Los Bravos de Margarita protegen a sus pitchers con una efectiva red de guantes

José Alexander Martínez aporta su sólido guante a la línea central | Fotos: Tomás Rodríguez
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Caracas.- Bravos de Margarita, el insospechado puntero del beisbol venezolano en la temporada 2024-2025, es un equipo que sabe defenderse. Desde el torneo anterior, los insulares son el conjunto menos errático de la pelota nacional, el de mayor porcentaje de fildeo y menor cantidad de carreras sucias admitidas. Los Bravos, a despecho de su nombre, juegan con guante de seda.

Es lineamiento organizacional, aseguran desde la isla. Una directriz que cae en cascada desde las oficinas hasta el terreno, con los técnicos como programadores y los peloteros como ejecutores. Según José Manuel Fernández, gerente deportivo de la divisa, la seguridad defensiva de Margarita no es casual, sino causal. “En lo personal, soy un obseso de la defensa. Es lo primero que veo”, expresa Fernández, ejecutivo de los neoespartanos desde 2019.

A juicio de Fernández, su insistencia en defender con solvencia parte de una perentoria necesidad. El regimiento monticular isleño es el menos ponchador del torneo, luego depende de los fildeadores para operar idóneamente. La manía de Fernández con reforzar la red protectora tras los lanzadores se funda en un plano racional. “A nuestros pitchers les ponen la bola en juego. Por tanto, robustecer la defensa ha de ser nuestra prioridad”, justifica el comunicador social devenido gerente. “Así se lo hacemos saber a todos quienes llegan a este club. No exigimos atrapadas extraordinarias, sólo la concreción de las rutinas”.

Implementar ese mandato y distribuir la información recopilada con la finalidad de optimizar el fildeo es cosa de los coaches. El mánager José Moreno y sus colaboradores se ocupan de preparar a los defensores. Moreno es ducho en tales menesteres. Han formado parte de sus asignaciones como instructor de Ligas Menores. “Los coaches se reúnen y revisan las distintas tendencias”, expone el también conductor de la filial Doble A de los Rojos de Cincinnati. “Si bien esta es una liga corta y no hay tanta información para llegar a conclusiones, sí hay patrones conocidos, por cuanto muchos de los peloteros llevan cinco o seis años en la liga. El cuerpo técnico recaba esa información, la entrega a los muchachos y luego los prepara para el juego. Instruimos a los jugadores sobre la posible dirección de los batazos y entonces viene la ejecución en el campo”.

El mánager José Moreno, a través de sus coaches, ofrece la mayor información posible a sus fildeadores

EL COXIS DE LA DEFENSA

Bravos se escuda desde la receptoría con Wilson Ramos como el coxis de una columna vertebral llamada línea central, rama neurálgica en el despliegue de contención margariteño. “No importa si batea .100 o .500, lo más valioso de Wilson es su manera de conducir a los lanzadores, su liderazgo”, afirma Fernández. “Muchos de nuestros pitchers tiran lo que les pide Wilson sin chistar. Esa confianza generada por él es primordial en nuestra defensa”.

A Ramos siempre le ha gustado predicar con el ejemplo, inspirar a sus compañeros con su infatigable disposición al trabajo. “Proteger a mi equipo detrás del plato es clave para que todos quienes están frente a mí se tomen su labor con seriedad. Y lo hacen”, apunta el exgrandeliga de 37 años de edad, ganador del Bate de Plata en Grandes Ligas, convocado a dos Juegos de Estrellas en las mayores y quien se quitará la careta definitivamente al finalizar esta temporada de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional. “Puedes verlos practicando todo el tiempo y los números lo reflejan. Yo me fajo detrás del home e imagino que ellos pensarán: ‘si este, con tantos años de carrera, se esfuerza así, porqué nosotros no haríamos lo mismo’. Es así como completamos una línea central fuerte. ‘Tilín’ (José Alexander Martínez) es un sólido defensor y (Rayder) Ascanio ha trabajado muy bien en la segunda base. Con Olivares en el centerfield completamos ese núcleo”.

“No improvisamos con la línea central”, interviene José Manuel Fernández. “Contamos con José Martínez y Jeremy Rivas alternándose entre segunda y el campocorto. Y para el jardín central está Edward Olivares con el apoyo de Carlos Arroyo, quien es un centerfielder natural”.

El veterano receptor Wilson Ramos es el eje central de la sólida defensa margariteña

SON UN TILÍN MEJORES

Desde su llegada a la Liga en la edición 2019-2020, el campocorto zuliano de Machiques José Alexander Martínez ha sido el mejor fildeador en Bravos. Las mediciones internas identificaban a “Tilín” como el defensor que más carreras evitaba.

