Freddy Galvis comprometido hasta el final

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Créditos Imagen: Freddy Galvis Foto: Prensa SDC

 

Alexander Mendoza | Prensa LVBP

 

Culiacán.- “¿Por qué Freddy Galvis está aquí?” Es la pregunta recurrente de la prensa acreditada en el Estadio Tomateros para cubrir la Serie del Caribe.

En un evento huérfano de figuras en sus últimas ediciones, el campocorto es una rareza. Galvis es el único regular en las Mayores entre los 140 peloteros que aparecen en los rosters activos de los cinco clubes participantes en la competición, un jugador que largó 20 cuadrangulares y apareció entre los finalistas para el Guante de Oro de la Liga Nacional, vistiendo el uniforme de Filadelfia.

Así, como una especie en peligro de extinción, el falconiano recibe la atención de todos. Es la figura de Águilas del Zulia y del Clásico Caribeño.

“Había hablado con la gerencia (del Zulia) que seguiría hasta el final. Estoy muy emocionado de formar parte del proyecto de este equipo. En principio el objetivo era llegar a los playoffs y dije que me iba a quedar hasta la Final, pudimos ganar, y no quería perderme la Serie del Caribe, es una experiencia que deseaba vivir”, aseguró el joven, de 27 años de edad, frente a su locker, en el clubhouse de visitantes, poco antes del partido de este jueves contra Criollos de Caguas.

La gerencia de los Filis quiso cerciorarse que Galvis estuviera seguro de lo que estaba haciendo.

“Antes le había expresado mi interés de jugar en Venezuela, después de descansar de una larga temporada y eso fue lo que hice”, recordó Galvis, que se unió a los rapaces el 6 de diciembre. “Después llamaron un par de veces, pero mi agente se encargó de tranquilizarlos. Estaré bien y listo para los entrenamientos de primavera, a partir del 12 febrero. ¿Qué podría significar una semana más, cuando tardamos 17 años en regresar aquí? Es algo muy bonito, que tenía que cumplir en mi carrera”.

Una vez con el equipo, Galvis se convirtió en el líder, en el capitán espiritual del club. El hombre que empujaba al resto.

“Creo que si revisamos sus números ofensivos, incluyendo la eliminatoria hasta la Final, no debe haber bateado más de .260 puntos (en realidad ligó .234, de 123-29), pero con su juego hizo mejor a los que estaban a su alrededor”, destacó Luis Amaro, gerente general de Águilas. “Su aporte fue fundamental para traernos hasta aquí”.

Galvis prefiere darle crédito al equipo, confundirse con el resto de sus compañeros, antes de aceptar todo el crédito.

“El enfoque era bastante claro en lo que queríamos y personalmente. Tratar de ayudar a las Águilas a ganar el campeonato. Esa era la meta del grupo. Creo que se pudieron juntar todos los factores. Los muchachos hicieron un gran trabajo desde que empezó la temporada y este el resultado de todo lo que hicimos. Del compromiso que asumimos. Algunos llegamos hasta el final”.

El fino fildeador y bateador ambidiestro, ha asimilado lecciones importantes para su vida como profesional. Regresará a Estados Unidos, no como un mejor o peor beisbolista, sino uno diferente al que se enfundó en la casaca naranja zuliana hace poco menos de dos meses.

“Aprendí mucho en la postemporada. Tomamos unos refuerzos de mucha experiencia en la Final y sus consejos me ayudaron mucho a calmar las emociones en los puntos altos y bajos de mi rendimiento, a tratar de mantenerme en la misma línea”, reveló. “(Mario) Lissón, me dijo que no importaba lo que pasara, teníamos que mantenernos el mismo nivel. Porque no puedes estar muy alegre o demasiado molesto, según lo que logres en el terreno. Debes mantener el equilibrio. Es algo que aprendí de todos ellos (Endy Chávez, Ronny Cedeño) en el terreno. Tienes que mantener el mismo nivel durante todo el juego, algo que permite a tus cualidades aflorar. Es una experiencia que me ayudará bastante”.

Galvis aprovechó la oportunidad que se le presentó y le divierte que le pregunten “por qué” está todavía con Zulia. Lo sabe y lo disfruta. Cualquiera que preste un poco de atención a lo que hace en las prácticas y durante el partido, puede conocer la respuesta. Le gusta lo que hace. No hay misterios que resolver.

“Sí. Creo que regresaré mientras tenga salud, vendrán años en los que me tocará descansar, pero en otros volveré. Es una promesa”.

Nadie se atrevería a poner en duda su palabra.

 

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