Rito Lugo se reencontró con la pasión por el beisbol y alcanzó el éxito

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Créditos Imagen: Rito Lugo | Fotos: Alejandro van Schermbeek

 

Alexander Mendoza | Prensa LVBP

 

Caracas.- Rito Lugo no quería saber nada sobre el beisbol. Tenía 21 años de edad y trataba de abrirse paso como pescador en su natal Naiguatá, para ayudar a su familia. Casi le empujaron a volver a usar un guante y ataviarse de pelotero.

Ahora, con el uniforme de Leones del Caracas, no piensa en otra cosa que no sea beisbol, atesora cada momento, lo disfruta tanto como la primera vez. Por eso no olvidará nunca su postergado estreno en la LVBP.

“Fue un momento feliz, indescriptible, poder al fin debutar y lo hice contra Tiburones, en el Universitario. Es el equipo que representa a La Guaira, mi estado, de donde soy. Fue una emoción muy grande”, contó el lanzador zurdo, poco antes del segundo encuentro entre los Eternos Rivales, con el Estadio Monumental Simón Bolívar de telón de fondo.

Hace apenas siete años, la escena habría formado parte de una fantasía, un sueño irrealizable.

“Pescaba pulpos con mi tío, el beisbol no era parte de mi vida”, reveló Lugo en su relato. “Pero siempre quise jugar, mi abuelo me llevaba a los partidos, me encantaba estar en el terreno. Sólo que a los 15 años me alejé, tras el fallecimiento de mi madre. Algo pasó y no pude seguir haciéndolo”.

Lugo, que esta semana cumplirá 28 años de edad, volvió a acercarse a la pelota de a poco, en partidas de amigos y luego en un campo softbol, por diversión, para distenderse.

Entonces, un giro del destino le devolvió a la senda que había dejado atrás, cubierta por la maleza del dolor de la pérdida materna. Sus cualidades estaban allí y le convencieron para asistir a unas prácticas de la selección de mayores. Le prestaron un guante, unos pantalones y los zapatos, por insistencia de un amigo -Eduardo Rodríguez- que quería ayudarle a reencontrarse con el deporte que le había apasionado.

Lugo se encogió de hombros y asistió para cumplir con la petición. Volvió a dejarse ver en el medio de un diamante.

El mánager Carlos Moya, quien se encargaría del combinado sub23, le gustó lo que observó y le invitó a formar parte del equipo que asistiría al Premundial de Panamá, en 2017.

“Carlos Moya es alguien muy importante para mí. Esa exposición, me consiguió la oportunidad de que me vieran los Leones, en noviembre. Tiré un bullpen y un live BP (práctica de bateo en vivo), después firmé con Kansas City, organización que nunca me dio la oportunidad de jugar aquí en Venezuela”, resumió, sin aspavientos. Aunque entre un evento y otro, la alquimia del destino le transformó en un suceso.

“Lo firmé una semana antes del Premundial. Estaba en ese proceso de preparación”, recordó Joelvis González, ex busca talentos de los Reales, que trabajaba como scout de avanzada del Caracas. “Al mánager de ese momento, Mike Rojas, le gustaba que uno le hablara del equipo contrario y ese día jugábamos contra Caribes, por lo que iba a presentar mi informe. Me paré en la entrada de la tribuna principal del Universitario y pude ver en el bullpen a un zurdo lanzando, pensé que era un realese (dejado libre) o alguien que estaba buscando firma y como era un tipo maduro, no presté mucha atención”.

 

Rito Lugo tiene grandes expectativas en torno a su primera experiencia en la LVBP

Mientras González hablaba con Rojas, Jonathan Arráiz, jefe del departamento de los exploradores del Caracas, le comentó que “el zurdo” tenía 21 años, pero tiraba hasta 94 millas por hora, con buena curva, slider y cambio, envíos que lograba comandar. Pero la edad no era la adecuada. Los agentes libres internacionales firman a los 16 y comienzan a ser scouteados desde los 13 o 14 años.

