Umpires Moscoso y Navas atesoran los recuerdos de su estreno en las Mayores

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Créditos Imagen: Edwin Moscoso Foto: AP

 

Alexander Mendoza | Prensa LVBP

 

Caracas.- Edwin Moscoso y José Navas han trabajado desde sus comienzos para alcanzar el éxito como árbitros y cumplir con el anhelo de ascender a las Grandes Ligas. En marzo consiguieron acercarse a ese nivel, tras ser invitados a los juegos de exhibición primaverales, uno de los pasos previos antes de dar el gran salto.

Pero hace unas semanas atrás, confesaron, les tomó por sorpresa ser convocados a las Mayores para impartir justicia en encuentros de temporada regular, como jueces oficiales.

El 21 de julio, Moscoso se encontraba en Kansas City, donde tendría el plato en un partido de fogueo entre Astros de Houston y Reales, en el Kauffman Stadium, pautado a la 1:00 pm.    

“Iba a estar como árbitro principal en la segunda mitad del encuentro. Así que al mediodía estaba saliendo del hotel, camino a comprarme un sándwich, para luego dirigirme al estadio y, justo en la puerta del lobby, mi teléfono empezó a sonar y pude ver que se trataba de nuestro jefe Rich Rieker (Director de Desarrollo de Umpires). Supe en ese momento que se trataba de una noticia importante, pues existía la posibilidad de trabajar arriba, pero también podría tratarse de una asignación a los campamentos alternos de los equipos”, recordó Moscoso. “Cuando contesté la llamada, el supervisor me preguntó cómo estaba y le dije que me dirigía al estadio. Entonces me felicitó: ‘Vas a tener la oportunidad de trabajar en las Grandes Ligas, desde el Día Inaugural’”.

El caraqueño, de 31 años de edad, tenía que trasladarse a Los Ángeles. Allí se iba a reunir con el grupo que encabeza Bill Miller y al que pertenecen Doug Eddings y Rob Drake.

“Fue muy emotivo, porque sabía que existía esa posibilidad, pero no lo había procesado en mi mente. Fue mucho más rápido de lo esperado. Tenía que hacer tantas cosas después de esa llamada. Reservar el vuelo, llamar al jefe de grupo, llamar a mi esposa, a mi familia. Además, tenía que comprar el sándwich y tomar el taxi hasta el estadio que era el plan inicial (risas). Tenía tantas cosas en la cabeza, que no sabía por dónde comenzar. Estuve dando vueltas entre el lobby y estacionamiento del hotel durante unos 10 minutos, antes de reaccionar”.

A más de 1.900 kilómetros, al este de Estados Unidos, Navas, recibía una llamada similar.

“Me encontraba en la ciudad de Nueva York, trabajando el Summer Camp para el equipo de los Mets, cuando atendí a mi supervisor inmediato. Era para darme la noticia de mi asignación a un grupo para el Opening Day”, rememoró Navas, de 39 años de edad.

Su destino era Chicago, donde se encontraría con su jefe Jeff Nelson y sus compañeros C. B. Bucknor y John Tumpane.

“La emoción era tan grande que no sabía cómo manifestarla y, bueno, como todo ser humano me comuniqué primero con mi familia para darle la noticia. Luego llamé a mi supervisor en Venezuela, Miguel Hernández”, abundó Navas, quien al igual que su compatriota y colega Moscoso, tardó en asimilar lo que le estaba pasando.

La incredulidad de los venezolanos, no era gratuita. Convertirse en un árbitro de las Grandes Ligas requiere de un entrenamiento riguroso en el que muy pocos consiguen éxito. Si umpire progresa de manera satisfactoria, la media para ascender y obtener el estatus titular de MLB, se sitúa entre siete y 10 años.

Arriba están conformadas 19 cuartetas, que elevan a 76 los umpires a tiempo completo, con unos 16 seleccionados de Triple A para hacer juegos puntuales durante la temporada, lo que eleva a 92 la cifra anual.

Antes, los aspirantes deben convertirse en profesionales en una de las dos academias existentes: La Minor League Baseball Umpire Training Academy o The Harry Wendelstedt Umpire School, ambas con base en Florida. Una vez adquirido el grado, el sistema de Ligas Menores se convierte en una suerte de tamiz que examina, depura y separa del resto a los que realmente tienen el talento para seguir.

