Andruw Monasterio llegó a Caribes justo a tiempo

Andruw Monasterio | Fotos: Alejandro van Schermbeek
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Caracas.- Andruw Monasterio, grandeliga de los Cerveceros de Milwaukee e infielder principal de Caribes de Anzoátegui, valora la puntualidad y la cultiva. A la 1:26 de un domingo bañado por el sol, sale al diamante del estadio Monumental de Caracas y le pregunta a un reportero que pretende entrevistarlo: “¿Puede ser a las dos?”

Monasterio traspone el infield y ejecuta su rutina. Estira los músculos, los tonifica. Así responderán cuando a las 5:00 pm el terreno se vuelva campo de batalla entre Caribes y Leones. A la 1:46 de la tarde entra al clubhouse de visitantes, pero antes advierte al periodista: “estaré aquí en 14 minutos”. A las dos en punto comparece. Puntual como un londinense es este caraqueño de 27 años de edad.

“El beisbol te educa para la puntualidad”, expresa el toletero derecho. “Te enseñan a cumplir horarios desde que eres novato en Summer League. Debes pararte temprano, desayunar a la hora, llegar a tiempo a la práctica, al gimnasio, a la clase de inglés. Es parte de este deporte”.

Monasterio, predicando con el ejemplo, programó su alarma para jugar con Caribes desde el día uno de la temporada 2024-2025; y el 12 de octubre alineó con La Tribu frente a los Tigres de Aragua en Maracay. El defensor del cuadro quiso sorprender a la fanaticada anzoatiguense con su debut madrugador y pidió a Caribes mantener en secreto su plan de abordaje.

“Me gustan las sorpresas”, sonríe Monasterio con gesto travieso.

Casi ningún jugador participante en la postemporada de Grandes Ligas asiste al bautismo de una contienda invernal. Monasterio estuvo en el roster de los Cerveceros para la Serie de Comodines contra los Mets de Nueva York hasta el 3 de octubre, cuando Milwaukee quedó eliminado. Apenas nueve días libres se tomó antes de empuñar arco y flecha con Caribes. A su juicio, en este momento de su carrera no hay tiempo que perder y ya perdió demasiado.

Andruw Monasterio no perdió tiempo y se unió desde el primer día a Caribes

“Sí, duré todo el año en Grandes Ligas y estoy agradecido por eso, pero no tomé los turnos necesarios y si quieres algo lo tienes que buscar”, argumenta Monasterio. “Vine desde el primer día con Caribes para tomar la mayor cantidad posible de turnos. Si quiero ser mejor pelotero no puedo estar descansando. Si te propones mantenerte en el beisbol debes trabajar, no tomar días libres”.

Monasterio sumó 125 veces al bate, 157 menos que el año pasado, cuando se inició como bigleaguer.

“El beisbol para nosotros no es un deporte, ni un trabajo. Es más bien un estilo de vida”, define Monasterio. “Pasas más tiempo en el estadio que en cualquier otro lugar. Y si eso es lo que quieres, debes esforzarte. Vine a buscar turnos y le pedí a la gerencia y al mánager (Morgan Ensberg) que me pusieran de primer bate para tomar la mayor cantidad de ellos, porque en verdad los necesito. Me dijeron que sí”.

MONASTERIO SE MOVERÁ EN EL INFIELD

Monasterio dividirá su tiempo aquí entre la antesala, el campocorto, la posición que siente suya, y la intermedia. Los Cerveceros le recomendaron diversificar aún más su oferta defensiva.

“Eso podría incluir también primera base y los jardines porque el de utility es mi rol en las mayores. Necesito versatilidad”, especifica.

Quiere ser tan polivalente como el boricua de los Dodgers de Los Ángeles, Enrique “Kike” Hernández.

“Él es mi modelo. Me gusta cómo juega en el cuadro y los jardines”, asegura el caraqueño, quien ha tenido una carrera intermitente en la LVBP, donde ha intercalado presencias y ausencias desde la edición 2018-2019.

“Debuté aquí en 2018 y en 2019 jugué todo el año en Estados Unidos”, recapitula Monasterio. “En 2020 vine y en 2021 también tuve un año largo allá. En 2022 regresé y en 2023 no estuve por cuestiones de salud. No es que lo haya planeado así. Si por mí fuera me presentaría todos los años para ser mejor jugador en Grandes Ligas. Esta pelota ayuda en eso”.

Andruw Monasterio aporta versatilidad e intensidad a la alineación de Anzoátegui

Monasterio, claro está, habría deseado visitar más el home durante 2024 con los lupulosos. “Traté de aprovechar al máximo los turnos que tuve”, expone. “Los coaches de bateo me sugirieron simplificar las cosas, evitar hacer de más, porque así jamás conseguiría lo que buscaba. Cuando me daban chance de jugar más seguido, respondía”. Monasterio golpeó para .208, con .575 de OPS.

Más allá de los escasos chances, Andruw Monasterio se siente bendecido por haber estado en postemporada durante sus dos primeras experiencias bajo la Gran Carpa. “Allá me recordaban que muchos peloteros habían estado una década arriba y nunca vivieron un playoff”, acota. “Eso lo agradezco”.

¿Cuánto tiempo permanecerá Monasterio con Caribes esta vez? Es una decisión por tomar. “Apenas vamos por el día dos. No hay fecha límite, ni restricciones”, dice el infielder. “Estamos bien, estamos jóvenes. Vamos a jugar”.

El tiempo perdido, los santos lo lloran. Y también Andruw Monasterio, cultor del reloj. 

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