Caracas.- Rafael Cova sigue desafiando la premisa de que el rendimiento deportivo disminuye inevitablemente con el paso de los años. El derecho se resiste a la decadencia física asociada al envejecimiento, demostrando que el talento y el entrenamiento constante pueden prolongar una carrera exitosa.
“Mi secreto es trabajar, mantenerme saludable. Desde que firmé para jugar pelota profesional he sido un atleta, en el sentido de que me ha gustado prepararme a diario. Me levanto a las 6:30 de la mañana para entrenarme, como si ese día fuese a buscar firmar con algún equipo. Hago mis rutinas en el gimnasio. No bebo licor, no me trasnocho, y Dios me ha mantenido”, señala sereno, luego de soltar el brazo en los jardines.
Cova sopló las 43 velitas de su pastel de cumpleaños en marzo y todavía sigue sacando outs, en un beisbol que cada día se hace más joven. Por segundo año consecutivo el promedio de edad de las Grandes Ligas bajó de 28 años y peloteros como Jackson Chourio o Trey Yesavage, brillan con 22 o menos años. Aunque, no es necesario ir tan lejos: la media de edad de los lanzadores de LVBP es de 28,3 años.
“Siempre salgo al terreno como si se tratara de un novato que busca ganarse un puesto. Cuando tienes disciplina en lo que haces, logras mantenerte durante mucho tiempo. Me dedico a lo que hago, obviamente durante el receso de temporada no es exactamente igual, pero mantengo mis rutinas”.
La presencia de Cova en el roster inaugural de Tiburones de La Guaira, levantó algunas cejas de incrédulos. Pero el incombustible tirador justifica su contratación. Es uno de apenas tres relevistas que suman al menos 8.0 innings de labor en la temporada 2025-2026, sin permitir anotaciones limpias, y el domingo 2 de noviembre sacó un cero crucial, con un out y bases llenas, en el noveno inning para preservar el triunfo de La Guaira 4-3 contra los Navegantes del Magallanes, y convertirse apenas en el cuarto pitcher en la historia que se apunta un rescate con por los menos 43 años de edad, de acuerdo con Pelota Binaria.

Rafael Cova regresó con Tiburones de La Guaira y ha sido un brazo importante para el bullpen
UN TIRA PIEDRAS QUE APRENDIÓ A LANZAR
“Cuando empecé a tirar 100 mph, al principio de mi carrera, traté de nunca bajar mi velocidad, es lo que siempre he tenido en mente. Y aquí, con 43 años, mi recta todavía llega a 95-96 millas por ahora”, enfatiza Rafael Cova sin aspavientos.
Algunos que enfrentaron esa poderosa bola rápida están en el retiro otros la padecen en este instante, aunque aderezada con sapiencia.
“Creo que antes pichaba mucho para el público, para que la gente se emocionara”, recuerda, el sucrense de Cariaco. “Ahora trato de ser más un lanzador. Me lo tomo con calma. Aprendí que hay que esperar el tiempo de Dios. En ocasiones uno quiere que las cosas se le den de inmediato. Cuando Dios quiere te lo da y de allí en adelante vienen grandes bendiciones”.
Las bendiciones no paran. Cova exhibe un superlativo 3.57 de FIP (siglas en inglés de Pitcheo Independiente de Fildeo), mientras que ninguno de los seis corredores que heredó en las bases durante las primeras tres semanas del calendario regular, le pisaron el plato.
“Es una liga muy ofensiva y tienes que saber trabajar a los rivales. Mezclo mi recta, con el sinker, la slider y el split (recta de dedos separados). Saco de paso a los bateadores con el splitter y tiro mi sinker adentro”, glosa.
“Aquí vas a comer siempre si tiras adentro. Los bateadores se van a defender. Si les dejas un pitcheo en el medio o afuera, te van a dar un jonrón, pero si te fajas adentro y controlas donde vas a poner tus picheos, vas a sacar outs, con un roletazo o un elevado. Nunca busco un ponche, esos llegan solos. Cuando vas con la mentalidad de ponchar, nunca se te va a dar. Lo importante es siempre estar agresivo, ponerme adelante en la cuenta, esa ventaja te da la posibilidad de usar tus pitcheos secundarios. Si te pones por debajo tienes que venir por el medio y lo vas a pagar”, abunda.

