Créditos Imagen: Néstor Smith Foto: Prensa LVBP
José Ángel Rodríguez | Prensa LVBP
Valencia.- El único día libre de la Gran Final 2021-2022, entre Caribes de Anzoátegui y Navegantes del Magallanes, coincide en el calendario con el cumpleaños de Néstor Smith, coach de bateo de la Tribu en las últimas tres temporadas, siendo finalista en cada una de ellas. Su nombre suena con recurrencia entre los peloteros que lo señalan como uno de los principales responsables de la evolución con el madero en sus carreras en la LVBP, no solo dentro de la choza, sino en la Carabela.
Smith, quien jugó nueve temporadas como pelotero activo con Tigres de Aragua y Tiburones de La Guaira, hasta la zafra 2005-2006, conoce muy bien las virtudes y defectos de los paleadores del conjunto oriental, y también de algunas figuras de la divisa del Cabriales, como es el caso de Alberto González, Gabriel Noriega y Alberth Martínez, a quienes tuvo oportunidad de instruir como hitting coach de Senadores de Caracas, equipo campeón de la primera edición de la Liga Mayor de Beisbol Profesional.
Al nativo de Maturín, le gusta conversar, lo demuestra en cada práctica previa al comienzo de los encuentros. Allí, se le ve en su particular zona de poder, en una exhibición dinámica hacia Víctor Reyes sobre cómo hacer milimétricos ajustes en la forma de pararse en el home, o adentrándose en el clubhouse para conocer cómo se siente Asdrúbal Cabrera, tras decidir no hacer práctica de bateo previa al tercer juego de la serie, en Valencia.
“Yo he saboreado esto durante los últimos tres años. Te puedo decir que el primero, que fue en 2019, sí fue complicado para mí porque fue mi primera experiencia con ellos. Estaba saliendo ya hace algunos años como jugador activo y tuve que empaparme, aprender a manejar esa constelación de estrellas. Esa fue la parte más difícil para mí ese año”, recordó Smith, sobre esa campaña, en la que Anzoátegui perdió la final en siete juegos contra Cardenales de Lara.
Desde su llegada como instructor, el equipo aborigen es absoluto líder en jonrones conectados en el circuito durante ronda regular, con 123. Hecho que quizás pudiera traer a la mente las bondades ofensivas del Estadio Alfonso “Chico” Carrasquel de Puerto La Cruz, pero que toman una justa dimensión si se considera que la zafra pasada, disputaron sus encuentros como local en Maracay, y un certamen antes de que el monaguense asumiera funciones, la divisa disparó 26 vuelacercas menos que los líderes del departamento, Magallanes.
“Cuando me vuelven a dar el trabajo en el 2020, ya vine con más experiencia, sabiendo que debía conocer la trayectoria de ellos y mi trabajo era más de aportar sobre situaciones que ellos no ven cuando están bateando. Yo siempre llevo un chart en el juego y eso me ha facilitado mucho descifrar qué pitcheos están fallando del equipo contrario”, explicó.
“Y este año vine con aún más experiencia, tengo a Víctor Reyes, que ha reforzado el lineup. Ha mejorado en los últimos juegos, la gente habla de slump, pero para mí, esas son cábalas. Porque si yo busco los hightligths en Grandes Ligas de él, son impresionantes, entonces son pequeñas cosas que uno le anexa al bateador”, terminó de resumir su travesía durante este trío de campañas puliendo las flechas.
En el roster de Anzoátegui para la serie por el gallardete local de la presente edición, hay 10 bateadores con experiencia en la Gran Carpa, aunque quizás, el más imponente de la actualidad, no sea ligamayorista.
“Voy a ser sincero, la afinidad que tengo con Balbino Fuenmayor es fuerte, él ha sido una de las personas con las que he conversado más sobre temas de bateo”, admitió sobre el Jugador Más Valioso y Regreso del Año, marcado por una notable progresión de enfoque que le hizo coquetear con la Triple Corona, dejando atrás la simplicidad de ser catalogado solo como slugger.
“El mismo Oswaldo Arcia que lo tuve en Senadores durante casi toda la temporada muerta de la LVBP, y con todos en general: Willians Astudillo, Niuman Romero. Le hice una acotación a Asdrúbal Cabrera, porque me gusta preguntar cómo es la situación de un hitting coach en los Estados Unidos y parece mentira que es prácticamente lo mismo, la diferencia son los niveles”, prosiguió al ser consultado sobre los jugadores con los que interactúa con mayor frecuencia.
En esa experiencia con Senadores, en la LMBP, también dejó su huella.
“Néstor Smith, me ayudó mucho en la forma de batear, me dijo que subiera la mano y cargara un poco más temprano”, admitió el “Tico” González, a mitad de la temporada con Navegantes, en la que terminó con un descollante desempeño de .337/.379/.434 y OPS de .813. en 40 encuentros.
Aún más sorpresivo resultó el rendimiento con el madero de su cofrade nauta, Gabriel Noriega, quien culminó con la mejor línea ofensiva de su carrera en el circuito: .338/.394/.515 y OPS de .910. “Se debe al trabajo que hice este año en la Liga Mayor y con el hitting coach Néstor Smith”, acreditó el torpedero tras su explosivo inicio de certamen. “Los pequeños ajustes de ser más paciente en el home, ver mayor cantidad de pitcheos y siempre tener la mente en dar un buen contacto”, puntualizó.
“El bateo es de comprender más al bateador, la teoría que se da todos los días antes de entrar en el trabajo, porque sabemos que todos tenemos familia y tienen problemas. A Noriega y al ‘Tico’ ya los conocía, pero tuvimos la oportunidad de trabajar este año con ellos. Lo que hice fue conversar con sinceridad con ellos, sin hostigar. El secreto es estar dentro del pelotero y procesar el mismo sentimiento que ellos”, glosó Smith, con relación a la combinación técnica y mental que aplica como filosofía.
La oportunidad de la Gran Final también es propicia para encontrarse con Robert Pérez, coach de bateo en la acera contraria, a quien recurre eventualmente para intercambiar conceptos relacionados a la labor que ambos desempeñan.
“Yo converso con él, parece mentira, pero durante todo el año estuve hablando con él para conocer cómo maneja situaciones, simplemente hablamos, y más siendo quién es él… Estar más pendiente de si sube la bola, si entra tarde o esas cosas, porque normalmente al bateador no hay que hostigarlo mucho”, afirmó.
“Nestor Smith no descansa, 24 horas con mis bateadores hasta que comienza el play, y cuando veo las cosas, me muevo, por eso es que llevo un chart… Me vienen a preguntar ¿Cómo me lanzaron? Y ahí está la información del pelotero, por eso se debe conocer el trabajo del hitting coach”, finalizó.
Ante tal compromiso y dedicación, pocos se sorprenderían si en mitad de su cumpleaños 44, imparte alguna clase del difícil arte de batear.
Salud, Néstor.