“En realidad, en este trabajo nunca sabes cuándo van a pasar las cosas buenas o malas. Simplemente debes mantenerse trabajando duro, con fe y optimismo en que todo saldrá bien de la mano de Dios”, opinó Navas, que fue firmado como lanzador por los Yanquis y el poco tiempo dejado libre. “Siempre trato de transmitir a las personas que la constancia, el respeto y el trabajo son las bases de esta profesión. Trabajar duro todos los días y si tienes un día libre, pues seguir trabajando. Es la única vía para poder mejorar y tener resultados, manteniendo la mente abierta a cualquier observación que pueda ayudar por más mínima que sea”.

“Esta profesión te enseña a las buenas o las malas, a ser humilde. Y si no es posible manejar la humildad, eso te afectará tarde o temprano”, apuntó Moscoso, que comenzó en Ligas Menores en 2014. “También, para tener éxito, debes ser un buen oyente, lo cual te convierte en buen alumno, porque, sin importar el nivel en el que estés o el título que tengas, es una profesión en la que jamás paras de aprender o seguir buscando nuevas cosas para seguir mejorado tu desempeño. Así que es imperativo recibir consejos para mejorar la técnica y aceptar críticas tanto positivas como negativas, pues de ambas aprendes. Es algo asociado con la humildad”.

Esas fases sucesivas en la formación de un árbitro implican pagar un precio importante desde el punto de vista personal.

“Mi esposa (Gabriela Díaz) ha sido la persona que más me ha apoyado, desde el principio, cuando en 2007 por primera vez me uniformé como árbitro en un juego amateur, por lo que nadie más que ella sabe de los sacrificios, el esfuerzo y las situaciones difíciles por las que he pasado. Ha sido mi apoyo y fue muy emotivo para ambos (subir a las Mayores), porque esto ha sido un logro tanto para mí como para ella”, continuó Moscoso.

 

Edwin Moscoso comenzó su carrera profesional en 2014

Navas, originario de La Guaira, inició su carrera en Estados Unidos en 2015 y aseguró que, para llegar hasta donde está, atravesó por un proceso en el que participaron muchas personas.

“Tienes que ser agradecido”, puntualizó. “Agradezco a Dios y a mí familia, que es el factor que me impulsa a seguir adelante todos los días y luchar. Agradezco al Venezuelan Umpire Camp y todos sus instructores y personal logístico, que siempre estuvieron y están presentes, ayudando a seguir formando árbitros para nuestro país. También tengo que mencionar a la Federación Venezolana de Beisbol, al Colegio Regional de Árbitros del estado Lara, la Confederación de Beisbol del Caribe, la Liga Venezolana de Beisbol Profesional, los medios de comunicación, que laboran arduamente para llevar nuestro deporte rey a las casas de nuestras hermosas familias, para darnos a conocer”.

“Soy creyente en Dios, todo se lo debo a él”, secundó Moscoso. “Nada de lo que me ha pasado, hubiese ocurrido sin su ayuda. Mi esposa siempre ha creído en mí.  A nadie le debo tanto como a ella. Jamás ha dejado de apoyarme, al igual que mi familia”.

“Muchas personas han influido en mi carrera”, continuó Moscoso. “Carlos Torres, ha sido un gran ejemplo. Manuel (González) es nuestro pilar, nuestro primer grandeliga. Jairo Martínez, el gran instructor que hemos tenido todos los que estamos en este camino de desarrollo. Aprendí mucho de él. Pero he aprendido de todos los que han estado a mi alrededor y sería injusto, no incluirlos a todos”.

Navas tampoco olvida una de sus primeras experiencias como umpire. “Fue el primer home plate que hice. En un pueblo llamado Las Palomitas (estado Lara). Mi coordinador fue el señor Giovanny Rodríguez. Eso ocurrió en 2013 y fue muy importante en mi carrera”.

 

LA VOZ DE LA EXPERIENCIA

Manuel González se convirtió en el primer umpire venezolano en las Grandes Ligas en 2010 y cinco años más tarde siguió ese camino Carlos Torres. Ambos se han convertido en inspiración para los que vienen detrás, incluidos Moscoso y Navas.

“En nuestras carreras como árbitros, tanto profesional como amateur, siempre hay una mano amiga que nos ayuda y nos impulsa a seguir adelante y, por supuesto, Carlos y Manuel nunca estuvieron ausentes. Espero siempre contar con el apoyo de ellos y de todos mis compañeros como hasta ahora”, comentó Navas.

