Créditos Imagen: Rangel Ravelo Foto: AVS PHOTO REPORT
Yelimar Requena | Prensa LVBP
Caracas.- En la infancia hacia estragos en la cocina, lanzando manzanas y naranjas cual pelotas de beisbol. Su madre, lejos de ceder ante la histeria, le compró un uniforme y lo puso a practicar desde los seis años. No era del todo bueno y empezó en los jardines, donde hay menos movimiento defensivo. La constancia lo fue todo y hoy es uno de los importados más consistentes que visita regularmente a Venezuela. Rangel Ravelo, un guaro más.
En 2015, cuando alineó por primera vez con los Cardenales de Lara no pasó mucho tiempo para que los aficionados le reconocieran y adoptaran con peculiar arraigo. Aquel cubano, proveniente del beisbol menor de EEUU, se robó el espectáculo y hasta peleó la triple corona al ser segundo en impulsadas (38) y tercero en promedio de bateo (.354) y jonrones (8). Sus numeritos lo llevaron a ser Productor del Año y sellaron un debut triunfal en una pelota que reconoce, con aires de nostalgia, le recuerda a su natal Cuba.
“El beisbol de Venezuela es caliente como el cubano y la fanaticada es alegre y se mete en el juego como si no hubiese mañana, eso hace que piense en mi país y que me sienta en casa (La Habana). Barquisimeto se ha convertido en mi casa. Ahí soy un guaro más".
Y como buen guaro, Ravelo se confiesa amante de las cachapas con queso de mano y huevo frito que sirven en las afueras del Estadio Antonio Herrera Gutiérrez, un plato al que solo supera el congrí cubano (arroz con frijoles negros bien sazonados con ajo y pimienta).
La ciudad musical de Venezuela ha cobijado al habanero durante las últimas tres campañas y hasta las puertas al amor terminó abriéndole. Aunque confiesa tener dos pies izquierdos, fue bailando que conoció a Gleismar Rovia, hoy su esposa y madre de su pequeña bebé de un mes y medio de nacida, Anny Alexandra. Dos cimientos que lo unieran por siempre a Venezuela.
Ravelo, quien también tiene un hijo varón de siete años, se define a sí mismo como un hombre de familia, por siempre apegado a su madre y ahora fiel al amor por sus hijos. Creyente y convencido de que hay un Dios que está siempre atento a lo que haces, como los buenos scouts. De ello da fe el tatuaje que cubre por completo su brazo derecho.
“Los tatuajes nunca fueron del agrado de mis padres pero luego que uno crece comienza a definir su personalidad y éste es un arte que me define. Representa la superioridad de Dios, aquí y en todos lados".
Su presencia en Venezuela se ha vuelto cotidiana para los amantes del beisbol y eso es algo que él mismo toletero espera se mantenga. “En este país hallé un hogar y uno siempre quiere volver a su hogar”, puntualizó el toletero derecho, de 25 años de edad.
Rangel Ravelo ha sido una pieza clave para Lara desde su debut hace un par de años
• ¿Qué hace cuando no está jugando beisbol?
Estar en familia, compartir con mi pequeña que está recién nacida y que desde que la tuve en mis brazos me enamoró con locura.
• ¿Quién fue el héroe de su niñez?
Mi madre María Esther Barreda. Cuando yo tenía seis años mis padres se separaron y ella salió adelante conmigo, como toda una campeona. Nunca me faltó un guante o unos zapatos para hacer lo que yo quería. Ella me lo dio todo.
• ¿Qué personas han sido las más influyentes en su vida?
Mis hijos. Cuando uno es padre todo cambia. El compromiso y la motivación son mayores, ya las cosas no las haces por ti, sino por ellos.
• ¿Cuál es el mejor consejo que le han dado?
Nunca te des por vencido. Siempre voy a pararme en el home dispuesto a batear, no importa si he tenido una mala noche o si el score es adverso, voy a intentarlo hasta conseguirlo.
• ¿Por cuál jugador, del pasado o del presente, pagaría una entrada para verlo jugar?
Soy un gran fanático de la NBA y hubiese pagado por ver a su gran leyenda Michael Jordan.
• ¿Cuál ha sido el mejor momento de su vida?
Cuando nacieron mis hijos. Esos han sido los días más hermosos de mi vida.
• ¿Quién es el pelotero del que más ha aprendido?
Todo en la vida es un aprendizaje, de cada quien se toma lo bueno y se desecha lo malo. Así que no puedo hablar de un hombre cuando he aprendido de tantos.
• ¿Cuál es el principal atributo que debe tener un jugador de beisbol?
El compromiso con el juego, con el equipo y consigo mismo.
• Si pudiera cambiar algo del beisbol, ¿qué sería?
Las reglas nuevas que te impiden barrerte tranquilo en las bases o llevarte al receptor para anotar. Todo eso lo eliminaría y regresaría al beisbol aguerrido del pasado. Ese en el que se dejaba todo en el terreno.
• ¿Quién es el pelotero (pitcher) más difícil al que ha enfrentado?
Un derecho que me lanzó cuando yo estuve en las menores con Oakland que tenía una cueva bien pesada. Pero no recuerdo bien su nombre.
• ¿Cuál ha sido el momento más embarazoso de su carrera?
El primer año que estuve aquí (2015) y jugamos un juego extra con Leones para clasificar a la siguiente ronda, estábamos ganando y nos dejaron en el terreno. Aún no lo he podido olvidar.
• ¿Cuál es la clave del éxito?
La constancia, cuando eres constante no hay imposibles.
• ¿De quién está orgulloso?
De mi madre por ser una guerrera de la vida.
• ¿Cuál es la cualidad que más admira en una persona?
La sencillez, el ser buena persona con todos sin importar de quién se trate.
• Cuando da la espalda, ¿qué dicen de usted?
No lo sé y no me preocupa.
• De no ser pelotero, ¿a qué se dedicaría?
Quizás habría probado suerte en el baloncesto.
• ¿Cuál es su estadio favorito?
El de la UCV para batear tiene muy buenas luces, pero no hay ambiente mejor que el de Barquisimeto. Esa es mi casa.
• ¿Alguna ciudad que prefiera cuando está de gira?
Caracas. Me gusta el clima y el estadio.
• ¿Tiene algún un sueño por conquistar aún?
Las Grandes Ligas, este año estuve con los Cardenales de San Luis y me fue bien, voy a regresar el año que viene a dar lo mejor de mí. Todo lo mío es un cardenal (risas)
• ¿Ha pensado en su vida cuando decida retirarse?
Me gustaría ser coach, no deseo perder mi vínculo con el beisbol.