Créditos Imagen: Murilo Gouvea Fotos: AVS PHOTO REPORT
Pedro Felipe Hernández | Prensa LVBP
Caracas-. Por la Liga Venezolana de Beisbol Profesional han desfilado peloteros de distintas nacionalidades, la mayoría estadounidenses, dominicanos, puertorriqueños y mexicanos, en cuyos países de origen el beisbol es un deporte de masas. Pero también japoneses, rusos, alemanes, un sudafricano y hasta brasileros. Son muchas las historias que podrían contarse, aunque esta temporada sucedió algo tan particular que es imprescindible destacarse.
El 9 de diciembre, Tigres de Aragua recibió en el Estadio José Pérez Colmenares de Maracay a Tiburones de La Guaira. Para un aficionado desprevenido, era un partido más en la serie particular entre ambos clubes, un juego más del calendario de la pelota invernal, pero en el trasfondo, sucedió el primer duelo de abridores nacidos en Brasil, en la historia de la LVBP.
Tiago Da Silva inició por los bengalíes y Murilo Gouvea por los escualos. Ambos tiradores hicieron lo mejor para mantener el juego en la línea. Da Silva aceptó dos rayitas de los salados en el primer episodio y lo demás fue entradas dominantes hasta su salida en el sexto episodio. Mientras que Gouvea, estuvo durante cinco tramos, sólo admitió una carrera y esperó lo que hicieran sus compañeros, por el resto del compromiso, el cual ganaron los dirigidos por Renny Osuna 4 a 3, en la novena entrada.
Da Silva tiene bastante recorrido en la pelota criolla. Debutó con Leones del Caracas en la 2013-2014, luego pasó a las filas de Cardenales de Lara, reforzó a Caribes de Anzoátegui en 2014-2015 y quedó campeón con ellos. Ahora defiende el uniforme de los aragüeños, pero tantas memorias no se comparan a hacer historia por sus raíces.
“Fue una sorpresa, cuando vi que Gouvea era el que iba a abrir por el rival”, dio a conocer Da Silva sobre aquel día ante Tiburones. “Es un récord especial que eso haya sucedido por primera vez. Es muy bonito de verdad”.
Por su parte, Gouvea comentó que eso no podía ser casualidad, tras ver a su compatriota calentar en el bullpen, previo al inicio del desafío.
“Antes del juego vi que Tiago iba a lanzar como abridor, entonces le comenté a (Heiker) Meneses que eso seguramente era algo que nunca había pasado, porque yo no recuerdo ningún duelo de brasileros que no haya sido en nuestro país”, confesó el derecho de los Tiburones.
Gouvea sabía varias cosas de Da Silva, pues el diestro de los rayados es mayor en edad y ha tenido más rodaje en el beisbol internacional.
“Yo sabía de él que estaba en Italia y México. A mi parecer, es un pitcher muy difícil de enfrentar, pues su cambio de velocidad es letal. Yo no comenté nada con los muchachos, porque siempre estoy concentrado en mi rol”, explicó el serpentinero de Atibaia, que por primera vez actúa en Venezuela.
Tiago Da Silva es todo un veterano de la LVBP, con seis campañas repartidas entre Caracas, Lara y Aragua
Uno que sí pudo apreciar de cerca lo que estaba haciendo Da Silva y tenía un gustico por enfrentarlo fue el también amazónico, Leonardo Reginatto.
“Esto es genial que haya sucedido, porque le abre muchas puertas a próximos brasileños que vengan a jugar para acá”, destacó el bateador importado de los litoralenses. “Da Silva es un pitcher complicado, porque parece esos lanzadores de innings finales, pero como abridor. Él coloca el brazo distinto, sus sinkers y pitcheos quebrados son muy buenos, sabe lanzar por el costado. De hecho, ese día se acomodó rápido después de permitir las dos carreras al principio. Nos dejó sin posibilidad de hacer algo”, recordó Reginatto, nacido en Curitiba hace 29 años.
