Créditos Imagen: Wilfredo Romero Foto: Prensa Magallanes BBC
José Ángel Rodríguez | Prensa LVBP
Valencia.- Wilfredo Romero terminó de lanzarle práctica de bateo a Pablo Sandoval, en una sesión que se alargó unos 15 minutos a lo habitual. “El Panda”, sacó una pelota por todo el jardín central, y el mánager de Navegantes del Magallanes se bajó del montículo para conversar con el coach de bateo, Robert Pérez. Acto seguido, el hombre que dirige su primera final en la LVBP, caminó con serenidad hacia el clubhouse, previo al cuarto juego de la final en el Estadio José Bernardo Pérez de Valencia, desde donde analizó la situación de la serie.
“Créeme o no, tengo paz, tengo tranquilidad, hemos estado haciendo las cosas necesarias. ¿se han fallado algunas? Sí, pero el último juego (el tercero), fue el principio de algo, un aire diferente, y hoy (sábado) no será distinto”, aseguró a las puertas del dugout, antes del cuarto juego de la Final contra Caribes de Anzoátegui.
El resultado luego de sus palabras, dependerá de lo que ocurra en el parque valenciano, y de ser necesario, en Puerto La Cruz. Lo que sí es un hecho, es que no es la primera ocasión en la que el estratega se encuentra en una situación de desventaja en una etapa por título. Ya lo vivió en la temporada 2017-2018 con Mayos de Navojoa, en la Liga Mexicana del Pacífico.
“En ambas series empezamos abajo y luego la empatamos 3-3, no hemos llegado a esa similitud, pero hoy es un día muy especial, hoy es un día en el que se puede dictaminar el curso de la final, los muchachos han estado muy bien, eso me tiene tranquilo”, recordó el timonel sobre aquella oportunidad en la que perdió en siete juegos, con un último desafío que se definió en extrainnings.
Aquella justa en tierra mexicana, marcó la forma de dirigir de Romero, aunque ya tenía una filosofía definida en parte por su mentor Carlos Subero. La banca gana juegos y puede lograr campeonatos.
Por ello, la presencia de jugadores como Rayder Ascanio, en los últimos dos careos, y de Arturo Nieto, en los dos primeros, no sorprenden. Amén de los problemas físicos de Gabriel Noriega o el bajón ofensivo de Carlos Pérez, Romero siempre los mantuvo alertas para su oportunidad.
“Todos tienen que estar preparados en una final, estos son momentos donde no puede haber individualismos, en el caso de los que no han estado jugando deben tener en cuenta que en cualquier momento se pueden necesitar, como Ascanio, como Nieto”, aseguró.
Romero es un hombre de comunicación directa con sus peloteros. La mayoría de las decisiones que ha tomado a lo largo de la campaña, se sustentan en la confianza que transmite a sus dirigidos. Ese, es su principal sello distintivo.
“La conversación otorga la confianza, ellos mismos tienen el poder para quitarse o ponerse (del lineup), ellos han entendido mucho su rol, Ascanio lo ha hecho, ahora que está jugando, ha sido importante para él mantenerse positivo como lo ha hecho todo el año, ha sido muy profesional, tratando de mantenerse en forma”, explicó.
El nativo de Maracay, uno de 27 jugadores con experiencia de por lo menos 20 campañas en la pelota rentada local. Conoce las mieles de ser nombrado Manager del Año, en tres ligas: Liga Mexicana de Beisbol, con Leones de Yucatán en 2015 y 2016. Liga Mexicana del Pacífico en la 2017-2018 con Navojoa, y en esta, su primera labor en la LVBP con la Carabela.
Ante una vitrina personal tan extensa, en corto período de tiempo, el aragüeño no duda en describir cuál de las experiencias le ha generado mayores satisfacciones.
“Venezuela”, dijo sin titubear. “Sin duda alguna, porque es mi país, había querido participar así fuese como coach, ni siquiera como manager, Magallanes me da la oportunidad, se hace el trabajo que se tenía que hacer”, continuó.
“Obviamente sabía que estaba José Alguacil y Carlos Mendoza, dos personas con nombre y experiencia que han estado en Grandes Ligas, siempre me enfoqué más en lo que podía aportar para el equipo, que por ganar el Manager del Año”, señaló sobre sus dos rivales para el premio.
Romero (derecha), un conocedor de la LVBP por sus años de activo, sabía que se enfrentaba a un reto como mánager
“Ese es un premio que te dan los jugadores de la forma como se entregan en el terreno para que el equipo sea consistente, ellos lo hicieron, estoy agradecido con Dios por haber sido el más satisfactorio por estar en mi tierra, con un equipo que me dio la oportunidad de trabajar”.
Romero no pierda la calma en su verbo. Antes de dar la vuelta, con número 7 en la espalda. Trazó el plan para el resto la travesía nauta, ante la tempestad que pone en riesgo su llegada al puerto prometido.
“Tenemos el mismo enfoque, la misma capacidad de entregarnos para salir a ganar, y esa no será la excepción ahorita, están preparados para esto, lo están trabajando, anhelando, y eso es lo más importante, cada día han salido con las ganas de dar el máximo y vamos paso a paso”.
