Créditos Imagen: Renny Hidalgo y Yorvis Torrealba| Fotos: Elio J. Miranda
José Ángel Rodríguez Suárez | Prensa LVBP
Valencia.- El ruido seco de los maderos conformó la banda sonora del mediodía del sábado, en el batting cage del Estadio José Bernardo Pérez de Valencia. Tras terminar un juego simulado en el terreno, los peloteros de Navegantes del Magallanes ingresaron al clubhouse local para fijar rumbo hacia la práctica de bateo bajo techo. Yorvis Torrealba y Renny Hidalgo estaban enlistados en los dos últimos grupos que verían los envíos del coach Robert Pérez, así que había un espacio de tiempo para conversar sobre sus vidas, ligadas dentro y fuera del beisbol con la de sus padres: Yorvit Torrealba y Richard Hidalgo.
Para alejarse del bullicio, Torrealba hijo propuso regresar al dugout. Hasta allá arrastró a Hidalgo hijo, quien, en principio, se notó inseguro de charlar en una entrevista, porque al nacer y crecer en Estados Unidos, su español no se desarrolló con una fluidez que le genere comodidad. Sin embargo, accedió a la conversación con soltura ofreciendo sus respuestas en inglés, mientras a la distancia, una voz en perfecta lengua criolla elevaba sus emociones.
“Estoy súper orgulloso de mi hijo. Me siento feliz y agradecido con Dios por el talento que le ha dado”, expresó vía telefónica Hidalgo padre, quien con sus 56 jonrones lidera el apartado histórico del buque. “Lo bueno es que él se encarga de mejorar cada día para lograr lo que quiere”.
Renny, al igual que Richard, es jardinero, aunque sus cualidades como pelotero son muy distintas. El toletero de 21 años de edad está bien conceptuado en las granjas de los Marlins de Miami por su guante y el eficaz corrido entre las bases (14 robos en 19 intentos). En tres campañas, compila promedios vitalicios de .234/.341/.346 en 365 viajes al plato, divididos en 101 juegos, con 73 hits, entre ellos 25 extrabases (dos jonrones, 17 dobles y seis triples) a un nivel máximo de Clase A.
“Prácticamente desde que nací quise ser pelotero porque veía a mi papá jugar todo el tiempo”, dijo el oriundo de Houston, ciudad que representó Richard en 2000, cuando con los Astros conectó 44 jonrones, para en ese entonces igualar con Andrés Galarraga la segunda mayor cantidad de vuelacercas de un venezolano en una contienda de Grandes Ligas. “Comencé a practicar beisbol desde los tres años con su guía, siempre admiré lo que hacía. Es realmente especial para mí seguir sus pasos”.
Renny Hidalgo debutó como profesional en 2021, con la organización de los Marlins de Miami
Sentado al lado de Hidalgo hijo, el también guardabosque Yorvis empuñaba un bate y se mantenía atento para traducirle alguna pregunta a su compañero, si fuese necesario. Es un perfecto bilingüe. Nació en Caracas, pero buena parte de su vida transcurrió en territorio norteamericano, donde jugó en el High School y en el sistema universitario, conocido como NCAA por sus siglas en inglés.
Torrealba fue tomado por los Rockies de Colorado en la ronda 20 del Draft 2019, y desde entonces, acumula línea ofensiva de .272/.357/.363 en 641 apariciones al plato, con 151 imparables, incluidos 39 extrabases (cinco vuelacercas, 32 dobletes y dos tribeys), además de 49 bases robadas en 68 intentos.
“Desde que tengo uso de razón quise ser beisbolista. Me cuenta mi mamá que cuando tenía dos o tres años agarraba el set de cátcher de mi papá, las pelotas, los bates, y jugaba por toda la casa”, recordó el patrullero de 26 calendarios, quien se desarrolla en la organización donde Yorvit disputó el anillo máximo en 2007. “Cuando lo vi a él jugando la Serie Mundial, más o menos cuando yo tenía siete u ocho años, me propuse ser un grandeliga”.
Ambos nóveles jugadores fueron firmados por el navío desde la agencia libre durante el reciente receso de temporada con el objetivo de nutrir las alternativas de talento joven de la divisa, aunque sus respectivos desarrollos se encuentren en puntos distintos en la actualidad.
“Yorvis llegó a jugar este año hasta Triple A y será interesante observar cómo se proyecta en Estados Unidos. Nos dará profundidad en los jardines”, precisó Luis Blasini, gerente deportivo de la galera. “Con Renny, desde hace un par de años se había hablado con Richard para incorporarlo al equipo. Está consciente de que este año no será fácil para él, tendrá mucha competencia y eso se habló, así que esperará su momento”.
Una vez haga su primera aparición con Magallanes, Renny se convertirá en apenas el segundo hijo de un ex pelotero de la franquicia que debuta en la Liga Venezolana de Beisbol Profesional con la escuadra. Se unirá al infielder Félix Escalona, quien se estrenó en el certamen 1998-1999 y es hijo de Concepción Escalona, que actuó en la carabela entre 1967 y 1972, de acuerdo con los registros del periodista e historiador Tony Flores.
CAMINOS PARALELOS
Pocos cofrades por estos días de pretemporada pueden tener tanto en común al recordar cómo fueron esos primeros años de crecimiento, como Torrealba e Hidalgo. Ambos comparten vivencias tan valiosas, que terminaron por marcar sus hojas de ruta, casi por defecto.
