Créditos Imagen: Gabriel Moreno | Foto: @Dbacks
José Ángel Rodríguez | Prensa LVBP
Caracas.- Hace poco menos de una década, Gabriel Moreno se mostraba en los tryouts como un infielder de la línea central, con atractivo potencial en su bate. En aquel entonces, ni el más agudo y entusiasta de los scouts hubiese imaginado que, apenas en su primera temporada completa como grandeliga, el venezolano se convertiría en un ganador del Guante de Oro, que guiaría a su organización a disputar la Serie Mundial, como cátcher.
La transición del oriundo de Barquisimeto hacia la receptoría se dio tan pronto firmó su primer contrato al profesional, con los Azulejos de Toronto, en 2016. Con aquella franquicia, comenzó la campaña 2022 como el sexto mejor prospecto del beisbol, según MLBPipeline, y debutó en la Gran Carpa en junio, antes de ser cambiado dos días antes de navidad a los Cascabeles de Arizona.
Moreno, lejos de abrumarse por la sorpresiva transacción, dio un paso al frente en los desérticos tras la lesión de Carson Kelly en los Entrenamientos Primaverales de 2023, con tal impacto, que se encumbró como el primer criollo en liderar la MLB en bWAR defensivo (3.1) desde Oswaldo Guillén (3.7), en 1987.
Lo sorprendente en el caso del larense, fue la precocidad en que alcanzó el registro calculado por Baseball-Reference, considerando su exigente lugar al campo. Al echar un vistazo a las últimas 60 zafras del Big Show, ningún otro cátcher de 23 años de edad o menos (exactamente la del crepuscular la contienda anterior), alcanzó semejante medición de Victorias Por Encima del Reemplazo con sus habilidades en defensa.
"La mayor área de crecimiento que tuvo fue su recepción, la capacidad para elaborar un plan de juego y entender lo que hacemos aquí en Arizona”, dijo a inicios de semana el mánager Torey Lovullo sobre Moreno, a The Athletic. “Le costó un poco acostumbrarse, pero aceptó el entrenamiento con entusiasmo. Así que eso fue lo que le dio más éxito hacia el final de la temporada".
De hecho, para hallar una actuación superior a 3.1 de dWAR desde la receptoría para un jugador no mayor a los 25 calendarios, hay que retroceder hasta 1996, cuando el miembro del Salón de la Fama, Iván Rodríguez (3.3) ganó el quinto de sus 10 Guantes de Oro en fila, con 24 velas sopladas.
Moreno, encabezó el departamento de carreras salvadas a la defensiva (20) entre los caretas con al menos 800.0 entradas, según FanGraphs. Además, lideró el apartado de porcentaje de captura en intentos de robo (38,6 %), muy superior a la media de sus colegas (20%) en el certamen.
"Para un receptor, siempre es un motivo de orgullo cuando sacas a los corredores, más aún ahora con las nuevas reglas, que le dan mayor valor a tomar una base extra", afirmó Moreno. "Para mí, es muy importante sentirme preparado para los juegos, así que realmente no pienso demasiado, sólo confío en lo que hago".
Moreno terminó sexto de Las Mayores en Pop Time (tiempo que se mide desde que un envío toca la mascota de un receptor, hasta que el tiro hacia las bases llega al fildeador) hacia la intermedia (1.90 segundos), y decimocuarto hacia la antesala (1.47). De igual manera, finalizó quinto en Bloqueos por Encima del Promedio (10), de acuerdo con Statcast.
No obstante, uno de los avances trascendentales en su anterior ruedo fue en relación a los lanzadores, para sacar el máximo provecho a cada uno de ellos. Al comienzo del calendario regular, a menudo necesitaba que le indicaran desde el dugout cuando debía hacer una visita al montículo, pero a medida que fueron avanzando los encuentros, desarrolló su olfato natural, le mencionó el coach de banca Jeff Banister al periodista Tyler Kepner.
“Todo el mundo pone mucho énfasis en llamar el juego, pero tener ese instinto de beisbol es más que eso, ¿no?”, analizó Banister. “Porque si todos supiéramos la calidad del pitcheo que vamos a recibir cuando lo pedimos, quizás no solicitaríamos algunos. Se basa en cómo esté lanzando, en la personalidad del pitcher, en dónde se encuentre física, mental y emocionalmente, todo eso. Este muchacho tiene una gran introspección de eso”.
Según Sports Info Solutions, citado por Kepner, los serpentineros de Arizona compilaron efectividad de 3.94 cuando Moreno estuvo detrás del plato, en comparación a la de 5,25, con el resto de los cátchers del conjunto.
Aún más perceptible resultó en el récord de la divisa. Las serpientes tuvieron foja de 71-57, incluida la postemporada, cuando el vinotinto participó. Mientras que, en su ausencia, (especialmente entre julio y agosto por molestias en el hombro derecho) jugaron para 23-28.
“El marcó la diferencia en nuestro balance de victorias y derrotas cuando estuvo en el lineup", aseguró el piloto Lovullo. "Cuando se lesionó, las cosas no fueron bien para este club, y eso se debe a su capacidad en ambas facetas del juego. Es un bloqueador de carreras. Es un tirador fuerte y preciso. Recibe muy bien la bola. Y ofensivamente, tiene una tremenda aportación, dentro de una alineación ya muy pulida”.
EL DATO
El inmortal Luis Aparicio es el venezolano con la marca del mejor dWAR en una temporada (3.8, en 1960) y de por vida (31.8), siendo el sexto global de todos los tiempos en las Grandes Ligas, según Baseball-Reference.