Héctor Rondón progresa como cerrador de Cachorros

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Manolo Hernández Douen | LasMayores.com

 

Quizás Héctor Rondón no sea el cerrador más famoso, pero ha progresado tanto en los últimos años que el dirigente de los Cachorros de Chicago, Joe Maddon, llega a compararlo con Rafael Soriano, uno de los grandes taponeros latinoamericanos de décadas recientes en las Grandes Ligas.

“Va creciendo, va comprendiendo mejor su rol”, elogió de Rondón el manejador del equipo que actualmente tiene el mejor récord en las Mayores. “Lo que me impresiona más de él es que se ha convertido en un mejor lanzador y por eso ha tenido éxito. No está solamente tratando de tirar rectas para pasar a los bateadores”.

“Es como (el dominicano) Soriano”, comparó Maddon. “Como cerrador, Rafael podía simplemente demoler a los bateadores con su recta, pero no era lo que hacía. Cuando Héctor empezó a usar mejor todos sus lanzamientos, se convirtió en un pitcher más efectivo”.

Usted no encontrará en estos momentos a Rondón mencionado en la lista de los cerradores con más juegos salvados, pero la razón no es su carencia de calidad -no ha desperdiciado ningún chance de los ocho que se le han presentado en el 2016- sino que no se le han presentado muchas oportunidades.

“Eso está bien, porque de esta manera se encuentra más descansado”, comentó Maddon. “Los juegos que hemos ganado han sido usualmente de amplio carreraje y por eso no lo hemos utilizado (con mucha frecuencia). Es apenas el comienzo del año. Lo usaremos más a medida que avance la temporada”.

Como los demás Cachorros, Rondón se nutrió en 2015 con la experiencia de haber participado en la postemporada, especialmente por el hecho de que salvó dos juegos frente a los Cardenales de San Luis en la Serie Divisional, pero Maddon considera que lo que mejor lo ayudó se produjo cuando no las tenía todas consigo.

“Su mejor experiencia, la cual fue muy beneficiosa, fue cuando lo sacamos de ese papel”, apuntó Maddon. “En ningún momento se quejó, sino que se reinventó a sí mismo y se convirtió en un mejor lanzador, no solamente en un tirador de pelotas”.

De Guatire, en el estado Miranda, Rondón, firmado por la organización de los Indios de Cleveland en el 2004 y debutante en las Grandes Ligas con los Cachorros en 2013, no está preocupado por la falta de trabajo en situaciones de salvamento.

“Trato de aprovechar las oportunidades”, señaló Rondón, que hilvana 19 salvamentos exitosos seguidos desde agosto de 2015 y que tiene efectividad de 1.17, en 17 partidos en 2016. “Ahorita estamos anotando muchas carreras y ganando, que es lo más importante”.

Sometido a la operación Tommy John o reconstructiva de ligamentos del codo en 2010, Rondón, de 28 años de edad, ha venido evolucionando como uno de los mejores taponeros de la Gran Carpa.

Desde trabajar con una efectividad de 4.77 en 45 juegos en 2013, hasta temporadas con 29 y 30 rescates en el 2014 y el 2015, respectivamente, Rondón se ha estabilizado como uno de los apagafuegos más confiables de la pelota.

“Parte de la confianza que tengo es que me estoy ayudando bastante con la mecánica”, reveló Rondón. “El instructor (Lester Strode) que tenemos en el bullpen me ha ayudado mucho. Trato de ser consistente en el sentido de atacar la zona, bien sea con primer pitcheo en recta o slider. Es parte de la importancia en este rol que tengo”.

La transformación de Rondón, reclutado por los Cachorros desde los Indios en el Draft de la Regla 5 en el 2012, ha tenido muchos pasos desde ser aquel lanzador que parecía no ir a ninguna parte a uno que tiene mareados a los mejores bateadores de la Liga Nacional a la hora buena. El año pasado, fue apenas el segundo en la historia de los Cachorros con 30 salvados y efectividad de 1.67 o mejor en una campaña. El primero, Bruce Sutter (31 rescates y 1.34 en el 1977), está en el Salón de la Fama.

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“El proceso de aprendizaje que he tenido ha sido muy bueno”, manifestó el relevista. “Cada vez que lanzo, voy aprendiendo de las situaciones de juego, de qué pitcheo necesito hacer, de cómo estar más calmado en la lomita. He aprendido además sobre cómo mantenerme enfocado, pitcheo tras pitcheo. Tengo una mejor idea (de cómo desenvolverse)”.

“En mi primer año (con los Cachorros en 2013) no estaba en mi mejor punto físicamente porque venía de tres años sin jugar completo”, recordó Rondón. “Todo el trabajo que hice lo fui llevando poco a poco al bullpen y después lo fui transportando al juego. Me ayudó mucho tener paciencia para no llegar a frustrarme”.

Cada lanzador vive ese momento cuando el dominio de cierto envío o la maestría de su mecánica comienza a marcar una diferencia positiva en su calidad. En el caso de Rondón, fue el perfeccionamiento de su slider.

“Para mí, (ese momento clave) fue el ser más agresivo con mi slider”, precisó. “Puedo lanzar cambios, aunque no los utilizo mucho. Tiro la sinker y la cutter, pero (la clave) fue la acción del brazo con mi slider. Muchas veces tenía la velocidad rápida con la recta, pero la paraba un poquito con la slider. Los bateadores reconocían eso. Desde que empecé a lanzar la slider con la misma acción que la recta he comenzado a agarrar más swings (fallidos). Le pongo ese balance a los bateadores de no saber si viene la slider o la recta”.

Esa metamorfosis comenzó a producirse en su segunda temporada con los Cachorros, precisamente en la campaña en la que se convirtió en el cerrador del equipo de la Ciudad de los Vientos.

“Ya en mi segundo año (con Chicago) empecé a lanzar mi slider más duro, con más confianza”, insistió Rondón. ·El porcentaje con que he lanzado mis sliders ha crecido y por eso vengo mejorando cada año”.

 

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