Créditos Imagen:
Manolo Hernández Douen | LasMayores.com
Oakland.- No siempre salen a pedir de boca los planes que pueda tener un equipo para una temporada y mucho menos en una posición tan exigente y crucial como lo es la receptoría. Y los Medias Rojas de Boston, serios contendiente en la División Este de la Liga Americana, agradecen por todo lo alto la presencia de Sandy León porque el venezolano les resolvió lo que pudo ser una enorme jaqueca.
Relegado a responsabilidades secundarias en sus primeras cuatro temporadas de sube y baja de las Menores a las Grandes Ligas con los Nacionales de Washington, León ha sido un factor enorme en el éxito de los Patirrojos, tanto a la defensiva como a la ofensiva.
El alto mando de la novena de Massachussets siempre estuvo consciente de la pericia de León como careta. Después de todo, el nativo de Maracaibo, retiró al 44% de posibles robadores desde el 2012 al 2015, tope en las Grandes Ligas para todos los caretas con 60 o más desafíos, luego de ser conceptuado como el mejor catcher de la organización de los Nacionales en el 2008, 2009, 2011 y 2012 por voto de la prestigiosa publicación Baseball America.
Ni el mejor de los clarividentes, empero, pudo haber pronosticado que un artillero que promediaba .184 en sus primeros 209 turnos en su trayectoria previa en la Gran Carpa iba a hacer trizas de manera consistente del pitcheo de la Liga Americana en lo que va del 2016.
“Nos consideramos afortunados de haber obtenido a Sandy a fines de los Entrenamientos de Primavera del año pasado”, elogió el dirigente de los Medias Rojas, John Farrell. “León, un pelotero perseverante, vino a nosotros con la reputación de ser un buen manejador de lanzadores, un hombre con alta habilidad a la defensiva”.
“Lo que ha hecho en su producción a la ofensiva con el trabajo con Chili (el instructor de bateo Davis) y la forma como ha bateado, es algo que creo que nadie pudo haber vislumbrado”, proclamó el manejador de los Medias Rojas. “Ha salido enorme para nosotros. Ha sido durable, fuerte y es un individuo de calidad. Y ha aportado mucho manejando a los lanzadores y conduciendo el juego. Nos da un impulso enorme por las lesiones que hemos sufrido”.
Da gusto cuando un pelotero sale casi del anonimato para probar su valía en la cumbre del diamante, especialmente cuando se trata de un hombre de gran humildad como lo es el zuliano de 27 años de edad.
“Estoy bastante contento de estar aquí, de pertenecer a este equipo, de la oportunidad que me han dado, de poder jugar todos los días”, agradeció el bateador ambidextro. “Es un buen grupo de peloteros y bastante unido”.
“La verdad es que siempre he tenido fe de que yo puedo hacer esto, jugar todos los días en las Grandes Ligas, siempre ha sido mi meta”, agregó el venezolano. “He estado concentrado en trabajar duro como siempre lo he hecho. No llegué aquí para quitarle el puesto a nadie, solamente para hacer mi trabajo. Le doy gracias a Dios porque todas las cosas me han seguido saliendo bien”.
En cuanto a su contribución a la ofensiva a la novena dirigida por Farrell, León le da crédito al jamaiquino Davis, uno de los bateadores ambidextros de mayor poder en la historia de la pelota, pero no quiere dejar pasar por alto la ayuda recibida de unos cuantos técnicos, tanto en la cumbre del diamante como en la pelota venezolana.
“Todos trabajamos para tener resultados”, subrayó León. “Trabajo mucho con Chili y con Víctor (el asistente a la instrucción de bateo Rodríguez). La temporada en Venezuela me ayudó muchísimo en mi confianza en el plato. El manager (de los Tigres de Aragua) Eduardo Pérez también me ayudó bastante”.
“El gerente general de los Tigres, Carlos Guillén (promedio de por vida de .285 y 1.331 hits en las Mayores) me aconsejó mucho en la parte ofensiva, para que fuera más agresivo con los pitcheos en strike, para no ser tan pasivo. Todo tiene que influir, Chili, Víctor, Eduardo, Carlos para llegar a este momento de mi carrera que estoy pasando”.
Por sobre todas las cosas, León piensa que ni remotamente hubiera llegado a donde está de no ser por los constantes consejos de su propio padre, un pelotero amateur del mismo nombre con vasta trayectoria en competencias nacionales e internacionales.
“Mi papá ha sido siempre quien más me ha ayudado”, agradeció León. “Yo siempre lo veía jugar y él -actualmente tiene 59 años- ha jugado mucho beisbol. Fue mi inspiración y aún lo es. Lo admiro desde que yo era pequeño. Hablamos todos los días. Ve todos los juegos, me aconseja y yo lo sigo escuchando”.
Entretanto, lograr su mejor temporada precisamente con un equipo que está en la batalla por acudir al gran baile de octubre le brinda una satisfacción muy especial al receptor que debutó en la meca de la pelota con los Nacionales el 14 de mayo del 2012.
“Estoy bastante contento de pelear por algo, todo equipo llega a este punto de septiembre para poder hacerlo”, expresó el sudamericano que era tercera base hasta convertirse a la receptoría a sus 17 años de edad. “Este es un excelente equipo y con el favor de Dios podemos llegar a los Play-Offs y hasta más lejos”.
SE UNIFORMARÁ CON LOS TIGRES
Una vez concluida su actuación con los Medias Rojas, probablemente se tomará un merecido descanso, pero tiene un objetivo fijo: jugar en la pelota invernal en su querida patria.
“Yo siempre he dicho que mientras tenga salud voy a jugar en Venezuela”, acentuó el adquirido por Boston por una suma en efectivo el 30 de marzo del 2015. “Es un beisbol que me ayudó mucho a mejorar como pelotero. Cada día me sigue enseñando más. Disfruto jugar allá, donde está mi familia”.
“Mis planes son de jugar”, insistió León, que previamente era integrante de las Águilas del Zulia. “No sé cuáles serán los planes del equipo (de Boston) para mí, pero sí voy a pedir ese permiso para ir (con los Tigres)”.