Gustavo Molina confía en los brazos larenses

Compartir
Facebook
WhatsApp

Créditos Imagen: Gustavo Molina Foto: AVS PHOTO REPORT

 

Verónica Ribeiro | Prensa LVBP

 

Maracaibo.- Gustavo Molina y Héctor Giménez son los peloteros de Cardenales de Lara con mayor experiencia en Finales de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional. Ambos suman 14 participaciones en series por el campeonato.

Molina ha estado en seis instancias decisivas, la anterior apenas en la campaña pasada, cuando su equipo (Magallanes) estuvo en ventaja de 2-0 y luego cayó derrotado en cuatro desafíos seguidos, para ver cómo su rival (Tigres de Aragua) se coronaba campeón del circuito.

Esta vez, Cardenales intenta remontar una desventaja de 0-3 y el martes por la noche, ganó el primer partido en una situación extrema de eliminación, de la que ningún equipo ha regresado en 70 años de historia de la LVBP. Este miércoles, Lara intentará una vez más extender sus probabilidades.

“La experiencia no se enseña, se vive. La clave de levantar una copa es trabajar día a día. Yo estuve también en ventaja de 2-0 y nos remontaron cuatro. La final se trata del que gane cuatro juegos. Esa es la mentalidad que debemos tener y salir a jugar beisbol”, dijo Molina, quien se ha encargado de la receptoría crepuscular a tiempo completo desde que Milwaukee mandó a parar a Manny Piña.

“Desde el principio de la temporada las cosas estuvieron claras entre la gerencia y mi persona (cuando fue contratado después que los Navegantes lo dejaran libre). Iba a ser el receptor suplente. Lamentablemente, la salida de Piña fue algo imprevisto y no había manera de avisarme que iba a trabajar todos los días, como antes me explicaron mi rol. De manera que asumí la responsabilidad de manera positiva. Ahora estamos aquí y hay que seguir trabajando igual”, destacó el receptor.

Durante la presente postemporada, el oriundo del estado Vargas, batea para .316 (38-12) de promedio, con par de dobles y un jonrón, ha impulsado seis carreras y cruzado la goma en dos ocasiones, en 10 encuentros.

Pero más allá de la actuación con el bate, su verdadero aporte ha estado en darle confianza detrás del plato al cuerpo de lanzadores de Lara y llamando buenos juegos. La efectividad colectiva de la tropa crepuscular ha bajado de 3.63 en ronda regular a 3.17 en playoff. En la Final, ese promedio se disparó a 5.59 carreras limpias, pero Molina aclara que se debe al derrumbe de la defensiva, que este martes dio muestras de mejoría al detener la producción de Zulia.

“Yo creo que los lanzadores han hecho un buen juego, lo que nos ha hecho daño son las pifias a la defensiva porque (Águilas) las han sabido aprovechar”, expresó.

De las 32 carreras que ha encajado el pitcheo de Lara, ocho han sido sucias, pero buena parte de las 23 rayitas que le anotaron en los dos primeros encuentros de la serie, fueron después de aprovechar brechas y el descontrol de los brazos cardenaleros. Sin duda, una virtud del rival.

“No ha sido la alineación (la que nos ha hecho daño), sino nuestra defensa”, insistió el curtido máscara, de 34 años de edad. “No nos han salido las cosas. Yo creo que si concretamos temprano en el juego, con el bullpen y la ofensiva que tenemos, vamos a sacar un resultado positivo”.

Las Águilas también han estado corriendo y ganando base adicionales.

“En una Final no puedes fallar cuando haya intentos de robos de base porque puede ser la diferencia entre ganar y perder”, señaló Molina, que ha retirado a uno de los tres hombres que le han salido a la conquista de la segunda base.

EN BUSCA DE REDENCIÓN

Durante su primera apertura en la Final, el pasado 20 de enero en el Estadio Antonio Herrera Gutiérrez, el as de Lara, Raúl Rivero, no se mostró tan efectivo como ha sido lo usual en su carrera durante la postemporada, a diferencia de la ronda regular, cuyo trabajo ha sido reconocido con dos premios Carrao Bracho consecutivos.

En cinco innings recibió siete hits y cuatro carreras. Freddy Galvis y Endy Chávez fueron responsables de la mitad de esas anotaciones. Ambos son la chispa en la parte alta de la alineación de Lipso Nava.

Omar Bencomo Jr. aseguró que el éxito contra Zulia pasa por anular a esos dos bateadores y, de alguna manera, lo hizo en el cuarto juego, aunque Galvis remolcó la única carrera de los rapaces.

Esta vez, Rivero debe regresar a la consistencia de su comando y a la efectividad de su splitter, ausentes en su primera presentación.

“Confiamos en nosotros y en Rivero. Sabemos que podemos hacer las jugadas y batear”, expresó Ildemaro Vargas, quien se convirtió en el héroe del cuarto partido.

 

Suscríbete al club del fanático

¡Te has suscrito con éxito!

Gracias por unirte al Club del Fanático. Ahora formarás parte de la acción con contenido exclusivo, noticias y promociones especiales.