con ocho indiscutibles en 26 turnos.

El marabino lideró a los campocortos de la Americana en porcentaje de fildeo cada año desde 1959 hasta 1966 y acumuló nueve premios Guantes de Oro a lo largo de su carrera.

“Es el mejor que he visto en mi vida”, dijo el ex propietario de Chicago y futuro miembro del Salón de la Fama, Bill Veeck en 1959. “Hace jugadas que sé que no se pueden hacer, pero las hace casi todos los días”.

Luego de ser un miembro integral de los Go-Go White Sox, Chicago cambió a Aparicio a Baltimore el 14 de enero de 1963. En sus cinco años con los Orioles, lideró la Liga Americana en bases robadas dos veces. Aparicio también hizo su segunda incursión en una Serie Mundial. Esta vez, sus Orioles barrieron a los Dodgers, para ganarlo todo en 1966.

Los Medias Blancas de su época fueron conocidos por su velocidad y una fuerte defensa, en buena medida gracias a que Aparicio y el segunda base Nellie Fox se erigieron en una de las mejores combinaciones de doble plays en los anales de las Mayores. Al llegar a Baltimore, junto con Brooks Robinson (3B) y Jerry Adair (2B), el venezolano estableció uno de los mejores cuadros defensivos de todos los tiempos. De hecho, Aparicio tuvo un promedio de fildeo de .983 en 1963, un nuevo récord para los torpederos en una temporada, que se mantuvo vigente hasta 2002, cuando Mike Bordick lo rompió, al registrar.998, vistiendo el uniforme de Baltimore.

“Aparicio y Fox le dieron al equipo una fuerza extraordinaria en el medio del campo y el mánager Al López, un futuro miembro del Salón de la Fama, elogió al dúo. López promocionó la dupla Aparicio-Fox como la mejor combinación alrededor de la segunda base y piedra angular de todos los tiempos de Chicago. ‘He estado cerca de algunas máquinas espectaculares alrededor de la segunda base’, apuntó López, ‘pero nunca he visto nada mejor que Fox y Aparicio’”, reseñó el historiador Lew H. Freedman, en su libro “Leyendas del beisbol latino: una enciclopedia”, publicado en 2010.

Aparicio regresó a los Medias Blancas después de la zafra de 1967, vía cambio, y pasó tres años más con Chicago antes de canjeado a los Medias Rojas de Boston, con los que apareció en sus últimas tres contiendas en MLB.

 

 

“No me sorprendió que él llegara (al Salón de la Fama), porque si una persona se lo merecía, era Luis. Era un segundo bate excepcional, los doble plays que fabricaba, jugaba fuerte todos los días. Si te pones a ver a Luis Aparicio, era completo, en todos los aspectos. Bateaba increíble, no era jonronero, porque no era grande, pero tremendo corredor de bases, fildeaba, tremendo brazo”, le comentó Orlando “Peruchín” Cepeda, recientemente fallecido, al periodista Augusto Cárdenas, quien escribió la última biografía de Aparicio.

“Si me preguntan quién es el mejor shortstop que haya visto, ese se llama Luis Aparicio. Cuando yo jugué con él (en Boston) tenía 40 años (en realidad eran 39 años en 1973) y hacía todas las jugadas habidas y por haber… no te cometía un error mental, era un jugador perfecto”, agregó Cepeda, otro inquilino de Cooperstown.

 

Luis Aparicio, primer venezolano en Cooperstown y el único hasta ahora

Little Louie Aparicio –heredero de su padre Luis Aparicio Ortega, conocido como El Grande- se retiró con 2.673 hits en su brillante trayectoria jugando sólo en las paradas cortas (los otros cuatro indiscutibles llegaron como emergente), cifra que fue un récord de Grandes Ligas que se mantuvo sin igualar hasta que Derek Jeter lo superó el 17 de agosto de 2009.

“Vi a muchos jugadores excepcionales, pero no es demasiado difícil elegir un equipo de estrellas compuesto por peloteros de la Liga Americana, durante mi época. Jim Hegan sería mi receptor. Brooks Robinson era un tercera base fantástico, de eso no hay duda. George Kell también era genial. El mejor campocorto era Luis Aparicio. Yo pondría a Joe Gordon en la segunda base, estaba en las postrimerías de su carrera cuando llegué allí, pero aun así era genial. Bobby Richardson también era un buen jugador y nunca decía una palabra a los árbitros. Nellie Fox era un tipo duro, hacía más cosas para vencer al rival que cualquier otra persona que haya conocido. Luego, en primera, tendría a Mickey Vernon. En los jardines, por supuesto, estarían Ted Williams, Joe DiMaggio y Mickey Mantle”, destacó Bill McKinley, quien está en el Salón de la Fama como umpire, de acuerdo con Baseball Almanac.

Aparicio, de 5 pies 9 pulgadas y 160 libras, según los registros oficiales (1,75 mt, 72 kg), jugó su último partido el 28 de septiembre de 1973, a la edad de 39 años y 152 días, y se retiró oficialmente después de que los Medias Rojas lo dejaran en libertad en marzo de 1974, durante los Entrenamientos de Primavera.

Al momento de colgar los ganchos, tenía las marcas para campocortos en juegos jugados, dobles matanzas realizadas y asistencias. Terminó su carrera con 2.677 hits y 506 bases robadas, mientras que fue seleccionado para 13 Juegos de Estrellas.

Los miembros de la Asociación de Escritores de Beisbol de Estados Unidos decidieron enviar a Aparicio al Salón de la Fama, en su sexto año de elegibilidad, en 1984, cuando finalmente recibió suficientes votos (84,6%).

El premio que reconoce al mejor pelotero venezolano durante una temporada de las Grandes Ligas, lleva el nombre de Luis Aparicio desde su creación en 2004. Lo que ilustra la importancia de su legado en el principal deporte del país.

 

 

 

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