Créditos Imagen: Oswaldo Guillén Foto: AVS PHOTO REPORT
Andriw Sánchez Ruiz | Prensa LVBP
Caracas.- El tren gerencial de los Tiburones de La Guaira tiene 14 temporadas y vaya que ha pasado momentos complicados. Primero que nada, no ha terminado con la sequía de títulos que data de la 1985-1986. Fue difícil la campaña 2004-2005, el estreno de los ejecutivos, cuando el proceso de adaptación desembocó en 21 derrotas de 62 juegos posibles. Y también resultó dura la eliminación de la zafra 2012-2013, luego de disputar la gran final en el campeonato anterior.
Pero para Antonio José Herrera, vicepresidente de la organización y quien ha vivido cada una de las risas y penas guairistas desde 2004, no existe un torneo tan tortuoso como el presente.
“Yo creo que esta ha sido la peor temporada de nuestra historia como directiva”, dijo Herrera en un encuentro con los medios de comunicación, poco antes de que los salados llegaran al miércoles bajo la dependencia de un milagro para evitar la eliminación. “Durante las Reuniones Invernales de las Grandes Ligas (hace una semana), tuve la oportunidad de reunirme con Francisco Arocha (presidente), Leonardo Campins (gerente general) y Alejandro Herrera (coordinador del área deportiva). Hemos hecho un análisis riguroso de esta temporada porque creíamos que podría ser mejor debido a que teníamos a Oswaldo Guillén (como manager) por segundo año y la gerencia intacta, pero no fue así”.
Los escualos han estado en los últimos dos puestos de la clasificación durante más de la mitad de la temporada. La última vez que se metieron entre los seis mejores fue el 29 de noviembre, cuando lograron igualar a los Caribes de Anzoátegui, que actualmente galopan sin muchos contratiempos a enero.
Después del juego contra los Navegantes del Magallanes, el miércoles, la directiva había visto 467 victorias y 533 derrotas –sumadas las actuaciones en la postemporada- desde que tomó las riendas del equipo en la campaña 2004-2005.
PESADILLAS EN LA RUTA
Una de las tantas cosas que complicaron este año a los Tiburones fue su incapacidad de mantener un buen desempeño como visitantes. La falencia fue aguda, pues el récord de 7-22 es el peor del circuito. De hecho, el cardumen no ha sido un equipo débil como home club. En tal condición su registro es de 14-13.
El primero que conocía la importancia de arrebatar triunfos en la ruta era el manager Guillén. “Si nosotros no tenemos la capacidad de ganar como visitantes es mejor que hagamos planes lejos de la liga en enero”, señaló a finales de noviembre. “Porque eso no nos llevará a nada bueno esta temporada”.
La ausencia de grandes batazos también le ha dificultado la existencia al equipo. Amaneció este jueves con 112 extrabases, la segunda peor cifra, solo por encima de los 99 de los Bravos de Margarita. Pero, a pesar de la abundancia de negatividades, por lo menos el receptor novato Arvicent Pérez brilló.
“Arvicent fue una gran sorpresa para nosotros”, expresó Herrera. “Estaba previsto que fuera el segundo catcher y terminó siendo el titular”.