“Como esa es mi principal herramienta, me enfoco en ella”, destaca Martínez, mientras se prepara para una confrontación de Margarita en el Monumental de Caracas. “Siempre estoy atento a las instrucciones de Cheo (José Moreno) y de nuestros coaches sobre defensa. Mi posición predilecta es el campocorto, pero también estoy cubriendo segunda. Lo importante es hacer las jugadas de rutina y para eso es necesario anticiparse a las jugadas. Uno se mueve constantemente con los pitcheos y funciona. Para evitar carreras es más útil saber hacia dónde moverse que tener alcance porque vas a ir un paso por delante”.

José Alexander Martínez despliega en el terreno su principal herramienta: el guante

UN RAYDER PARA BRAVOS

Martínez era hasta el certamen anterior una pieza insustituible en la defensa de Bravos. Jugaba hoy, mañana también, y pasado mañana. Para la versión 2024-2025 Margarita buscó aliviar su pesada carga laboral y ahora hay menos “Tilíndependencia” en la escuadra de Guatamare.  

“El año pasado no teníamos a alguien que pudiera darle descanso a José Martínez y este año tenemos a Jeremy Rivas, joven con proyección en Estados Unidos que nos permite reposar a Martínez sin bajar el nivel defensivo. Eso nos ha permitido ganar alcance en el infield”, esboza Moreno sobre el aprendiz de 21 años de edad, quien jugó este año en Doble A para los Cardenales de San Luis. 

Si bien Rivas ha resultado balsámico para Margarita, el principal complemento defensivo para la mitad del infield llegó desde Valencia sin entregar nada a cambio. Rayder Ascanio fue dejado libre por los Navegantes del Magallanes con el campeonato andando porque no tenía cabida a bordo. Ascanio no había terminado de recoger sus bártulos en el José Bernardo Pérez cuando ya tenía empleo en el oriente del país.

El jugador de 28 años de edad ha reemplazado a Martínez como el cobertor más eficiente en Bravos, el hombre que más anotaciones enemigas frustra. “Su trabajo es formidable deteniendo batazos entre primera y segunda que podían ser hits”, subraya José Manuel Fernández. “Él no es muy atlético, pero compensa con actitud, con lectura de las jugadas. Ascanio tiene mucho beisbol dentro y sabe hacia dónde dar el primer paso”, refrenda el gerente deportivo de los ñeros.

“El que me conoce sabe que yo juego así”, interviene el beisbolista carabobeño. “El mánager me conoce desde hace mucho tiempo porque fue jefe mío en los Marineros de Seattle, donde comencé mi carrera. Sabe que mi defensa es muy buena. Yo procuro evitar hits porque a mí nadie me los regala. En eso pienso cuando salgo a fildear: nadie me puede dar hit por aquí porque nadie me regala hits a mí. Para eso me ubico en el campo, siempre fijándome en los lanzamientos del pitcher. A Magallanes, a Caracas y a La Guaira les he quitado bastantes imparables”. 

Rayder Ascanio llegó desde la agencia libre y ha sido un defensor clave para Margarita

“Desde niño juego así, pa’lante, sin miedo a nada, así estuviera con chamos mayores que yo”, prosigue Ascanio. “Y eso me ha ayudado en la liga. Además, he agarrado experiencia, conozco a los bateadores, veo sus swings para saber hacia dónde van y adelantarme. Y justo hacia donde me muevo dan el batazo y les quito el hit. Aunque aquí en Bravos nos pasan información sobre los rivales, yo juego con lo que sé. Así me vaya de 4-0 puedo ganar un juego atajando. Me mentalizo para eso. Siempre pienso cuando voy a servir: por aquí no pasará nada”.

UN BOSQUE DE OLIVARES

Si Wilson Ramos es el coxis en la espina dorsal de la defensa neoespartana, el grandeliga Edward Olivares equivale a las cervicales de la línea central. Olivares, aparte de ser uno de los mejores chocadores de la campaña, es una batería antiaérea, como lo probó el miércoles en el Monumental, cuando degolló una malintencionada línea entre dos del caraquista Wilfredo Tovar. Olivares corrió y corrió en diagonal, estiró su brazo enguantado y engarzó el tablazo. “Defensivamente puedo ayudar porque mis piernas están buenas para ejecutar, aunque creo que todavía me falta”, apuntó el guardabosques de 28 almanaques. 

“Nuestro outfield puede que sea más atlético que nuestro infield”, considera José Manuel Fernández. “Un buen ejemplo es Moisés Gómez, quien exhibe mejores condiciones físicas con respecto a la temporada pasada. De esa forma mejora nuestra defensa, y es atrapando bien como nosotros ganamos juegos”.

El grandeliga Edward Olivares es otro puntal del fortín defensivo de Bravos

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