Historias encontradas: Armas vs. Leal, otro clásico en finales

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Créditos Imagen: Antonio Armas Foto. Archivo

 

Andriw Sánchez Ruiz | BeisbolPlay

 

Caracas.- La eterna petición de Antonio Armas a Luis Leal sonaba más a exigencia que a otra cosa.

“Lánzame recta, al menos una”, le decía el joven slugger a un más lozano lanzador. “Tú siempre lo que me lanzas es slider… Pon una recta allí pues”.

Leal no era tonto. Le resbalaban las provocaciones. Solo se quedaba callado, levantaba la pierna y disparaba al plato. Después, cuando uno ya no estaba en el cajón de bateo y el otro sobre el morrito, el pitcher le decía con guasa: “Mira, cuando le pegues al slider es que yo te voy a lanzar una recta… Pégale primero al slider, pues”.

El intercambio de palabras se repitió una y otra vez. Lo hicieron en Grandes Ligas, Armas con Atléticos y Medias Rojas, Leal con Azulejos. Y sucedió en Venezuela en incontables ocasiones (no hay un registro exacto), el legendario bateador con Leones del Caracas y el mítico serpentinero con Cardenales de Lara.

Sus choques también se dieron en finales. Estuvieron en las primeras cinco instancias decisivas que disputaron ambos equipos. Eran rozagantes peloteros, ahora son pausados y pedagógicos instructores; Armas con Leones y Leal con Cardenales, como en los viejos tiempos, pero con memorias frescas.

“Eran finales aguerridas. Salías a jugar con el corazón. No importa si tenías que lanzar nueve innings, si tenías que dejar la vida allí. Salías a guerrear. Buscabas ganar”, recuerda Leal sentado en el dugout de la derecha del Universitario, después de trabajar con los escopeteros larenses que están en la final de la temporada 2018-2019. “Siempre le jugamos al Caracas con todo lo que teníamos, pero casi siempre perdimos (risas)”.

Leal se ríe a ahora, cuando el dolor se convirtió en recuerdo. Pero aquellas derrotas hicieron esperar por un buen rato la entrada de la alegría máxima al nido del cardenal; Leones ganó las cuatro primeras finales contra Lara, tres de ellas de forma sucesivas.

“Es difícil recordar un momento favorito, porque cuando ganas todos lo son”, dice Armas con su crudo acento oriental, luego de supervisar a los bateadores caraquistas. “Ahora ya que me preguntan, creo que lo que nunca olvidaré es el doble que le di a Leal, aquí mismo en el Universitario, y después Dave Henderson dio un hit para dejar en el terreno a Lara. Fuimos campeones con esa carrera”.

La memoria del fortachón instructor se remonta a la campaña 1981-1982, cuando los capitalinos lograron el tricampeonato.

Leal le ganó a Armas muchas veces, pero en el plano individual. “Yo no recuerdo cuántos jonrones me dio, porque no llevo la cuenta de los jonrones que me dieron sino de los outs que sacaba”, suelta Leal y explota una risa. “¿Por qué no le preguntas a él?”.

“Pues yo no me acuerdo de cuántos jonrones le di”, responde Armas. “Lo que sí sé es que me ponchó un montón de veces”.

La única victoria de Leal en colectivo, contra Armas y sus Leones, ocurrió en la final 1990-1991, el primer título en la historia del Cardenales. “La vida da vueltas”, sigue el ex lanzador. “Ahora yo estoy aquí, con Antonio Castillo que estaba en esa final, guiando a los muchachos de Lara, y él, Antonio, está allá, con los muchachos de Leones. Así es la vida… Así es la vida”.

 

Luis Leal siempre fue un rival duro para Antonio Armas en la LVBP

 

Si bien en Venezuela no se puede reseñar con exactitud los enfrentamientos entre ambas figuras, en Estados Unidos sí. De acuerdo con el motor de búsqueda de Baseball-Reference, Armas le bateó para .333 a Leal, con un cuadrangular (en 1982), .915 de OPS, y fue ponchado seis veces.

“Yo le decía a los muchachos que batearle a Luis era como darle a una piedra de esas de moler. Era muy pesada la bola, eso era lo difícil de él”, recuerda Armas. “Era un pitcher que salía con corazón, tenías que matarlo”.

Leal, al oír que Armas se refería a sus lanzamientos como rocas tan pesadas como balas de cañón, solo se ríe. “Bueno, él era un bateador con el que no te tenías que equivocar”, cuenta. “Lo hacías y lo ibas a pagar”.

Quizás por eso, el reclamo amistoso de Armas no prosperó. Leal tenía –tiene- la suficiente cordura para no lanzarle una recta infantil al otrora slugger. “Ni si quiera siendo mi amigo”, suelta.

Si usted quiere hacer una compilación de los Cardenales vs. Leones de las finales, por favor no olvide los Armas vs. Leal, otro clásico de instancias decisivas en la LVBP.

 

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