Edgar Navarro aspira a competir tras un largo camino de regreso al montículo

Edgar Navarro | Fotos: Daniel Sosa
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Caracas.– Edgar Navarro se reportó a los Cardenales de Lara desde el primer día de entrenamientos, decidido a ganarse un puesto en el bullpen para la temporada 2025-2026. Volver al terreno y prepararse para lanzar representa, en sí mismo, una victoria personal.

Durante la primera semana de los entrenamientos primaverales de los Medias Blancas de Chicago en 2024, Navarro sufrió una lesión en el codo derecho que derivó en una cirugía Tommy John. El percance lo dejó fuera por el resto del año. En ese momento, el bolivarense participaba como invitado fuera del roster.

Desde entonces, comenzó un extenso proceso de recuperación, marcado por obstáculos físicos y emocionales.

“Fue más trabajo mental, porque al principio dudaba de la operación… Tuve una recaída en el flexor, pero todo cambió cuando empecé a trabajar con las personas indicadas en Dallas (Texas)”, relató Navarro al departamento de prensa de Lara. “La velocidad volvió, el comando también, el control sobre mis pitcheos… y llegaron los Live-BP”.

Edgar Navarro se esfuerza para asegurar un puesto en el bullpen del Cardenales

La intervención fue realizada por el Dr. Keith Meister, reconocido cirujano ortopédico y médico de los Rangers de Texas desde hace más de dos décadas.

“Toda la rehabilitación la hice con el doctor Meister, uno de los mejores operando beisbolistas. Él diseñó mi programa de pesas, fortalecimiento del hombro y estabilidad”, explicó Navarro, quien recibió la guiatura desde el TMI Sports Medicine and Orthopedic Surgery, en Arlington.

La recuperación de una cirugía Tommy John suele tomar entre 9 y 18 meses. En el caso de Navarro, fueron 19.

El derecho debutó en las Grandes Ligas en 2023, con ocho apariciones para los Medias Blancas. Registró efectividad de 7.27 y WHIP de 1.50 en 8.2 innings. Antes de subir a Chicago, dividió su campaña entre Birmingham (Doble A) y Charlotte (Triple A), con promedio de 3.59 carreras limpias y WHIP de 1.42 en 52.2 entradas, con 37 boletos y 44 ponches.

Ahora, se uniforma con Lara con un repertorio más profundo que el de su última aparición oficial.

“Durante la recuperación agregué un par de pitcheos nuevos: la cutter y un quick changeup, que serán claves para sorprender al rival”, reveló.

A esos envíos se suman la slider y el “power sinker”, que ya formaban parte de su arsenal.

En su trayectoria por las Ligas Menores, Navarro acumula efectividad de 5.14 y WHIP de 1.58 en 264.1 innings repartidos en 173 juegos.

PRIMERO EN LAS MAYORES, LUEGO EN LA LVBP

Edgar Navarro forma parte del grupo selecto de 90 venezolanos que han jugado en la MLB antes de debutar en la Liga Venezolana de Beisbol Profesional.

“Recibí una bienvenida bastante enérgica. Me siento acogido por el equipo. Es mi primer año y percibo mucha energía positiva desde el campeonato anterior. Estoy bien físicamente y listo para competir”, aseguró.

Una experiencia que el alto mando de los barquisimetanos valora.

“Navarro ha venido lanzando bullpen y Live-BP. Esperamos que se mantenga sano porque nuestras expectativas son altas. Llevándolo poco a poco, creemos que puede consolidarse como una pieza importante en el relevo”, señaló Carlos Miguel Oropeza, gerente general de Lara, en conversación con LVBP.com.

Existen grandes expectativas en el alto mando de Lara, con respecto a la actuación de Edgar Navarro

Cardenales se ha distinguido en los últimos años por la profundidad de su cuerpo de lanzadores, el Santo Grial que el resto de los siete clubes del circuito persigue con ahínco.

Navarro lo sabe. No se presiona. Está saludable. Lo demás depende de él.

“Voy a dar lo mejor de mí en la pretemporada y que ellos tomen su decisión. Haré mi mayor esfuerzo, voy a competir. No importa quién esté delante o detrás de mí, seguiré haciendo mi trabajo”, enfatizó.

EL DATO

Edgar Navarro reveló que agregó a su repertorio un “quick change up” o cambio rápido, que no es un lanzamiento distintivo, sino el resultado de un cambio estándar, diseñado para simular una bola rápida con una velocidad significativamente reducida para engañar al bateador. La clave para ese cambio es sujetar la bola más atrás en la mano para ralentizarlo, manteniendo una velocidad de brazo y un lanzamiento similares a los de una bola rápida, lo que provoca que el bateador abanique persiguiendo la pelota. Los cambios efectivos suelen lograr una reducción de velocidad de 8 a 15 mph, con respecto a la bola rápida y a menudo se lanzan con un giro pronunciado, con tendencia a caer al llegar al plato.

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