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Manolo Hernández Douen | LasMayores.com
San Francisco.- Vinicio Castilla y Ellis Burks son dos de los peloteros que escribieron páginas de gloria con los Rockies y que siguen al servicio de la organización con base en Denver, Colorado. Tanto el tercera base de Oaxaca, México, como el jardinero de Vicksburg, Mississippi, coinciden de manera firme en que ese equipo tiene que sentirse orgulloso de lo logrado por el venezolano Carlos González.
“Estoy muy contento, muy orgulloso de su carrera y del año que está teniendo, ha hecho cosas increíbles con esta organización”, declaró Castilla, que disparó 320 bambinazos en la Gran Carpa, la mayoría con los Rockies. “Y sigue siendo un chamaquito, que va a seguir mejorando en cada aspecto”.
“Te puede ganar un juego de cualquier manera, tanto con un toque de bola, como con un jonrón, con una base robada, una jugada defensiva o un tiro para sacar a un corredor en las bases”, elogió Castilla. “Es un peloterazo muy completo. Es de los que a la gente que le agrada la pelota, le gusta venir al estadio a ver”.
Castilla ha tenido la oportunidad de seguir de cerca la carrera de González con los Rockies, cuyos comienzos datan del 2009, por ser un asistente a la gerencia general de la novena de las Montañas Rocosas.
“Es la organización que me dio la oportunidad de establecerme como un pelotero de Grandes Ligas”, rememoró Castilla. “Estoy muy contento, muy agradecido que después de que haya terminado mi carrera siga trabajando para ellos. Me han tratado siempre de maravilla”.
“Estar dentro del beisbol es lo que más me gusta”, expresó Castilla, que a sus 49 años luce físicamente como si estuviera listo para empuñar el bate de nuevo. “Es lo que sé hacer. Me encanta estar uniformado, seguir compartiendo con todos los muchachos en el club house, en el dugout, en el terreno de juego. Es algo que está en mi sangre. Hasta donde yo pueda voy a estar desempeñando un cargo dentro del beisbol”.
Varios metros más allá en los vestidores de los Rockies está el también otrora bateador de lujo Burks, actualmente asistente especial y consejero del dirigente Walt Weiss y que también proclama a los cuatro vientos la gran valía de González a los Rockies.
“Carlos es un pelotero de Grandes Ligas excepcional”, aseguró Burks, que conectó 40 palos de vuelta entera con los Rockies en el 1996. “Lo hace todo. Tiene todas las herramientas. Es uno de esos peloteros que uno ve una sola vez en la vida. En la pelota de hoy, solamente puedo pensar en tres que pueden hacer todas esas cosas que Carlos hace: Mike Trout, Andrew McCutchen y CarGo”.
“Y Carlos es uno de esos tipos a los que nunca hay que decirle que trabaje fuerte, porque lo hace todo el tiempo”, acentuó Burks. “Esa es una de las cosas que más aprecio de él”.
Por su parte, González, que se prepara para intervenir en su tercer Juego de Estrellas y primero desde el 2013, agradece todos esos comentarios y se siente feliz de haber aportado su granito de arena a los Rockies.
“Con lo poco que he hecho, me siento obviamente bien”, dijo González, que reverdeció laureles al irse para la calle 40 veces en el 2015 y que va de nuevo por un camino deslumbrante. “Uno no puede ser mal agradecido por las cosas que se le presentan. He tenido muchas cosas buenas con este equipo. Ser tres veces Guante de Oro, dos Silver Slugger, Bates de Plata, campeón bate. Son muchas cosas que nunca soñé que pasarían con una sola organización, pero no hay que dejar que esos logros nos limiten. Hay que seguir mejorando como persona y como pelotero”.
Gracias a su envidiable campaña del 2016, González, que promedia .319, con 18 jonrones y 51 carreras impulsadas en sus primeros 81 juegos de la temporada, disfrutará el martes en San Diego de un placer que no gozaba desde hace varias campañas.
“Lo que más me llena de orgullo (ser electo a un Juego de Estrellas por primera vez desde el 2013) es ser reconocido después de todas las fases que tuve que pasar con las lesiones, por estar mucho tiempo fuera de juego y después volver sin estar a mi nivel”.
“Hubo muchos momentos en ese largo proceso en el que dudaba si me iba a recuperar, pero obviamente pasé esa etapa y ser reconocido de esta forma me llena de satisfacción”, comentó González, que al conectar su cuadrangular 189 con los Rockies -27 de junio en Toronto- superó a Troy Tulowitzki y se quedó de modo absoluto con el quinto puesto de la historia de esa novena.
Sin ser un pelotero de edad avanzada -el marabino apenas cumplirá 31 años en octubre- tiene ahora el rol de ser una especie de hermano mayor de toda una generación de titulares de los Rockies que poco a poco va encaminando a la organización a un porvenir que luce promisorio.
“Poder llegar a una Serie Mundial sería uno de mis sueños”, confesó González. “Tenemos buen talento, un lineup muy balanceado y jugadores que hace poco eran jóvenes que trataban de establecerse y ya son peloteros que han aparecido en Juegos de Estrellas. Tenemos también jóvenes que van creciendo como (el paracorto Trevor) Story”.
“Son cosas que te llenan de emoción, saber que estamos mejorando como club”, agregó el campeón de bateo de la Liga Nacional en el 2010 con promedio de .336. “A lo mejor los sueños no están a la vuelta de la esquina, pero hay que seguir trabajando. Hay que mantener esa mente positiva, sabiendo que poco a poco se va llenando el vaso. Esperamos que (ese éxito en la cumbre de la postemporada) no sea tan lejos”.
Nolan Arenado, D. J. LeMahieu, Charlie Blackmon, Story y el venezolano Gerardo Parra son peloteros de posición que van dándole a los Rockies una imagen respetable. González espera estar alrededor de ese grupo para cuando llegue la etapa en la que Colorado sea un hueso mucho más duro de roer en la División Oeste de la Liga Nacional.
“Yo me siento bastante bien, saben (sus compañeros de equipo) que conmigo pueden sentirse a gusto”, concluyó Gonzalez. “Yo todavía me comporto como un niño. Trato de mantenerme de la mejor forma y a la vez ayudarlos a ellos a crecer también como jugadores”.