Créditos Imagen: Robert Suárez Foto: Union Tribune
Alexander Mendoza | Prensa LVBP
Caracas.- Robert Suárez no tuvo un debut alentador en las Grandes Ligas, luego de embasar a los tres primeros hombres que enfrentó, pero ha ido mejorando con cada salida y parece estarle tomando el pulso a un nivel desconocido para él, hasta 2022.
El viernes por la noche, el derecho lanzó dos innings en blanco, en relevo del japonés Yu Darvish, para ayudar en el triunfo de los Padres de San Diego 7-3 contra los Piratas de Pittsburgh, en el PNC Park.
Se trató de su mejor trabajo en lo que va de campaña, ya que pese a conceder un boleto, enfrentó al mínimo de bateadores y apenas empleó 21 envíos, 11 de ellos en strike. El mánager Bob Melvin lo llamó en el séptimo y luego del primer out, caminó a Bryan Reynolds, pero obligó a batear para dobleplay a Ke’Bryan Hayes, para liquidar la entrada. Luego, sacó el octavo por la vía rápida, incluidos ponches cantados a Daniel Vogelbach y Jack Suwinski.
Ahora, Suárez apenas ha encajado una carrera en sus últimas 7.2 entradas, incluida una cadena de 5.2 capítulos en blanco. Todo repartido en sus más recientes seis apariciones, en las que ha espaciado tres hits, con un pasaporte y 10 guillotinados.
“Suárez será una pieza importante para nosotros”, comentó Melvin al final de los entrenamientos de primavera. “¿Dónde encaja?, no estoy 100 por ciento seguro todavía. Me encanta el hecho de que esté acostumbrado a cerrar. Si ese es su caso, le tendremos toda la confianza del mundo”.
Esa presunción del estratega pesó al momento de nombrarlo cerrador, pero el Día Inaugural, con el marcador 2-0 a favor de los San Diego ante los D-backs de Arizona, en el cierre del noveno inning, Suárez dio bases por bolas consecutivos a Christian Walker y Pavin Smith, incurrió en un wild pitch y luego propinó pelotazo a Carson Kelly. Con las almohadillas repletas, Melvin recurrió a Craig Stammen, quien también hizo un envío salvaje y más tarde fue víctima de un jonrón de Seth Beer.
Lo que convirtió al venezolano en apenas el segundo lanzador que se mide al menos a tres bateadores, les otorga boletos o los golpea y encaja la derrota en su debut en MLB, desde que lo hizo el derecho Frank Dupee, de los Medias Blancas de Chicago, el 24 de agosto de 1901, según STATS.
Durante el resto de sus salidas ha mostrado su acostumbrado control, una recta de 97,3 millas por hora –ante la que le batean apenas .143 de promedio- y una buena tasa de roletazos (31.6%), aunque sin llegar a los niveles que mostró en Japón (no le sacaron la bola en 62.1 innings la zafra anterior).
“También cuenta con un buen cambio y la curva es un buen tercer lanzamiento, pero lo más importante es su buen trabajo en zona baja de strike, tanto con la bola rápida como con el cambio”, abundó Melvin en su evaluación, previa a la temporada.
Después de su desafortunado estreno, que le costó ser removido del puesto de cerrador en favor de Taylor Rogers, en su segunda salida, tres días más tarde, fue víctima de un jonrón en dos tramos. A partir de ese momento, la otra anotación que permitió también fue producto de un vuelacercas, el 26 de abril.
Su efectividad es de 4.66, pero los zurdos le ligan de 15-0 y, en general, los contrarios no le han conectado indiscutibles con corredores en circulación (6-0) y en posición de anotar (4-0).
El novato, de 31 años de edad, que nunca había actuado en el sistema de MLB, firmó un contrato de dos años y 11 millones de dólares, luego de brillar en la NPB como cerrador de los Tigres de Hanshin, entre 2020 y 2021, campañas en las que ha lideró la Liga Central con 25 y 42 salvados, respectivamente.