Créditos Imagen: Miguel Cabrera | Foto: @Tigers
José Ángel Rodríguez Suárez | Prensa LVBP
Caracas-. El último fin de semana como pelotero activo para Miguel Cabrera transcurrirá en medio de homenajes y acompañantes especiales, para rendir tributo a su fructífero camino de 21 temporadas en las Grandes Ligas. El venezolano se despedirá de los terrenos en el Comerica Park, su hogar en los recientes 15 años.
El maracayero, primer triple coronado de la Gran Carpa desde 1967, dos veces Jugador Más Valioso de la Liga Americana y en 12 oportunidades convocado al Juego de Estrellas, entre una extensa lista de reconocimientos en su travesía, tiene pautado participar en los tres encuentros que cerrarán la campaña de los Tigres de Detroit, a partir del viernes.
Cabrera será homenajeado previo al primer compromiso de la serie frente a los Guardianes de Cleveland, como el nominado de la organización bengalí para el premio Roberto Clemente, y tras el último out, habrá un espectáculo de drones. Mientras que, en el careo del sábado, contará con la compañía de sus familiares, el miembro del Salón de la Fama Alan Trammell, y su recordado ex mánager Jim Leyland.
“Batear una pelota de beisbol es una de las cosas más difíciles de hacer en los deportes, y tanto Albert Pujols como él son los dos mejores que he visto hacerlo en mis 60 años en este juego”, dijo a la agencia AP Leyland, quien lo dirigió entre las zafras 2008 y 2013. "Está en el papel y en los libros".
El aragüeño es junto al dominicano Pujols y al inmortal Hank Aaron los únicos toleteros en los registros de Las Mayores que combinan al menos 500 jonrones, 3.000 hits y 600 dobles.
La cita del adiós, el domingo, se desarrollará con la energía y emotividad de los 41.083 aficionados del estadio de la Ciudad Motor, pues desde inicios de semana el club informó que ya no había boletos disponibles para el nostálgico compromiso.
"Una de las cosas que hizo a Miggy realmente especial es la forma en que podía conducir la pelota a todos lados del campo", valoró Dave Dombrowski, quien era gerente general de los Marlins de Miami cuando firmaron al profesional a Cabrera en 1999, con 16 años de edad y un bono de 1,8 millones de dólares. “Podía batear al jardín derecho como si fuera un bateador zurdo. También tenía mucho coraje, jugaba en momentos en que estaba gravemente lastimado y siempre tenía una sonrisa en su rostro porque ama mucho el juego”.
Dombrowski, posteriormente, llevó al criollo a Detroit en un cambio que incluyó también al lanzador zurdo Dontrelle Willis, cuando ya era el máximo responsable de las oficinas en los Tigres. En esa franquicia, aunque no pudo emular el logro colectivo de la Serie Mundial del 2003, en su primer año como grandeliga con los peces, sí labró el grueso de sus categóricos registros estadísticos, que desembocaron en condecoraciones individuales.
“Hay muchos beisbolistas venezolanos que están haciendo grandes cosas aquí y jugando bien”, analizó Ronald Acuña Jr., candidato al JMV de la Liga Nacional por su histórica cosecha en el actual ruedo. “Creo que todos estamos haciendo un buen trabajo al continuar con eso, pero en lo que respecta a los jugadores de nuestro país, Miguel Cabrera es como un Dios del beisbol".
Mientras tanto, Cabrera intenta despojarse de ese halo de deidad, y mostrarse como un ser terrenal, con la Fundación Miguel Cabrera como una de las obras que mayor orgullo le produce. Tanto o más que lo construido dentro de las rayas de cal, durante más de dos décadas.
“Quiero que la gente me recuerde aquí en Detroit no solo porque vine a jugar beisbol”, pidió el oriundo de La Pedrera. “Quiero ser parte de la comunidad. Es lo que quiero hacer después de retirarme”.
