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David Venn | LasMayores.com
Cleveland.- Miguel Montero dio un solo hit en la Serie de Campeonato de la Liga Nacional, pero fue uno de los batazos más importantes para que los Cachorros eliminaran a los Dodgers y avanzaran a la Serie Mundial para jugar contra los Indios de Cleveland.
Su decisivo jonrón con bases llenas en el Juego 1 ante Los Ángeles no solo le dio el triunfo a Chicago ese día, sino también sirvió para recordarles a todos que el venezolano sigue siendo una pieza importante para la tropa de Joe Maddon.
“Ese grand slam fue uno de los momentos más grandes que tuvimos en esa serie”, dijo Maddon, cuyos pupilos tratarán desde este martes de llevar al norte de Chicago el primer título de Serie Mundial del equipo desde 1908.
Por más celebraciones que se hayan visto entre los Cachorros y su fanaticada esta temporada, el 2016 no ha sido nada fácil para Montero. Lidiando con dolores en la espalda desde los entrenamientos (lesión que le costó tres semanas de acción durante la primera mitad de la campaña), el veterano de 33 años de edad llegó a verse en el puesto de tercer catcher de la escuadra, ante la presencia de David Ross y el ascenso del también venezolano Willson Contreras.
Pero a la vez que fungió como una especie de mentor para Contreras, hubo dos factores más que mantuvieron a Montero como valioso integrante de este equipo: Un aumento en su producción de bateo y su buena relación de trabajo con el abridor Jake Arrieta.
Ahora, prácticamente como catcher personal de éste último y disponible desde la banca, Montero ha aceptado su papel en Chicago, sobre todo con un anillo de Serie Mundial en la mira.
“Obviamente, es difícil, un poco complicado”, dijo Montero, dos veces convocado al Juego de Estrellas como receptor titular de los Diamondbacks. “Pero ya estamos en una situación en que no hay nada personal. Los méritos que estamos buscando ahora mismo son ganar la Serie Mundial y contribuir de cualquier manera”.
Conocido por sus dotes defensivos, que incluyen la habilidad de “cuadrar” los pitcheos para que sean cantados strikes y su manejo de los lanzadores, la experiencia de Montero se ha valorado en los predios de los Cachorros.
“Siempre ha sido un buen receptor”, dijo Maddon. “Con él, todo empieza ahí. Y su bate comenzó a revivir”.
Efectivamente, Montero aceleró el paso con el madero al final de la temporada regular, bateando .283 con porcentaje de embasarse de .353 y slugging de .543 (OPS de .896) en el último mes de la campaña regular. Si no era seguro su puesto en el roster de Chicago para la postemporada, dicha actuación en septiembre/octubre lo selló de una vez por todas.
”ZONA DE CONFORT” CON ARRIETA
El 30 de agosto del 2015, Montero recibió un juego sin hit ni carrera de Arrieta contra los Dodgers. Desde ese año, cuando se convirtieron en compañeros de equipo, Arrieta lleva efectividad de 2.39 en un total de 290.1 entradas con el caraqueño pidiendo los pitcheos.
Se espera que una vez más, Montero sea el receptor de los Cachorros el miércoles en el Juego 2 para recibir a Arrieta ante los Indios.
“Quiere ganar a toda costa. Es un competidor y se prepara bien”, dijo Arrieta al explicar el buen ritmo que ha establecido con Montero. “Tiene mucho tiempo haciendo esto y tiene una personalidad fogosa e intensa, hasta el punto de que puede haber conversaciones bien acaloradas. Pero es porque quiere ganar”.
“Me ha encantado trabajar con él. Las últimas cuatro, cinco aperturas con él detrás del plato, ha sido raro que yo no esté de acuerdo con lo que ha pedido. Hemos llegado a una zona de confort. A veces ejecuto, a veces no. Pero trabajamos bien juntos”.
CON SED DE UN CAMPEONATO
Participando en su cuarta postemporada, Montero jamás había pasado de la segunda ronda de los playoffs con los Diamondbacks (2007, 2011) y los Cachorros (2015) antes de este año. Ahora se encuentra a cuatro victorias de Chicago, equipo que participa en su primer Clásico de Otoño desde 1945, para celebrar con champán el trofeo anhelado por todos.
“(Me siento) bendecido de llegar a una Serie Mundial con los Cachorros de Chicago después de 71 años que no habían llegado. Y me voy a sentir aún más bendecido si ganamos”, dijo. “La meta número uno ahora mismo no soy yo, sino ganar el juego. Si uno puede ayudar de una u otra manera para ganar el juego de hoy, bienvenido sea”.