Caracas.- La vida de Junior Guerra ejemplifica la razón de ser del premio Luis Salazar. De lanzar en España, Italia y Nicaragua a ser abridor de Opening Day en Grandes Ligas. De estar a un paso del retiro, tras someterse a una cirugía Tommy John cerca de los 40 años de edad, a ser el Regreso del Año en la LVBP.
El derecho volvió a mostrar aquella versión que le llevó a ser líder de rotación en la Gran Carpa con los Cerveceros de Miwaukee, hace casi una década, y quedó a sólo siete ponches de la Triple Corona de pitcheo en su temporada de estreno con los Navegantes del Magallanes.
Junior Guerra recibió 43 de los 55 votos posibles al primer lugar, para acumular 243 puntos y superar con facilidad a Yangervis Solarte, precisamente el jugador por el que fue enviado vía cambio desde los Tiburones de La Guaira en el receso de campaña, quien registró 110 unidades.
“Es un premio muy importante para mí, porque ya venía de dos años batallando con las lesiones. Gracias a Dios trabajé con mucha fe para estar de vuelta, rodeándome de las personas indicadas para mantenerme sano”, dijo Guerra a Adriana Flores para la transmisión de Televén, tras darse a conocer el galardón. “Muchas veces pasó por mi cabeza dejar el beisbol. Lo conversé mucho con mi esposa, pero ella siempre me dio su voto de confianza para seguir”.
El oriundo de San Félix lideró los departamentos de victorias (8), efectividad (2.63) y entradas lanzadas (68.1); fue segundo en abanicados (48), además de tercero en WHIP (1.33) y cuarto en promedio de bateo en contra (.244) entre los pitchers calificados.
RETORNO DE ENSUEÑO
Durante las cuatro rondas eliminatorias previas en las que participó Junior Guerra, entre la 2018-2019 y la 2023-2024, dejó abultado promedio de carreras limpias de 5.55 y WHIP de 1.57 en 86.0 innings con récord de 1-7 en 22 presentaciones.
Un antecedente inmediato que realza aún más lo alcanzado por el bolivarense en la reciente contienda, uniéndole a Richard Garcés (2004-2005), Edgardo Alfonzo (2007-2008), Luis Rodríguez (2015-2016) y Wilfredo Boscán (2018-2019), como los únicos jugadores del Magallanes en ganar el Regreso del Año.
“Fue especial esta temporada, porque cuando salí de La Guaira, por decisión propia, convencido de que ya mi ciclo allí había terminado, la gerencia del Magallanes apostó por mí”, apuntó Guerra. “Me cambiaron por Solarte, un jugador probado que puede dar mucho en esta liga, y yo venía de una operación. Así que tenía que responderles”.
Anteriormente, el guayanés fue dominante con los escualos en tres zafras, entre la 2014-2015 y la 2017-2018, combinándose para efectividad de 3.15 y WHIP de 1.17 en 183.0 capítulos, con balance de 13-8 y una relación de 161 recetados por 56 bases por bolas.
“No me tomé personal esta campaña. Agradezco mucho a los Tiburones por todo lo que viví allí; sufrí y lloré, hasta poder lograr un campeonato”, afirmó Junior Guerra a Germán Cartaya. “Necesitaba un cambio de aires, y ellos lo entendieron. Afortunadamente, las cosas salieron bien, porque no me sentía tan saludable desde mi último año como abridor en las Grandes Ligas, en 2018”.
EL DATO
Junior Guerra fijó marcas personales en triunfos, ponches y efectividad en su decimocuarta temporada en la LVBP. Además, quedó a 9.1 entradas su tope de 78.0 en la 2014-2015, en una campaña de 65 juegos.