Eugenio Suárez envuelve a Seattle con buenas vibras

Eugenio Suárez | Foto: MLB.com
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Caracas.- Eugenio Suárez cruzó el plato con el corazón en las manos. Lo formó con los dedos, como tantas veces, pero esta vez se detuvo. Señaló a su esposa en la tribuna detrás del home, respiró hondo y dejó que el momento lo abrazara. Su batazo no solo había cambiado el juego: había cambiado la historia.

El antesalista venezolano conectó dos jonrones, incluido un grand slam que rompió el empate en la octava entrada, para guiar a los Marineros de Seattle a una victoria de 6-2 sobre los Azulejos de Toronto en el Juego 5 de la Serie de Campeonato de la Liga Americana. Con ese triunfo, Seattle tomó ventaja de 3-2 y quedó a una sola victoria de alcanzar su primera Serie Mundial desde que el equipo fue fundado en 1977.

Suárez bateó de 3-2, impulsó cinco carreras y se convirtió en el tercer antesalista en los anales de la Liga Americana en remolcar cinco o más anotaciones en un juego de postemporada, junto a John Valentin (1999) y Alex Bregman (2019). Su actuación fue tan explosiva como emotiva.

“Hoy lo tuve”, dijo Suárez con la voz entrecortada. “He estado esperando partidos como este toda mi carrera. Lo tuve frente a nuestra afición, frente a mi familia, mis dos hijas, mi esposa. El momento es muy especial ahora mismo”.

La remontada comenzó con Cal Raleigh, quien empató el juego con un jonrón que produjo la primera chispa. Suárez, con su poder y temple, encendió la llama. En un equipo que ha esperado casi cinco décadas por este momento, el venezolano se ha convertido en símbolo de esperanza, entrega y buena vibra.

Desde su regreso a Seattle, la frase “Solo buenas vibras” volvió a resonar como mantra colectivo. Suárez lo sabe. “Incluso cuando estás pasando por momentos difíciles, tienes que mantener la buena vibra porque es un don”, reflexionó. “Hoy nuestra buena vibra estuvo muy alta. Sabemos lo que tenemos por delante y queremos aprovecharlo. No nos rendiremos”.

Más allá de los números, lo que quedó fue la imagen: el corazón en el aire, el dedo señalando a las gradas, y un pelotero que ha hecho de la resiliencia su bandera. “Este juego es hermoso y difícil a la vez. Tienes que seguir adelante, trabajar duro, nunca rendirte, nunca dudar de ti mismo”, confesó.

Seattle, que terminó la temporada regular con récord de 90-72, ha encontrado en Suárez no solo a un bate confiable, sino a un líder emocional. Su conexión con la afición, su energía en el dugout y su capacidad para responder en momentos clave lo han convertido en el rostro de esta postemporada.

“Dios es bueno y debo alabarlo porque me dio la oportunidad de darlo todo en el terreno. Lo hago por él, por mí, por mi familia y por nuestra ciudad. Seattle realmente se merecía esto”, concluyó.

A una victoria de la Serie Mundial, los Marineros sueñan. Y en ese sueño, el corazón de Eugenio Suárez sigue latiendo fuerte.

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