Créditos Imagen:
LasMayores.com | .
Lakeland, Florida.- El miércoles se reportó por primera vez a los campos de entrenamientos de los Tigres el jovencito Víctor José Martínez. El hijo del bateador designado de los bengalíes, cuya presencia en el equipo se ha hecho costumbre en cada verano, tuvo el día libre en la escuela y se mostró feliz de reencontrarse con viejos amigos en el clubhouse.
Su padre, Víctor Martínez, no vio acción el miércoles con los equipos divididos de los Tigres y en cambio permaneció en el Joker Marchant Stadium para trabajar en las jaulas de bateo. Pero el jueves reapareció en la alineación y bateó de 3-2 con dos carreras producidas para dejar su promedio esta primavera en .667.
El martes, su cuadrangular en contra de los Piratas lo hizo lucir como en sus años mozos, pero el veterano de 37 años de edad no da por hecho su regreso.
“Un partido jamás dictará lo que vas a hacer en este deporte”, dijo Martínez acerca de su actuación del martes. “Ustedes lo saben mejor que nadie. Ustedes han visto a mucha gente batear para .400, .500 en los entrenamientos primaverales, y una vez que la temporada arranca, es un juego diferente”.
A pesar de ello, V-Mart no pudo ocultar del todo su ánimo, si no por el resultado, sí por su estado físico actual.
“Me siento más fuerte que el año pasado”, destacó Martínez. “Es bien diferente pasar por una rehabilitación (en el invierno) que trabajar para fortalecerte físicamente. Son dos cosas muy diferentes. Pasé casi todo el año rehabilitándome. Pero no hay excusas. Simplemente es muy diferente pasar por una rehabilitación que trabajar normal de cara a una temporada. Me siento bastante bien. Toco madera”, destacó.
El venezolano se tocó los dientes con sus nudillos para ese propósito. Es el pelotero de más edad en el clubhouse de los Tigres, pero no es exactamente George Washington.
El swing a la zurda del ambidiestro lució bastante bien el martes cuando conectó un batazo que haló hacia la barda del jardín derecho. Ese lado del plato fue el que le dio problemas el año pasado, el swing en el que su rodilla izquierda y un desgarre de meniscos le brindaron muy poca estabilidad, ni qué hablar del poder. El cañonero conectó 10 jonrones desde ese lado el año pasado, pero en 351 turnos al bate. Con apenas 12 dobles, su porcentaje de slugging de .339 fue tan bajo como su promedio de .219 en contra de pitchers derechos. En contraste, bateó para .348 (de 89-31) con un porcentaje de embasarse más slugging (OPS) de .870 frente a zurdos.
Ni Martínez ni el manager Brad Ausmus se enfocan tanto en los números como lo hacen en el swing.
“Me siento más fuerte este año”, recalcó. “Siento que puedo utilizar más piernas un poco más. Soy la clase de bateador que se apoya mucho en sus pies en cada swing”.
Ausmus ve una diferencia, en el plato y en todas partes.
“Luce visiblemente más fuerte”, indicó Ausmus, “cuando camina alrededor del plato, cuando se para sobre éste. No existe duda desde el primer día, he estado observando a Víctor muy de cerca, no solamente en sus swings sino también en cómo se mantiene activo. Hasta ahora todo luce bien”.
Para Martínez, hay que seguir trabajando.
“Siempre hay lugar para mejorar”, comentó. “Si estás satisfecho con lo que tienes y con lo que has logrado, creo que estás equivocado. Este deporte se mide día a día, juego por juego, pitcheo tras pitcheo. El día de ayer ya quedó atrás. Hoy es un nuevo día. Se trata de ser consistente. Este juego tiene que ver con la consistencia”.