Guatamare.- Así como Bravos de Margarita está conociendo la final, varios de sus jugadores bandera le están estrechando la mano y diciéndole mucho gusto. Peloteros como Ramón Flores, Breyvic Valera, José Alexander Martínez y Carlos Jesús Pérez, todos principales, se familiarizan con las emociones de esta etapa en el beisbol profesional venezolano, ignota para ellos. Todos coinciden en que la experiencia es única, superior a todo lo imaginable.
“Lo estoy disfrutando al máximo. Hay que pasarla bien porque es algo único”, asegura el toletero derecho Carlos Jesús Pérez, quien no disputaba una final, de ningún tipo, desde los 12 años de edad. “Fue en un nacional y representaba al estado Carabobo. La serie fue contra Miranda, que tenía a Alexander Palma. Ahora estamos en la final después de cuatro años sin jugar aquí en la isla. ¡Qué mejor manera de volver! Sentir el calor del público de uno, en casa, es emocionante, motiva a hacer las cosas mejor”.
Carlos Jesús Pérez disfruta cada segundo de la primera Gran Final de Bravos
EL JUGADOR FRANQUICIA EN TIERRA PROMETIDA
El utility con entrada a Grandes Ligas Breyvic Valera es un jugador franquicia. Lleva 11 temporadas bregando por llegar hasta aquí y finalmente lo hizo luego de casi 1.500 turnos de ronda eliminatoria. Valera vivió dos finales en Ligas Menores, pero, a su juicio, lo que siente ahora es incomparable. “Fueron muchos años y sacrificios para lograr este avance y por eso le doy gracias a Dios”, apunta el Más Valioso de la contienda 2016-2017. “Me emociona volver a la isla después de cuatro años y hacerlo en una final, con el apoyo de una fanaticada entusiasta con nosotros, algo que nos faltaba. Ver a 15 mil personas apoyándonos, siendo parte de esto, es un sueño hecho realidad. Resulta satisfactorio, pero no hemos hecho nada todavía. Falta mucho por jugar y debemos seguir trabajando por ese campeonato que siempre anhelamos”.
Breyvic Valera celebra estar en una instancia decisiva de la LVBP, con el uniforme de Margarita
Aunque Valera ha sido campeón cuatro veces en el exterior, nada supera para él vivenciar una final sobre su suelo. “De esos cuatro campeonatos sólo pude participar en dos”, rememora el carabobeño de 33 almanaques. “Una fue en liga de novatos y otra en Triple A cuando estaba con los Cardenales de San Luis. Con la organización de los Dodgers hubo una, pero no participé; y en Japón mi club ganó, pero no jugué la final. Aunque esto es diferente. Protagonizar una final en tu tierra, con tu equipo de toda la vida, es una sensación inexplicable. En finales es el mismo beisbol, con la diferencia de que, si jugamos buena pelota, seremos los mejores de Venezuela. Trato de no pensar en presión, de no salir a dar más de lo que podemos”.
LA RACHA DE RAMÓN FLORES
El jardinero barinés Ramón Flores, uno de los mejores bateadores activos en la Liga Venezolana de Beisbol Profesional, había hecho de todo, menos jugar una final en este circuito. Y hablando de finales, anda enrachado. Viene de ganar la Serie del Caribe pasada con Tiburones de La Guaira y de coronarse en la Liga Mexicana de Beisbol con Diablos Rojos. “Estoy buscando el tercer título seguido”, afirma el outfielder nacido el 26 de marzo de 1992.
Mas nada como hacerlo para “sus Bravos”, como él dice.
“Me siento bendecido porque es un trabajo que llevo rato haciendo y siempre había soñado estar aquí con mis Bravos”, comparte el toletero zurdo, bigleaguer entre 2015 y 2017. “Han sido años difíciles como institución y es gratificante lograr esto después de todo lo que hemos pasado. Aquí estamos, compitiendo con el plantel compacto armado por la gerencia. Esto es algo que soñamos y nos propusimos. Queremos seguir haciendo historia con cada triunfo”.
Ramón Flores busca su tercer título seguido y lograrlo con Bravos, le anima más que nada
Flores estuvo para Bravos cuando las vacas eran flacas y llegó el momento del engorde. “Desde que estoy en el equipo nunca había jugado en la isla y hacerlo justo cuando volvemos a Margarita me llena de satisfacción. Ver un estadio repleto despertó sentimientos bonitos”, desarrolla el chocador de .303 de promedio y .409 de porcentaje de embasado vitalicio dentro de la LVBP, si bien durante el torneo 2024-2025 un enfriamiento a la ofensiva que lo llevó a un inconcebible promedio de .200 al término del periodo ordinario, una etapa glaciar prolongada casi hasta el final del Round Robin.
“Fue una temporada difícil en lo particular, con más bajos que altos. No estoy acostumbrado a batear tan bajito, pero me tocó”, reflexiona. Flores. “El ajuste fue más mental y los hits están llegando a la hora más importante (lleva de 15-5 en la serie contra Cardenales de Lara). Esto ha servido para mantener los pies en la tierra y seguir trabajando duro. Ahora buscamos un campeonato que depende de nosotros mismos. Debemos ejecutar nuestro juego después de un resbalón y recuperar nuestra identidad. En las finales los ajustes se hacen de inmediato, inning a inning”.
LA ALEGRÍA DE JOSÉ
José Alexander Martínez es uno de los campocortos menos promocionados de la LVBP, pese a su buen rendimiento. Tal vez, entre otros motivos, por su invisibilidad en finales. Pues ya saben que existe este discreto zuliano de 24 años de vida, garante de la defensa, cumplidor al ataque y siempre fuera del radar hasta su irrupción en su primera final.
“Es inimaginable lo que se siente. El sueño desde niño de jugar una final se cumple, se vuelve realidad. Fueron cinco años esperando”, afirma el infielder. “No sabes lo que significa ver el estadio lleno, fue bonito ver a la fanaticada apoyándonos. La presión es fuerte, porque somos varios quienes, como yo, estamos por primera vez en una final, pero tenemos el apoyo de gente como Wilson Ramos y Alberto González, que sí saben de finales. Yo jugué una en Clase A fuerte con los Cardenales de San Luis y la ganamos con el equipo de Palm Beach, pero no se compara en nada con lo que vivo hoy en día. Esto del beisbol Caribe, de estar en tu país, con tu gente, es muy diferente. Ojalá y también se cumpla el sueño de quedar campeones”.
José Alexander Martínez, alejado de los reflectores, es uno de los artífices del buen rendimiento de Margarita