Valencia.-El Palco de Prensa del Estadio José Bernardo Pérez, de repente, se transformó en una especie de alfombra roja en la que había una sola estrella: Francisco Álvarez. Desde ese espacio, fue muy poco lo que el grandeliga pudo ver del tercer Caracas-Magallanes, edición 2024-2025.
El receptor de los Mets de Nueva York recibió a una innumerable cantidad de personalidades en la cabina que, habitualmente, ocupan autoridades. Él fue el epicentro en un extenso desfile de fotos y -en una medida mucho menor- autógrafos en las alturas del feudo de Valencia.
Hasta el 20 de octubre, el guatireño formó parte de un viaje casi milagroso, convertido en una de las mejores historias de la temporada de Grandes Ligas. Y poco más de una semana después, ya anda por Venezuela, recordando lo que fue la travesía en la Gran Manzana.
“Fuimos un equipo donde había muchas caras nuevas. No nos conocíamos ni como jugadores, ni como personas, así que nos costó encajar al principio”, dijo Francisco Álvarez a LVBP.com, cuando comenzó otro mini tour: el de atender a los medios de comunicación. “Pero sabíamos que cuando diéramos el paso para engranar todo, tendríamos éxito. Esa fue una de las cosas que (el mánager) Carlos (Mendoza) siempre implementó. Él siempre decía que debíamos ser una familia dentro y fuera del clubhouse”.
FACTOR MENDOZA
Contar con el respaldo del piloto venezolano fue importante no sólo fue para el cátcher de 22 años de edad, sino para todo un equipo que, se suponía estaba en un período de renovación que no le haría competitivo hasta 2025. No obstante, el grupo se convirtió en la sorpresa del año, llegando hasta la Serie de Campeonato de la Liga Nacional.
“La principal cualidad de Carlos es la constancia en lo que expresa. Porque te pueden decir que seamos una familia una vez, pero hacerlo todos los días, durante toda una temporada, marcó la diferencia”, afirmó Francisco Álvarez. “Recordar las cosas todos los días no es fácil, cualquiera se puede cansar, pero él no lo hizo. De hecho, antes del último juego (frente a los Dodgers de Los Ángeles), nos dijo que pasara lo que pasara, había que disfrutar”.
Fue así como los metropolitanos pasaron de estar 11 juegos por debajo de récord de .500 a finales de mayo, sopesando ser vendedores antes de la fecha límite de cambios, a clasificar a la postemporada, garantizándole votos para el Mánager del Año al estratega barquisimetano.
UNA PRIMERA VEZ
Francisco Álvarez tuvo que pasar el quirófano luego de fracturarse el pulgar de la mano izquierda el 19 de junio, cuando resbaló en un corrido de base. Una situación que jamás había vivido en plena campaña ni antes, ni después de firmar al profesional.
“Fue la primera vez que me lesioné en una temporada. Desde que comencé en academias aquí en Venezuela nunca me había lastimado. Una vez sí tuve un problema en el tobillo, pero fue en una temporada muerta”, recordó el careta. “No es tan fácil volver a tomar el ritmo, pero mi meta principal siempre fue clasificar a los playoffs con el equipo y llegar lo más lejos posible. Y lo pudimos lograr”.
Antes de ingresar a la lista de incapacitados y perderse casi dos meses de acción, Álvarez bateaba para magro .OPS de .652 en los primeros 16 juegos de la zafra. Y tras su regreso, repuntó con un brillante período de 17 encuentros en los que exhibió .OPS de 1.150 con tres jonrones, seis dobles y 15 carreras empujadas, previo a volver a caer en la medianía ofensiva.
“Tuve muchos altibajos en la temporada. Son ajustes que tuve que ir haciendo sobre la marcha, porque sentía la mano un poco débil”, explicó. “Después, al final, me sentí cómodo y saludable, que era lo más importante”.
ASPECTOS A PULIR
Francisco Álvarez se mostró, puntualmente vulnerable ante los envíos rompientes, registrando anémico promedio de .159 en el certamen ligamayorista, con un porcentaje de whiffs de 35,9 %. Mientras que, contra los pitcheos lentos, su average fue de .206, con una excesiva tasa de 41,3 % de abanicados.
“Luego que termina la temporada, siempre nos dicen en qué debemos enfocarnos para la próxima. Esta vez debo trabajar un par de cosas en el bateo, al igual que en mi defensa. Y por supuesto, físicamente también hay que ajustarse”, expresó el mirandino. “No quiero ser uno más del montón. Puedo hacer muchas cosas mejor a como lo hice el año pasado”.
Detrás del plato, su framing en el percentil 88 y el poptime de 83 son considerados de los mejores de las Mayores. No obstante, aún tiene mucho margen de mejora en los Bloqueos por Encima del Promedio, que culminó este curso con -19.
¿FRANCISCO ÁLVAREZ CON MAGALLANES?
La pregunta más repetida de la noche, tuvo una respuesta que, aunque deja una puerta abierta para verle con Navegantes en la presente zafra de la LVBP, no representa una posibilidad del todo concreta.
“En este preciso momento, creo que hay un 40 % , o quizá un poco menos, de probabilidades de que juegue con el equipo, pero no por falta de ganas. Ahorita voy a Estados Unidos a entrenar, para ponerme listo como si fuese a jugar. Esperaré qué me dicen (los Mets) en diciembre, cuando esté finalizando la temporada, a ver si puedo incorporarme con el Magallanes y clasificar al Round Robin”, indicó Francisco Álvarez. “Me gustaría llegar lo más lejos posible con este equipo, vivir toda esta experiencia tan linda. Me encantaría que mi familia, y especialmente, mi abuela me vea jugar. Quiero coger unos 30 o 40 turnos, pero no depende sólo de mí”.
Dicho eso, y luego de revelar que hasta su compañero metropolitano Luis Torrens ha hecho el lobby con la gerencia de Nueva York para que la organización le otorgue el permiso, de tal forma que ambos puedan alternarse como receptores también en el circuito venezolano, Álvarez se despidió. Otro enjambre de personas le esperaba en el pasillo a mayor altitud del parque valenciano.