Willians Astudillo se integró a la química de Cardenales

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Créditos Imagen: Willians Astudillo Foto: Marcos Grunfeld

 

Andriw Sánchez Ruiz | Prensa LVBP

 

Caracas.- Willians Astudillo no es sólo un bate inquieto; él en sí es una persona que no parece quedarse tranquila. En Caribes de Anzoátegui salta, corre por el lugar, le dice algo a uno de sus compañeros, le dice otra cosa al cuerpo técnico, salta y corre otra vez, se juega con alguien, le pega a unas tablas con el bate, hace bulla, vuelve a saltar, alguien le dice “Donnatello” (como la Tortuga Ninja).

Así se le iban las horas al utility antes de entrar al juego y volverse –también- casi incontrolable para los serpentineros contrarios.

Después de que la Tribu quedó fuera de carrera en las semifinales –cayó con Leones del Caracas 4-1-, Astudillo se convirtió en la joya de la corona entre los peloteros disponibles a reforzar. Fue tomado por Cardenales de Lara y la gran pregunta era: ¿Cómo iba a ser el paleador en el nido?

Bueno… Al parecer lo único que cambió en él fueron los colores que usa.

Astudillo es un ser inquieto en el dugout, incluso mucho más que algunos de los legítimos peloteros. Se ríe de los chistes que dicen y que hace, le lanza el guante a Ildemaro Vargas, salta (otra vez), corre de un lado a otro, pega gritos, golpea a alguno de sus compañeros, es uno de los primeros que sale a felicitar y si anota seguramente hará una celebración llamativa.

Se nota que disfruta reforzar y que se ha adaptado muy bien a lo que se vive en Cardenales, que amaneció este sábado con la serie 3-0 a favor.

“Simplemente tienes que ser tú mismo. Es lo que hay que hacer. Así se unes al equipo, te unes al compañerismo que se vive aquí”, comentó antes del cuarto juego de la Final. “Gracias a Dios, he caído muy bien en este equipo. Me la llevo bastante bien con los muchachos”.

No sólo ha caído bien en el ánimo. Ha ayudado con su bate. En los tres primeros careos de la Gran Final ligó de 14-7 (.500 de average), con un cuadrangular, cinco carreras remolcadas, 10 bases alcanzadas y 1.181 de OPS.

“Siempre he dicho que el bateo es algo contagioso, y cuando tienes a un hombre como Astudillo en el medio de la alineación algo va a pasar”, dijo el manager José Moreno. “Es uno de los mejores peloteros en este momento en la liga. No sólo es un tipo que puede jugar en todas partes, sino que es tremendo bateador y tiene ese ánimo que siempre es necesario”.

Astudillo también se convirtió en una atracción en Minnesota, con Mellizos. Allá le apodaron “La Tortuga”, y se hicieron virales sus carreras al plato. Su fama de casi imponchable ha ayudado a su popularidad (aunque Craig Stem logró abanicarlo en el primer juego de la final).

Su ronda regular fue tan buena que estuvo muy cerca de ser el Más Valioso de la temporada; el premio lo ganó Delmon Young. Bateó para .325 de promedio, .870 e OPS, dio 10 jonrones y remolcó 46 anotaciones. En medio de la holgura de la serie final, él es –hasta antes del cuarto juego- uno de los candidatos al pelotero más destacado de la instancia.

“Eso me hace bastante feliz porque son resultados que uno logra con trabajo, para eso y las victorias es que se juega”, señaló. “Si hay otro premio, pues bienvenido sea, pero lo que quiero es ayudar lo que más pueda”.

 

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