Valencia.- Cardenales de Lara conectó la mayor cantidad de jonrones de su historia en una ronda eliminatoria para recuperarse de un lento inicio y fijar otro hecho inédito en su registro como franquicia: terminar con el mejor récord de la LVBP por tercera temporada seguida.
Nunca antes lo pájaros rojos hilvanaron tal cantidad de campañas con la mejor foja del circuito. Aunque sí lo habían hecho en múltiples oportunidades en dos zafras consecutivas.
La bandada escarlata se convirtió en el primer equipo que encadena tres certámenes con el mejor balance de victorias y derrotas desde Leones del Caracas, que lo hizo también en tres zafras, entre la 2008-2009 y la 2010-2011, de acuerdo con los archivos de Pelota Binaria (PB).
El motor de búsqueda de PB, también arroja que los 71 vuelacercas que despachó Cardenales en la reciente ronda regular, además de dejarle como líder colectivo, hizo añicos el anterior récord de la divisa, que era de 55, en la 2009-2010.
“Creo que fue algo circunstancial. No considero que se haya trabajado para eso, pero sí para tener turnos de calidad”, explicó a LVBP.com el mánager César Izturis, antes del último juego previo al Round Robin, contra Navegantes del Magallanes. “Se nos dio esa ofensiva, que en los últimos años no habíamos tenido. Fue una ventaja, porque un jonrón puede cambiar el juego. Y así lo pudimos hacer en momentos clave”.
“ENCERAR Y PULIR”
Un total de ocho jugadores dispararon cinco o más cuadrangulares en Cardenales en la primera fase del torneo, con liderato compartido entre Luisángel Acuña y Yohendrick Piñango, quien igualó la marca de novatos en la franquicia, con ocho bambinazos.
“Hemos hecho entender a todos los muchachos que los juegos se ganan desde la práctica, porque es allí donde te puedes permitir fallar”, glosó Selwyn Langaigne. “Todos los jugadores comprenden la importancia de la rutina. Es sólo a través de la repetición que obtienes el conocimiento necesario para luego ejecutar. Por lo general, los bateadores tienen cuatro turnos por juego, pero sólo tendrán la oportunidad de hacer dos swings grandes para hacer contacto”.
Esa rutina diaria de los bateadores que refiere el técnico, equiparable a la de “encerar mano derecha, pulir mano izquierda” del Profesor Miyagi, en la película Karate Kid, caló en el nido crepuscular.
“Han sabido aplicarlo tanto los jóvenes como Piñango y Jesús Bastidas, que se incorporaron ya avanzada la temporada, como jugadores más experimentados como Danry Vásquez (quien estableció tope individual de 7 jonrones) y Yonny Hernández”, abundó Langaigne. “Todos tienen un crédito enorme”.
PUNTO DE INFLEXIÓN
Sin embargo, no fue hasta el 29 de noviembre, cuando Cardenales visitó a Águilas del Zulia, que despuntó la ofensiva. Para ese momento, los larenses encadenaban cuatro derrotas y tenían foja de 16-20, igualados en el sexto lugar de la tabla de clasificación, con OPS colectivo de .790 y un promedio de 5,1 carreras por partido.
“Después de esa gira en Maracaibo, todo fue positivo”, valoró el piloto Izturis, sobre la barrida en la miniserie de dos juegos en el Estadio Luis Aparicio “El Grande”, con contundentes resultados de 10-0 y 11-1. “Yo les decía a los jugadores en los meetings que no habíamos jugado mala pelota. Los juegos se peleaban hasta el último out, y eso era algo muy positivo que, como staff, nos motivaba a seguir firme”.
Cardenales, desde entonces, exhibió registro de 14-6, el mejor del circuito en ese período, con OPS de .967 y 8,4 rayitas por careo.
“Teníamos muchas piezas nuevas en el equipo y había que darles tiempo para que se conocieran”, indicó Langaigne. “Ahí es donde entramos nosotros como cuerpo técnico, en mi caso también con la ayuda de Jonathan Sivira (asistente al hitting coach). Darles a conocer nuestra filosofía de trabajo fue un proceso que tardó al principio, pero luego asimilaron muy bien”.
Cardenales finalizó la ronda eliminatoria líder en extrabases (184), average (.301), OBP (.382), slugging (.473) y, por tanto, OPS (.855). En tanto, fue el segundo equipo que más boletos recibió (235) y el tercero que menos ponches encajó (369).
“Soy fiel creyente de la consistencia que se puede alcanzar a través del contacto. Si tú tienes bateadores con poca tendencia a los swings fallidos, tendrás un abanico de posibilidades mucho más amplio para hacer daño”, describió Langaigne. “Nosotros no tenemos jugadores con perfiles de mucho poder, pero sí muy habilidosos”.
PITCHEO, ASIGNATURA PENDIENTE
La despiada ofensiva de Cardenales cubrió, de alguna manera, el déficit de los brazos, que terminó con el peor promedio de carreras limpias de su historia (5.20), de acuerdo con el motor de búsqueda de PB.
“Tenemos que hacer ajustes”, admitió el piloto Izturis. “El pitcheo ha estado batallando durante toda la temporada. Hay que recordar que, al principio, los abridores no nos ayudaban mucho. Tuvimos que usar mucho el bullpen y, a la larga, eso causó mucha fatiga. Ese fue el caso del relevo, sobre todo, en diciembre”.
Los iniciadores compilaron efectividad de 5.69, la tercera peor del circuito, y los relevistas 4.79, la tercera mejor, en 267.0 innings de labor, 29.2 episodios más que la ronda eliminatoria anterior (237.1 IL).
“Pero este es un trabajo colectivo, y gracias al pitcheo, también estamos donde estamos”, afirmó Izturis. “Ese es el precio que pagas cuando usas al bullpen más de lo debido”.
