Créditos Imagen: Ethan Salas Foto: MiLB.com
Prensa LVBP | .
Caracas.- Ethan Salas celebra hoy su cumpleaños 17, así que hace un par de días, cuando debutó con el Lake Elsinore, la filial Clase A de los Padres de San Diego, estaba casi seis años por debajo del promedio de edad de la Liga de California.
De cualquier manera, es apenas el tercer pelotero que con 17 años actúa en la categoría, uniéndose a su compañero de organización Samuel Zavala y al jardinero de los Angelinos Nelson Rada, también venezolanos, de acuerdo con el reporte de Stephanie Sheehan para MiLB.com.
Solo que sus compatriotas pasaron por circuitos para novatos antes de ser promovidos. Salas se saltó esa primera alcabala en su desarrollo.
Así que no es de extrañar que el prospecto número tres de los religiosos acaparara miradas, mientras respondía a las expectativas en cuanto a su talento, tras un impresionante estreno en el que ligó de 3-2, con doble, sencillo, boleto y la carrera anotada que le dio ventaja a su equipo en el eventual triunfo 3-1 contra el Visalia.
“Estaba realmente feliz”, dijo Salas sobre su primer partido como profesional en Estados Unidos. “No sentí nervios. He estado en escenarios más grandes: entrenamiento de primavera (de Grandes Ligas), mi debut en la pelota de invierno (con Águilas del Zulia), así que entré esta noche bastante relajado. Simplemente lo hice como si fuera cualquier otro encuentro”.
Así de sencillo y claro. Salas fue el primer prospecto entre los agentes libres internacionales de la clase 2023 y comenzó la temporada como la promesa 86 de todo el beisbol y el noveno entre los receptores, según MLB Pipeline. En opinión de los scouts, es un pelotero de cinco herramientas.
El martes, el toletero zurdo fue alineado como como segundo en el orden y designado por el mánager Pete Zamora.
Su cuenta de indiscutibles la inició con biangular en su primer turno contra el derecho Jacob Steinmetz, de 19 años de edad y la tercera escogencia del Draft de los D-backs en 2022.
“Fue mi primer hit, ya salí de eso. Se sintió muy bien”, destacó Salas. “Luego, al conectar mi segundo imparable dije: ‘Oh, esto es fácil’. Solo traté de jugar mi juego, el que sé jugar”.
El miércoles ligó de 2-2, con una anotada y dos boletos, para dejar su línea ofensiva en un astronómico .800/.875/1.000, con 1.875 de OPS.
Salas selló un acuerdo histórico con San Diego por un monto récord de 5,6 millones de dólares. Esa cifra ocupó prácticamente todo el presupuesto del club para la firma de prospectos en el pasado mercado internacional, que fue de $5,825 millones, y superó el pacto de $5,1 millones que recibió el jardinero dominicano Jasson Domínguez de los Yanquis de Nueva York, en 2019. La anterior marca para un venezolano estaba en manos del torpedero Kevin Maitán, quien tomó un incentivo de $4,25 millones, de los Bravos de Atlanta en 2016.
Salas proviene de una familia que lleva el beisbol en la sangre. Su abuelo, José Gregorio, llegó a jugar en las granjas de los Reales de Kansas City y los Astros de Houston, mientras que en Venezuela perteneció a los Tiburones de La Guaira.
Su tío, también llamado José Gregorio, estuvo en el sistema de Ligas Menores de los Azulejos de Toronto, mientras que su padre, José Antonio Salas, fue también un prospecto muy cotizado de la receptoría con los Bravos de Atlanta, y que en la pelota criolla se uniformó con Tiburones y Leones del Caracas, participando recientemente como técnico de Águilas del Zulia.
Su hermano mayor es el campocorto José Antonio Salas Jr., considerado el quinto mejor prospecto de la organización de los Marlins de Miami y también ficha de Águilas en la pelota venezolana.
“Soy un tipo divertido, humilde y emocionante”, comentó Salas, cuando le preguntaron que deben saber de él los aficionados de los Padres. “Simplemente salgo y juego tan duro como puedo y realmente no presto atención a nada más. Quiero decir, esta es mi vida. Esto es lo que hago las 24 horas del día, los siete días de la semana, y cada vez que estoy ahí juego como si fuera el último partido. Solo estoy aquí para jugar, divertirme y ganar”.
