Créditos Imagen: Foto: Prensa Caribes de Anzoátegui
Eduardo Acosta | Prensa LVBP
Puerto La Cruz.- Luis Enrique Cedeño vive el sueño de su vida. Siempre anheló convertirse en pelotero profesional con el equipo de sus amores, Caribes de Anzoátegui.
El lanzador, prospecto de los Yanquis de Nueva York, confiesa que siente una gran emoción cada vez que sale al terreno de juego a contribuir con la causa del conjunto aborigen. Algo que, enfatiza, representa una gran responsabilidad.
“Desde niño siempre venía al ‘Chico’ Carrasquel a ver los partidos y siempre soñaba con jugar algún día en este estadio, con el uniforme de Caribes, mi equipo de toda la vida. Ahora estoy disfrutando ese momento. Soy afortunado”, señaló el joven, de 21 años de edad.
El derecho siempre ha llevado a Caribes en sus venas, por así decirlo. Su padre, Mario Cedeño, trabajó muchos años con la organización aborigen en el departamento de mantenimiento del estadio Alfonso “Chico” Carrasquel. Así, que generalmente, llevaba a su vástago a ver tanto las prácticas como los encuentros de los orientales. Algo que el novel lanzador agradece todos los días de su vida.
“Le debo mucho a mi padre. Me inculcó el beisbol desde siempre. Trabajé a su lado en el área de mantenimiento y mientras lo hacía no paraba de observar las prácticas de los jugadores y pensar en que algún día pudiera estar allí, pero como jugador. Ahora es toda una realidad y solo queda de mi parte seguir trabajando duro por ayudar a Caribes”, destacó Cedeño
Durante uno de los entrenamientos, Cedeño, que todavía era un adolescente, llamó la atención y terminó con un contrato para jugar profesional en sus manos.
“Fue en una de tantas prácticas. Siempre soltaba el brazo con los jugadores en los jardines. Entonces Eliezer Alfonzo, con quien compartía todos los días cuando jugaba con Caribes, le gustó cada uno de mis envíos, me recomendó con Carlos Ríos, que para ese entonces era el gerente deportivo del equipo. Me llevó a su academia y en seis meses me firmaron, fue algo mágico e inolvidable”, mencionó.
“En mi familia todos están contentos por lo que me está pasando”, abundó, “ellos también son fanáticos de Caribes de toda la vida. Así que se podrán imaginar lo que se vive en la casa. Si antes veían los partidos, ahora la fiebre se incrementó mucho más porque estoy en el equipo”.
DAR LO MEJOR
Pero así como Cedeño vive en grande su sueño, sabe que tiene que esforzarse para quedarse con el equipo toda la temporada.
El portocruzano tuvo apenas una salida la campaña anterior en la que permitió un jonrón de Gabriel Noriega, de Cardenales de Lara, y no pudo completar siquiera un out, antes de regresar al Programa de Desarrollo.
Este año se incorporó a las prácticas desde el primer día y se ganó un ligar entre los relevistas de la Tribu.
“Yo estoy preparado para lo que me pongan”, enfatizó Cedeño. “El coach Mike Álvarez siempre habla conmigo, me dice que tenga paciencia, que las oportunidades siempre llegan. Así que estoy tranquilo, aprendiendo cada cosa nueva todos los días, porque nunca dejas de aprender, especialmente de los pitchers con más experiencia en el equipo, como (Jean Carlos) Toledo o Pedro (Rodríguez), quienes siempre me apoyan”.
“Es así como te desarrollas. Hay cosas que uno no sabe, así tengas muchos años jugando”, continuó el novato, que siempre tiene presente las palabras de su padre, después de estampar su firma con Caribes.
“Me dijo que trabajara muy duro todos los días. Es lo que siempre trato de hacer”.
Cedeño disfrutó a la distancia de los dos primeros campeonatos de Caribes en la LVBP, ahora quiere ser protagonista de un título.
“Quiero vivir otro campeonato. Sí, otro, porque cuando Caribes quedó campeón por primera vez yo estaba trabajando en mantenimiento del estadio. Así que tengo mi título, pero como trabajador, ahora quiero tener otro desde el terreno de juego, pues no es lo mismo vivirlo desde las tribunas. Gracias a Dios, estamos aquí, solo espero hacer el trabajo y ayudar al equipo a conseguir otros trofeos de campeones”, expresó.