Da Silva en su año debut con los melenudos abrió seis encuentros, de resto siempre había sido relevista con los equipos que había defendido, hasta esta zafra, en la que Tigres le pidió encargarse de iniciar encuentros, ya que durante el año había comenzado varios desafíos en la Liga Mexicana de Beisbol, con Durango, y en la Liga Mexicana del Pacífico, defendiendo los colores de Obregón.
“Durante el verano en México fui abridor y cerré juegos también, luego los Yaquis de Obregón me contrataron en octubre para abrir. Así que mi brazo tenía los innings para seguir en ese rol. Llegué a Tigres como cerrador, pero el equipo me preguntó si podía abrir y ahí voy", contó el serpentinero, originario de Sao Paulo y de 34 años de edad. “Yo seguiré en ese rol si el manager (Bárbaro Garbey) así lo necesita. Yo sólo haré el trabajo".
Al final esa decisión de retomar sus labores de iniciador fue especial, mucho más cuando se midió a un paisano.
“A Tiago no lo pude enfrentar o jugar con él, en el mismo equipo en Brasil, por ser algo mayor que yo. Mientras él estaba representando a Italia en el Clásico Mundial de Beisbol, yo estaba con Brasil”, enfatizó Reginatto. “Pero cuando estuve con Bravos (de Margarita) jugué contra él en una ocasión y no tuve mucha suerte”.
Sin embargo, Reginatto y Gouvea tienen una relación de amistad de más de una década.
“A Murilo lo conozco desde los 15 años, hasta vivimos juntos en una academia en Sao Paulo”, recordó Reginatto, quien no estaba tan cerca de su amigo Gouvea como hasta ahora en el dugout escualo desde hacía mucho tiempo. “Es especial estar tan cerca de jugadores que son nacidos en el mismo país. A cualquiera, por ejemplo, le gustaría jugar en las Mayores y conseguirse a un pelotero de su mismo país”.
Leonardo Reginatto ha sido una de las figuras de Tiburones de La Guaira y del campeonato 2019-2020
COMO EN CASA
El primer jugador brasilero en debutar en la pelota rentada venezolana, fue el escopetero de los Cardenales de Lara, José Pett, quien actuó en la campaña 1995-1996 y dejó foja de 6-0, con 2.30 de efectividad en 54.2 entradas de labor, distribuidas en nueve presentaciones. Después de ese pionero, pasaron los grandeligas André Rienzo, con Tiburones, y Paulo Orlando, con los crepusculares (seis temporadas), hasta este grupo que actualmente dicen presente la LVBP.
Orlando compartió equipo con Da Silva entre los cursos 2015-2016 y 2016-2017 con los larenses. Ahora le tocó a Gouvea y Reginatto ser la segunda dupla de brasileros que conforman un mismo equipo.
“El jugar aquí para un brasilero es algo muy bueno, porque esta liga es muy reconocida en todos lados. Jugar aquí, le abre las puertas a nosotros los brasileros para llegar a otros horizontes. Ya hay algunos jugando en México, pero jugar aquí ayuda bastante a darse a conocer”, describió Gouvea. “Siempre es bueno tener a alguien de confianza por mucho tiempo como es el caso con Reginatto, que lo conozco desde los 15 años, eso hace estar más cómodo”.
Pertenecer al conjunto de La Guaira significa estar acompañado por la Samba, un ritmo conocido en Brasil con los carnavales y sus festividades. Algo que Gouvea disfruta mucho, aunque asegura que no es muy buen bailador.
“Yo no soy de escuchar mucha samba, pero si se parece a lo que tenemos en Brasil. Eso es muy bueno lo que hacen para animar y tener el juego activo en todo el encuentro”, expresó. “Yo me enfoco en mi juego, no hago mucho caso a lo que pasa alrededor, fuera del terreno. Claro es muy importante el apoyo de la fanaticada. Pero yo solo me concentro mientras lanzo y después veo lo demás”.
La LVBP no sólo otorga emociones y oportunidades a jugadores de mantenerse activos durante el invierno en una liga reconocida y de gran nivel, sino que reúne a peloteros que tenían años sin jugar juntos, provenientes de un país que delira por el fútbol.
Murilo Gouvea y Leoardo Reginatto tienen una relación de amistad de más de una década