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Washington.- Después de verse limitado por lesiones en tres temporadas seguidas, la meta de Wilson Ramos en el 2015 era mantenerse saludable y fuera de la lista de incapacitados. En ese sentido, fue misión cumplida para el receptor venezolano de los Nacionales.
En términos de producción, fue un año de resultados mixtos. Ramos quedó complacido con su progreso detrás del plato, pero inconforme con su actuación al bate. Ahora, mirando hacia el 2016, el valenciano está enfocado en preparar su cuerpo para manejar otra campaña completa como catcher.
“En el receso de temporada estoy trabajando tres veces más que el año pasado”, dijo Ramos durante el Festival de Invierno de los Nacionales. “Ahora mismo estoy concentrado en trabajar el cuerpo. Tengo muy buen plan ahora mismo. Sé que la temporada pasada jugué 128 partidos por primera vez en mi carrera y en un momento me cansé. Entonces, estoy preparándome para hacer lo mismo y mantenerme en salud para toda la temporada”.
Del 2012 al 2014, Ramos sufrió una lesión de rodilla, una fractura en una muñeca y tres tirones en las corvas, lo que apenas le permitió promediar 64 juegos por campaña. Sin embargo, sus 128 partidos en el 2015 superaron por 15 su mayor cantidad anterior. Sus 123 encuentros iniciados detrás del planto lo colocaron en el quinto lugar de Grandes Ligas en ese sentido.
Ramos también estuvo orgulloso de ser uno de los finalistas para el Guante de Oro de la Liga Nacional como receptor, junto a Buster Posey de los Gigantes y el boricua Yadier Molina de los Cardenales. Fue Molina que ganó el galardón, el octavo en forma consecutiva para el estelar puertorriqueño de San Luis.
De su parte, Ramos atrapó al 44% de los corredores en intento de robo, la mejor cifra de su carrera. También alcanzó su mayor cantidad de carreras defensivas salvadas, nueve, empatando a Posey y a Caleb Joseph, de los Orioles, por el liderato en las Mayores en dicho departamento.
“Estoy muy emocionado, muy contento por todo lo que hice detrás del plato”, dijo Ramos, de 28 años de edad. “Eso me hizo sentir bien, porque esto aprendiendo más y más cada año”.
Ramos conectó 15 jonrones y empujó 68 carreras, pero terminó con OPS (porcentaje de embasarse más slugging) de apenas .616, comparado con .749 que exhibía de por vida antes de 2015. Su proporción de bases por bolas recibidas bajó al 4.2%, la peor cifra de su carrera, a la vez que la de ponches subió al 20%. Después del Juego de Estrellas, tuvo promedio de .197 con porcentaje de embasarse de .225 y slugging de .317.
Después de dicha actuación en el plato, muchos se preguntaron si los Nacionales buscarían a otro receptor, pero hasta ahora han seguido con Ramos, que podrá ser agente libre después del 2016.
El sustituto de Ramos, el también venezolano José Lobatón, evitó una audiencia de arbitraje al pactar por un año con Washington.
“Sé que para los receptores la ofensiva no es tan importante”, dijo Ramos. “(La defensa es más importante, pero me gusta ayudar a mi equipo con el bate también. Entonces, estoy trabajando duro en eso toda esta temporada muerta, tratando de tener una mejor mentalidad en el plato y concentrándome en poner la bola en juego más. Este año me ponché mucho y eso no me ayudó. Espero que la próxima temporada sea mejor”.