Los Gigantes de San Francisco, equipo para el que sigue trabajando Arráiz, había dado un paso al costado.

“Días después, recibí una llamada de mi jefe (Orlando Estévez) y me dijo que necesitábamos firmar algunos zurdos. Teníamos a Ángel Zerpa, que está con La Guaira, pero me dijo ‘búscame unos zurdos’ y pensé en Rito. Le comenté: ‘vi uno en un bullpen, lució bien, pero no sé cómo lanza’”.

Lugo fue probado enfrentando a un equipo alterno de Tiburones en una práctica y, más tarde, se midió a peloteros de Leones, entre ellos el cubano Félix Pérez. La mayoría de los toleteros sucumbieron ante los venenosos envíos del desconocido.

“He tenido bonitas historias con Freddy Fermín y Carlos Hernández, tipos de 19-20 años, que les ha ido bien. Así que podría funcionar con Rito, me dije. De hecho, sus condiciones llamaron mi atención. Mi reporte fue: ‘fuerza en el brazo, comando, secundarios y mucha presencia en la lomita, a pesar que es pequeño. Está listo para jugar en una liga alta’. Decidimos firmarlo, pero nos puso como condición, que lo dejáramos lanzar en el campeonato con Venezuela y, bueno, causó sensación”.

El Premundial sub23 se llevó a cabo entre el 24 de noviembre y el 3 de diciembre, en Panamá. Lugo se erigió en protagonista del título alcanzado por Venezuela y fue elegido el Jugador Más Valioso.

Lanzó 6.0 innings contra Brasil, permitió una carrera y ponchó a nueve. Más tarde, se midió a República Dominicana, tiró un blanqueo de 9.0 entradas, encajó tres hits y abanicó a 18 bateadores. Apenas hizo 111 pitcheos.

“Fue el partido para pasar a la final. Ganamos 2-0. El mejor juego de mi vida. Ese día la localización estaba perfecta, siempre estuve adelante en los conteos y los obligué a hacer swing temprano, fue lo que ayudó a ponchar a tantos”, precisó Lugo. “Con uno o dos días de descanso, el mánager Moya me preguntó si podía salir a relevar y le contesté que sí, porque la adrenalina que tenía en ese momento por jugar y quedar campeón con Venezuela era inmensa. Así que salí, lancé, y ganamos el juego… campeones”.

Cubrió las últimas dos entradas contra México, que no le pudo hacer daño. Ya no era un desconocido.

“Fue increíble lo que hizo y varios equipos comenzaron a buscarlo. Al extremo que nos obligaron, como organización, a aumentar la cifra que le habíamos ofrecido para alguien con 21 años, que en el mercado latino suelen ser bajas”, reveló González.

Pero Lugo no tenía código MLB, lo que obligaba a esperar un año para que se convirtiera en elegible y, así, poder ser reclutado.

“Tenía que registrarse y esperar. Siendo un lanzador de 21 años, tendríamos que firmarlo con 22. ‘Tumba el acuerdo’, me ordenaron. Ese día fue como un guayabo, para usar una expresión muy venezolana… Aunque no pensaba dejarlo ahí, llamé a mi jefe y le insistí que Rito estaba listo para lanzar en Clase A. ‘Vamos a firmarlo’, pedí por última vez. Orlando Estévez me compró la idea, dijo que sí y logramos el acuerdo, tras llamar a la organización”.

Un par de años después, un reporte especializado sobre talentos en el sistema de Ligas Menores de Kansas City, rezaba: “Rito Lugo, un agente libre internacional que salió de Venezuela, jugó con tres filiales de Ligas Menores en su primer año en 2018. Los Dominican Royals, los Surprise Royals y los Idaho Falls Chukars, respectivamente. En 2019 fue un miembro clave del equipo campeón del Wilmington Blue Rocks”.

