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Alexander Mendoza | Prensa LVBP
Caracas.- Oswaldo Guillén se mostró optimista, pese a que Tiburones de La Guiara solo gano un partido de los cuatro que disputó en el inicio de la temporada 2016-2017.
“Fue una semana difícil”, admitió el estratega, antes del encuentro de este martes contra Leones del Caracas. “Enfrentamos a un equipo que batea mucho (Zulia) y perdimos un juego por muchas carreras (16-3, el sábado), pero los demás encuentros estuvieron cerca”.
En el resto de los desafíos, sin incluir la paliza de las Águilas a domicilio, los escualos anotaron 12 veces y sus rivales les pisaron el plato en 15 oportunidades.
“La ofensiva ha dejado muchos hombres en base. Todavía estamos esperando que los muchachos den el hit grande. Siempre estamos haciendo cosas, pero no damos el batazo que tenemos que dar para mejorar”, evaluó Guillén.
Hasta 94 hombres se quedaron esperando remolque, 49 en segunda y tercera, ambas cifras las más altas en la LVBP hasta el lunes.
“Es muy temprano para decir qué falta. No te puedo lo puedo decir ahora, pero algunas veces queremos hacer más, hacer cosas diferentes. Creo que debemos ir con el mismo plan de trabajo establecido desde el primer día y seguir adelante. Lo que sí puedo asegurar es que los muchachos han jugado duro, sin duda han jugado duro. Eso es lo único que yo le pido al equipo”.
El average colectivo de La Guaira fue de .270 en la primera semana, solo por encima de Bravos (.231) y Cardenales (.220), mientras que su porcentaje de embasado fue un notable .387. Solo que su promedio se redujo a .220 con hombres en posición de anotar y quedó en .250 en la misma situación con dos outs en la pizarra.
“Hemos estado en (cuenta de) 3-2 y nos han tirado pitcheos rompientes y no hemos hecho ese ajuste. En cuatro juegos, en el 95% de las veces en que los hemos estado en 3-2, han sido bolas quebradas. Ellos (sus peloteros) tienen que darse cuenta”, abundó Guillén.
Las estadísticas respaldan la apreciación del piloto. Cuando los bateadores de La Guaira están en dos strikes, ligan apenas para .145 (76-11) y cuando se colocan detrás en la cuenta solo golpean .209 (67-14).
“Ojalá podamos salir de esto, pero apenas es el principio. Necesitamos empezar a jugar un poquito mejor para comenzar a darnos confianza a nosotros mismos. Salir con confianza al terreno de juego”.
Los lanzadores escualos han atravesado por altibajos. Los abridores exhibieron en los primeros cuatro desafíos efectividad de 7.94 y el promedio de carreras limpias del equipo fue de 6.69. Guarismos que Guillén desestimó.
“Los abridores trabajaron muy pocos innings, entonces si te hacen cinco carreras, la efectividad es muy alta. Pero (William) Cuevas lanzó muy bien. Tenemos a un buen grupo de iniciadores. (Greg) Ross comenzó bien, pero no podía tirar strikes. Era su primer juego. El zurdo (Mike) Antonini no vino nada bien, pero esa no es su manera de pitchar. (Ramón) Ramírez estaba dejando los sinkers altísimos, los cambios en el medio del plato. Hay que dejarlos lanzar a ver qué pasa. No podemos esperar que en el primer juego lo hagan perfecto”.
Ese voto de confianza dejó el orden de la rotación intacto, con Cuevas seguido por Ross, Ramírez y Antonini.
“Todavía no necesitamos un quinto abridor por el calendario y es algo que decidiremos después de la gira por Margarita”, señaló Guillén. “Pienso que el bullpen ha estado bastante bien. Ha salido bastante bueno, ha hecho su trabajo. Lo evalúo como bueno. Todos los relevistas han sacado la cara”.
El único movimiento en el roster de 37 para la segunda semana fue precisamente el veterano apagafuegos Enrique González, que cedió su puesto al zurdo José Alvarado.
“Fresita quedó fuera porque no lanzó muy bien. Lo hablé con él y lo entendió. Esperamos que se reponga. Necesitamos alguien que pueda ir largo en el relevo intermedio y él solo puede tirar un inning. No está descartado (para la próxima semana). A Alvarado lo voy a poner a lanzar. Él dice que está listo, pero tengo que ver su desempeño”.
En lo personal, Guillén aseguró que su primera semana en la Liga Venezolana de Beisbol Profesional como capataz fue una gran experiencia.
“Paso más tiempo haciendo el roster diario y el lineup que aquí afuera (en el terreno). Creo que eso ha sido lo más complicado”, afirmó.
