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Alexander Mendoza | Prensa LVBP
Caracas.- Oswaldo Arcia suma dos juegos seguidos con jonrones, algo que no lograba desde 2014. El jardinero, que se unió a los Padres el sábado, se ha embasado en los tres encuentros que ha disputado con su nuevo equipo.
El último estacazo de Arcia fue el único daño que aceptó el derecho Matt Wisler en una sólida actuación de seis entradas que guió el triunfo de los Bravos de Atlanta, 8-1, contra los Padres, el miércoles por la noche en el Turner Field.
El jardinero comenzó la temporada con los Mellizos de Minnesota, pero el 24 de junio fue cambiado a los Rays de Tampa Bay, luego entre el 23 y 27 agosto pasó a los Marlins de Miami y después a los religiosos vía waivers.
San Diego no ha podido jugar en ningún mes de la temporada por encima de .500 y la segunda mitad de la temporada ha sido mucho peor que la primera, lo que le tiene con balance de 55-77, el tercer peor récord de las Grandes Ligas.
En medio de ese desolador panorama, Arcia espera darle la mejor oportunidad de ganar a los religiosos en lo que resta de calendario regular y encontrar finalmente un lugar donde establecerse.
“Los últimos meses han sido definitivamente duros”, comentó Arcia a MLB.com. “Muchos movimientos, muchos cambios. Pero desde el primer momento en que puse un pie en el clubhouse, noté el ambiente que reina alrededor. Aquí todo el mundo ha sido muy bueno y eso me ha motivado”.
San Diego necesitaba un outfielder y el bateador zurdo fue llamado a las Mayores el sábado. Debutó un día después y desde entonces exhibe una línea ofensiva de .364/.417/1.000, producto de cuatro hits en 11 turnos, incluidos dos jonrones y un doble.
Además de esa tórrida producción desde el plato, Arcia hizo una espectacular atrapada, deslizándose, para decapitar una conexión de Dansby Swanson, en el séptimo inning del partido del martes, que terminó en una derrota, 7-3, contra Atlanta.
“Se ha estado viendo bien y seguirá recibiendo oportunidades”, destacó el manager Andy Green.
Arcia mostró destellos del talento que lo llevó a ser un prospecto y durante su estadía de cuatro campañas con Minnesota, pero no pudo ser consistente y sus problemas rendimiento antes del Juego de Estrellas de este año provocaron su salida de los Mellizos, con los que dejó promedios vitalicios modestos (.240/.303/.429), aunque consiguió golpear 20 cuadrangulares en 2014.
Ahora está en medio de un inicio fresco y, con 25 años de edad, todavía tiene espacio para mejorar, en una organización que deberá hacer ajustes en 2017.
“Se siente bien, especialmente ir a batear y ayudar al equipo en lo que pueda, sin importar el momento o la situación”, puntualizó el patrullero. “Es bueno mostrar lo que soy capaz de hacer”.