“Fue especial crecer en ese ambiente, porque tuve la oportunidad de estar con mi papá en el día a día. Entraba a los clubhouses y compartía con superestrellas, veía cómo trabajaban e intentaban mejorar en sus ajustes o en el gimnasio”, relató Yorvis. “Cuando observé eso, supe qué era lo que se necesitaba para estar a ese nivel. Desde entonces, tengo eso en mente. Ha sido mi propósito desde muy pequeño”.
Mientras Torrealba hijo respondía, Renny se encargaba de asentir. Se veía reflejado en cada palabra.
“Fue increíble. Tuve la posibilidad (a través de su padre) de conocer a muchos peloteros con muchos años en este deporte, de ver cómo trabajan, su ética de trabajo, cuán duro se esfuerzan, recibiendo su guía y sus consejos”, comentó Hidalgo hijo. “Es grandioso, aprender tantas cosas y estar con ellos realmente abrió mis ojos. Después de eso, me esforcé mucho más”.
Aunque los dos bisoños beisbolistas tenían claro desde muy temprano el camino que tomarían en sus vidas, debieron adaptarse a los cambios de perspectiva que se generan con la transición de posiciones.
“Yo fui receptor (como su padre) hasta que tuve 15 o 16 años, pero cuando llegué al High School teníamos a un prospecto que iba a ser drafteado en la receptoría, así que me moví al outfield”, reveló Yorvis. “Aunque siempre me gustó jugar en los jardines también, porque desde pequeño shaggeaba (tomaba elevados durante las prácticas de bateo) en los estadios donde jugaba mi papá. Al principio fue un poco difícil la transición, pero ya era algo que había hecho antes”.
“Al principio, jugué en el infield. Pero un día me probaron en el outfield, para ver cómo lo hacía, y después de eso, comenzó a gustarme”, afirmó por su parte Renny. “Me enamoré de los jardines. Desde entonces doy lo mejor de mí para ser el mejor en mi posición, lo que sea que tenga que hacer para lograrlo”.
Esa buena disposición compartida para el trabajo cotidiano tanto dentro de las rayas de cal, como en el clubhouse, ya ha podido ser percibida por parte del staff técnico nauta.
“Son muchachos muy responsables y disciplinados dentro y fuera del terreno. Han lucido muy bien. Ellos salen a trabajar, y como outfielders saben que no hay nada mejor que practicar con las conexiones de los bateadores durante la práctica de bateo”, valoró Rouglas Odor, coach de control de calidad naviero, que está a cargo de las riendas del conjunto hasta el arribo del mánager Miguel Cairo. “Porque nosotros podemos sacar la máquina y darle algunos flys, pero ellos están conscientes de que la mejor manera de mejorar a la defensiva es con los bateadores. Ha sido agradable observarles trabajar para ganarse un lugar”.
Yorvis Torrealba disputó 20 compromisos este año en Alburquerque (Triple A) con promedios de .259/ .328/ .348
VENEZUELA, SIEMPRE PRESENTE
A pesar de que, durante la niñez en el verano boreal, tanto Yorvis como Renny residían en territorio estadounidense, formaron con naturalidad un vínculo con la pelota de invierno en Venezuela. Cada año esperaban con ansias la fecha que sus padres escogieran para uniformarse en la LVBP.
“Esa conexión con el beisbol venezolano existió desde pequeño. Yo me crié también en estos estadios, cuando mi papá estuvo con Pastora de Los Llanos, Bravos de Margarita y Leones del Caracas”, afirmó Torrealba hijo. “Veía como la fanaticada se entregaba al beisbol de acá en cada parque. Desde pequeño siempre quise jugar en este país y gracias a Dios, Magallanes me está dando la oportunidad de cumplir ese sueño”.
La memoria de Hidalgo hijo también se muestra clara. Sin fisuras, aunque apenas había soplado 10 velas cuando su padre disputó su última zafra en el circuito (2011-2012) e inició un camino como instructor, también con Navegantes.
“Cuando mi papá era coach, veía los juegos por televisión o venía a este estadio”, rememoró Renny. “Me encanta la energía y la emoción de los juegos aquí. A partir de ese momento quise jugar en Venezuela”.
Con esa visión de instructor, Hidalgo padre confía en que su vástago sea capaz de mantener la tendencia de aprendizaje.
“Mis expectativas con Renny son las mejores”, subrayó Richard. “El consejo que le doy, es que se mantenga con un plan de trabajo y juego”.
Torrealba padre también ha dedicado palabras a Yorvis, a quien incluso tuvo la oportunidad de instruir durante una semana en los Entrenamientos Primaverales del 2022, con la franquicia rocosa.
“Estoy muy emocionado de verlo con el uniforme de los Rockies, porque ahí es donde tuve mis mejores años”, declaró en aquel momento al Denver Post, Yorvit, que entre 2006 y 2009 dejó promedios de .258/.316/.394 en 1.187 viajes el plato con Colorado. “Está trabajando muy duro. Luce muy bien. Siempre es emocionante ver a tu hijo en el beisbol profesional”.
“Esa fue una experiencia bastante bonita. Como jugador siempre soñé en tener a mi papá en el staff técnico y la organización le dio la oportunidad de ayudarnos a los más jóvenes”, recordó Yorvis, de regreso al presente. “Fue muy especial compartir en el mismo terreno de juego con él”.