“En principio, estuve trabajando con Manuel en el Campamento de Verano de los Astros y luego viajamos a Kansas City, y el día que me dieron la noticia de mi ascenso, me aplaudió en el terreno, fue un gran gesto”, rememoró Moscoso. “Ambos, tanto Manuel como Carlos, han estado allí para mí. He conocido a Carlos durante mucho más tiempo, porque fue mi primer jefe de grupo en la LVBP. Estuvo en mi debut, durante mi primer año y en mis dos siguientes temporadas en la liga. Así que tengo mucha más confianza y comunicación con Carlos. Con Manuel nunca tuve la oportunidad de trabajar en mis inicios, pero en 2014 cuando vine a la escuela (de árbitros), tuvo el gran gesto de recibirnos en su casa, a Jonathan Parra y a mí, entre el receso de la escuela y el curso evaluativo. Es algo que nunca olvido, porque no me conocía y me abrió las puertas de su casa y me trató como familia. Trabajar con él durante la primavera y después durante el verano, me ha ayudado a tener una relación mucho más cercana. Siempre estoy en contacto con ellos, preguntado cosas, porque son nuestros referentes”.

 

José Navas fue el árbitro principal en el Juego de Estrellas del Futuro en 2019

 

ESTRENOS EN ESTADIOS DE GRAN TRADICIÓN

Moscoso se estrenó en las Mayores el 23 de julio, en la serie que disputaron Dodgers y Gigantes en Los Ángeles, y Navas un día después, en Chicago, donde los Cachorros recibieron a los Cerveceros. Fueron días que no olvidarán. Ambos estaban escribiendo páginas importantes en el libro de récords. Venezuela elevaba a cuatro, sus árbitros en las Mayores, más que cualquier otro país, después de Estados Unidos.

“No sentí nervios en mi debut el Día Inaugural, pero obviamente fue especial. Sabía lo que significaba para mí, para mi esposa, para mi familia, para mi gente en Aragua, porque a pesar de nacer en Caracas, crecí y aún vivo en Palo Negro, y para el país. Estaba muy emocionado”, reveló Moscoco. “Me gustó trabajar en primera, porque es una de las bases más divertidas, porque tiene mucha acción. Luego estuve en el plato, que es como el bautizo (24 de julio). Ahí es donde te gradúas y puedes considerar que has estado en Grandes Ligas. Aunque tampoco había nervios, sentí muchísima ansiedad, sobretodo en la primera mitad del juego, pero después todo fluyó. Fue una serie en Dodger Stadium, un escenario con mucha historia. Mi grupo es muy alegre y me hicieron sentir especial, muy cómodo, por lo que todo fue muy sencillo para mí y agradable”.

Navas ocupó posición en la tercera base en Wrigley Field y el encuentro transcurrió sin inconvenientes.

“¿Cómo olvidarlo? El día de mi debut el país estaba de fiesta nacional, porque se celebra el natalicio de nuestro Libertador Simón Bolívar (risas)”, precisó Navas. “Y mi primer trabajo en el home plate estaba de cumpleaños mi hija, otro día especial… Y por cierto el juego tuvo retraso por lluvia y nos fuimos a entradas extras (risas)”.

El 27 de julio, en el PNC Park de Pittsburgh, se jugó el primer encuentro de más de 10 innings, bajo las nuevas reglas de la Gran Carpa, impuestas en 2020 por las condiciones especiales en las que se juega. El desafío se extendió por 3 horas y 54 minutos, sin incluir la detención, entre el primer y el segundo inning, por una hora y 42 minutos. Un imparable de Keston Hiura definió el juego 6-5 a favor de los Cerveceros.

El resto de sus compañeros (Jeff Nelson, jefe de grupo, C. B. Bucknor y John Tumpane), respiraron aliviados, tras el maratón. Navas sonreía.

“Nada mejor para tener como recuerdo en esta hermosa carrera”, señaló el guairense.

Moscoso también atesorará esos instantes.

“Jamás lo olvidaré mi debut, porque llegó en un momento particular. Fue en medio de una pandemia, en un juego a puertas cerradas, sin público. Lo hice sin que me asignaran un número, por las circunstancias especiales. Fue el 23 de julio de 2020”.

EL DATO

Edwin Moscoso y José Navas todavía esperaban la asignación de sus números esta semana. Es posible que sus dígitos números no sean definitivos, sino temporales, debido a las circunstancias que rodean la temporada. Un total de 13 árbitros declinaron actuar en 2020, debido a la pandemia del Coronavirus y eso abrió la posibilidad de la promoción de varios oficiales.

 

 

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