Rafael Cova ha puesto números a lo largo de sus 22 años en la LVBP que lo colocan al lado de grandes relevitas
Cova es uno de siete lanzadores, usados mayormente como relevistas, con al menos 300 ponches y 300.0 o más entradas lanzadas en los anales del circuito (349.2 IP), según Pelota Binaria. Los otros son nada menos que Richard Garcés, Francisco Buttó, Víctor Moreno, José Villa, Luis Aponte y Luis Mercedes Sánchez.
De ese grupo Garcés y Aponte tiene estatuillas en el Salón de la Fama del Beisbol Venezolano.
“No pensé que llegaría a tener esos números”, destaca Cova, que exhibe efectividad vitalicia de 4.17. “Sé que en el beisbol llega el tiempo en que tienes que retirarte, pero siempre tuve la meta de jugar varios años 18 o 20. Dios me ha dado el privilegio de jugar un poco más (22 zafras). He lanzado mucho y sé que tengo mis números, pero no le doy mucha mente a eso. Este es mi trabajo y cuando mi carrera se termine, sacaré las conclusiones”.
GÜAIRISTA DE CORAZÓN
El cuarto salvado de su extensa trayectoria se produjo en el Estadio José Bernardo Pérez, el parque en el que Rafael Cova vivió grandes momentos con el uniforme del Magallanes.
Entre la 2007-2008 y la 2009-2010, formó parte de uno de los tríos de relevistas más dominantes de la LVBP a partir del séptimo inning, junto con Clevelan Santeliz y Jean Machí.
“Esa época forma parte de recuerdos muy bonitos. Fueron nueve temporadas con el Magallanes, esos tres años dominamos el bullpen de la Nave. Fue una gran época, estadios llenos contra el Caracas, la adrenalina del público… Hicimos buen trabajo, éramos la carta crédito del mánager Carlos García”, sonríe.
“Pero me siento más cómodo con La Guaira, que también llena estadios. Siempre he sentido más a Tiburones, estuve 10 años con ellos, y estoy feliz de estar de vuelta”, puntualiza, para no dejar espacio a la duda.

Rafael Cova aspira a seguir lanzando hasta los 45 años de edad
HASTA LA ÚLTIMA GOTA DE BEISBOL
Cuando se le pregunta a Rafael Cova cuando pondrá fin a su andar por los diamantes de la pelota criolla, no duda en responder: “Quiero retirarme a los 45 años, siento que puedo lanzar un par más de temporadas”.
El mánager Gregorio Petit espera sacarle hasta la última gota de beisbol que le quede, mientras lo tenga en el roster activo.
“Cova siendo Cova. Todo el mundo lo conoce. Ha tenido temporadas buenas y otras no tanto, pero ha sido consistente. Una persona de su edad que todavía tiene esos resultados, es de admirar. Hay que disfrutarla y verlo hacerlo lo suyo, para mí es un orgullo. Yo espero que siga estando saludable y siga desarrollando su carrera. Nunca sabes cuándo será tu último turno o inning en un terreno juego, vamos a disfrutar lo que le quede”.

Rafael Cova ha respondido con ceros desde el montículo a la confianza del mánager Gregorio Petit
Cova no asume que siempre será el mismo cuando lo levanten a calentar y luego lo llamen al montículo en una situación de apremio. Sólo puede controlar su ética de trabajo.
“Agradezco la confianza que me ha dado Petit, cada día trato de hacer el trabajo que me encomienda. Siempre tengo que estar listo, porque nunca sabes en qué momento te usarán o cuantos innings o si van a necesitar de ti uno o dos bateadores”.
Nunca se sabe, ciertamente, y parafraseando a los Rolling Stones “el tiempo está de su lado”.
EL DATO
Rafael Cova tiene un hijo que está firmado con los Bravos de Atlanta. “También es lanzador y tira 99 millas por hora. Se llama Jesús Cova”, dice el orgulloso padre.








