Créditos Imagen: Leonardo Reginatto Foto: A. van Schermbeek
José Luis López | Prensa LVBP
Caracas.- Entramos en la mini semana final de la ronda eliminatoria. Tres equipos van al asalto de los dos últimos pasajes para el Round Robin Semifinal. Muchas cosas han pasado desde el Día Inaugural del 23 de octubre hasta la fecha. Ildemaro Vargas hilvanó racha de 27 juegos con al menos un hit, nueva marca para criollos. Pedro Castellanos, su compañero en Cardenales de Lara, es un novato que igualó con ocho jonrones, el récord para un pelotero de primer año en la liga. Por último, hubo una jugada que pese a tener visos históricos pasó casi desapercibida: una triple matanza de los Navegantes del Magallanes a los Leones del Caracas, la tarde del sábado 11 de diciembre en el Estadio Universitario.
En la parte baja del quinto inning, Jhonny Pereda entró a batear con tres hombres en circulación y sin outs en la pizarra. Conectó batazo rastrero a las manos del antesalista Alberto González, quien pisó la almohadilla antes de disparar rápidamente al camarero Leonardo Reginatto que se encargó de soltar hacia la inicial donde Nellie Rodríguez pisaría antes que Pereda llegara a la base.
Erick Leal, lanzador de los Navegantes, no se cansaba de gritar de alegría. De repente estaba a ley de una conexión para salir del encuentro y al instante siguiente con un solo batazo liquidaba el capítulo. Finalmente, Magallanes navegaría firme hacia una victoria de 10-6.
Fue la tercera triple matanza que los tripulantes del galeón le ejecutaron a su Eterno Rival en la historia de la LVBP. El primero ocurrió el 22 de noviembre de 1972, el segundo ocurrió en la postemporada de la justa 2015-2016 y el tercero el del pasado 11 de diciembre. 
Por esos azares propios del destino, la triple matanza de 1972 y la de 2021 están relacionadas con fuerte vínculo histórico. El 11 de diciembre es la fecha natal de Dámaso Blanco, quien, mientras Magallanes disfrutaba la gran jugada, se encargaba de apagar 80 velitas. Y fue precisamente el guante mágico del trigueño de Curiepe, el artífice de aquel triple play que hace 49 años hizo saltar de sus asientos a los asistentes al Estadio Universitario.
Desde que formó parte de la selección que alcanzó el oro en el beisbol de los Juegos Panamericanos de Chicago 1959, el mirandino se ganó gran reputación como antesalista y campocorto, debido a las prodigiosas manos de las cuales hacía gala. Aquel miércoles 22 de noviembre, en el parque capitalino y en el Día del Músico, Dámaso interpretaría una pieza de alta belleza y sonoridad.
Con Teodoro Obregón como corredor en segunda y Barry Lersch en la inicial, el derecho Gerald Pirtle, en la loma del Magallanes, trataba de no perder la calma. Con César Tovar al bate, intentaba que la amenaza no trajera males mayores. De repente, del bate de Tovar salió una línea silbante sobre la cabeza del torpedero. Dámaso saltó y decapitó la conexión. Como los corredores partieron con el batazo, Blanco se movilizó rápido para pisar la intermedia y disparó rápido a la inicial donde la bola penetró en el mascotín de Jim Holt, antes que Lersch retornara a la base.
La atiborrada tribuna de primera base estalló jubilosa. Magallanes con una carrera en el segundo inning, otra en el cuarto y una final en el sexto, se impuso 3-0 con gran labor del bigotudo Pirtle, quien redujo a solo seis hits la toletería del Caracas, equipo que a finales de enero lograría la corona de aquella temporada de 1972-73. Por su parte, Magallanes no pudo pasar a semifinales pues terminó quinto en la rueda eliminatoria.
Los Navegantes batearían el doble de imparables que su eterno contrincante y la derrota recaería en Barry Lersch. El mismo que un año antes, el 14 de noviembre de 1971, caía por los Leones el día del famoso juego sin hits ni carreras de Luis Tiant.
Sin duda, Lersch tenía facilidad para estar en grandes momentos, pero para los contrarios. Valga decir que este lanzador falleció el 4 de octubre de 2009, a la edad de 63 años.
Al día siguiente, en el diario Meridiano, apareció una simpática caricatura, en la que Dámaso, con su uniforme del Magallanes y brocha en mano, pintaba de blanco a los Leones, mientras echaba una silbadita. El de Curiepe, pese a irse de 4-0 aquella noche, fue considerado como el jugador más importante del encuentro. A despecho de los nueve ceros de Pirtle, quien el pasado 3 de diciembre arribó a 74 años. Lo cierto es que el héroe defensivo de aquel memorable juego y el autor del blanqueo, eran retoños decembrinos.
Para los magallaneros de viejo cuño, quienes coleccionan en sus mentes los grandes momentos vividos ante el Caracas, resultó imposible no recordar aquella gran jugada de Dámaso, con esa triple matanza del 11 de diciembre. Cuando el de Curiepe soplaba 80 velitas.