 

Rito Lugo dejó efectividad de 2.84 en 6.1 inning, repartidos en sus dos primeras salidas con Leones

Ahora, rodeado de compañeros con amplio recorrido, en un parque que nada tiene que envidiar a un estadio de Grandes Ligas, Lugo sonríe. Ha sido objeto de varias entrevistas. Se ganó la posibilidad de estar en la rotación de Leones del Caracas, actual campeón, favorito a repetir el título alcanzado en la 2022-2023.

“Estoy disponible hasta el final. Trato de aprender todo lo que pueda. Trabajar con Wilson Álvarez (instructor de lanzadores) es excepcional. Soy como una esponja, para absorberlo todo”, señaló.

Su primera lección, llegó luego de su apertura de estreno, que se complicó por un error defensivo y termino en 2.1 tramos, con cuatro carreras, dos limpias.

“(Álvarez) me dijo que atacaba a los bateadores, pero que tenía que finalizarlos y eso fue lo que traté de hacer en el relevo, montar a los rivales en dos strikes y después tratar que le hicieran swing a un pitcheo con el que podía hacerlos out. Eso fue lo que apliqué y me salieron las cosas bien… Generalmente, uso el cambio cuando estoy arriba en la cuenta para sacarlos de paso”.

Lugo se apuntó un raro salvado de 4.0 capítulos en el volátil Estadio Alfonso “Chico” Carrasquel de Puerto La Cruz. Aisló un hit y guillotinó a tres.

“Tiene mucho aplomo, presta atención y luce en control de la escena. No es fácil conseguir eso en un ambiente como el que rodea al Caracas”, apuntó el piloto José Alguacil, sobre el novato y la carga de usar un uniforme que lleva “Leones” en el pecho.

“¿Presión? No”, atajó Lugo. “Presión cualquiera la siente, pero cuando estoy en el montículo, soy yo solo contra mí mismo. Me traslado a otro mundo. No siento esa ‘presión’, sólo la emoción de estar allí y ayudar al equipo”.

“Allí”, cuando todo se reduce a sus pitcheos y al blanco que le ofrece la mascota del cátcher, es un gigante. Los tabúes se quedan a un lado.

La altura promedio de un lanzador de las Mayores en 2023 fue poco más de 6’2, (1,90 metros) 74,63 pulgadas más que cualquier otra posición en MLB, con un peso promedio de 210,66 libras (95 kilogramos), de acuerdo con una investigación del portal HortonBarbell. Lugo mide 1,77 metros y pesa alrededor de 83 kilogramos.

“No se trata de ser más alto o más fuerte. Es lograr sacar outs. Es, simplemente, un prejuicio”, afirmó sin la sombra de una duda en el rostro.

 

Rito Lugo tiene la oportunidad de ganarse un lugar en la rotación de abridores del Caracas

“Lamentablemente, MLB cierra cada vez más los cupos, quienes han pagado los platos rotos son los latinos, en especial los que tienen más edad, como Rito, por eso fue dejado libre. Se están quedando con los chamos más jóvenes, pero pienso que Rito tiene talento para estar en el beisbol organizado. Veo a un zurdo con talento de Grandes Ligas”, insistió, apegado a sus reportes y a lo que ha visto, el scout González.

Tras desempeñarse en las filiales de Kansas City, entre 2018 y 2022, Lugo actuó en el circuito veraniego del país, con números destacados. Ahora, se abre paso con el Caracas. Antes ya le han dicho que no podía.

“Estar con Leones es una gran ventana para mí. No voy a desaprovechar la oportunidad. No me veo haciendo otra cosa. Sé que puedo regresar al beisbol organizado”, afirmó.

La vida no siempre tiene momentos agradables y Lugo los abraza como parte de un recorrido que le curtió como persona, le llevó a protagonizar una gran historia como pelotero profesional, que todavía no termina, que sigue escribiendo, con una férrea voluntad. Es un optimista empedernido, que podría utilizar el tema Against All Odds (Contra todo pronóstico), de Phil Collins, como leitmotiv.

 

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