Créditos Imagen: LaMarr Hoyt Foto: MLB.com
José Luis López | Prensa LVBP
Caracas.- Diciembre de 2021 se marchó para dar paso a enero de 2022, con las renovadas esperanzas que siempre depara un nuevo año.
Antes de su adiós, el último mes del año pasado vio inscribirse en sus días, el epílogo de las vidas del lanzador LaMarr Hoyt y el jardinero Kimera Bartee, quienes antes de jugar en Grandes Ligas, mostraron sus artes a la afición venezolana.
LaMarr Hoyt: un Cy Young en Barquisimeto
Corría la temporada 1976-1977 cuando un joven de apenas 21 años de edad llegaba a la LVBP con la tarea de ganar experiencia. Por aquellos días, Cardenales de Lara tenía muy buenas relaciones con los Yanquis de Nueva York. La campaña anterior le había entregado a Ron Guidry, uno de sus brazos más prometedores y regresó a Yankee Stadium convertido en un lanzador más hecho.
El equipo del Bronx esperaba un trabajo similar con Hoyt, solo que este derecho no tuvo la misma suerte del zurdo. Se esperaba una buena campaña, pues venía avalado como selección de quinta ronda para los Yanquis en el draft de 1973.
Su tarea con los pájaros rojos fue fundamentalmente como relevista. Cinco veces escaló el montículo y solo una de ellas fue en calidad de abridor. Terminó con marca de 0-0 a pesar de plasmar efectividad de 13.06 en labor de 10.1 innings, en los cuales aceptó 24 imparables con 15 carreras limpias. Complementó con cinco boletos y cuatro ponches, amén de un WHIP de 2.81.
Cardenales decidió devolverlo rápido a Estados Unidos y los Yanquis decidieron no esperar por él. Fue canjeado junto con el jardinero Oscar Gamble, el derecho de Ligas Menores Bob Polinsky y 200 mil dólares a los Medias Blancas en abril de 1977, en lo que resultó ser un cambio muy notable para ambos equipos, pues Nueva York obtuvo al torpedero Bucky Dent. Sería en Chicago donde el derecho mostraría lo que los larenses y los neoyorquinos esperaban: un brazo de calidad.
Hoyt apareció en partes de ocho temporadas de Grandes Ligas, de 1979 a 1986, con los primeros seis de esos años con los Medias Blancas y los dos últimos con los Padres de San Diego. No tardó en ganarse la confianza de Tony La Russa, cuya temporada de debut como mánager de Grandes Ligas con los Medias Blancas coincidió con la primera prueba de Hoyt en el más alto nivel.
“Mi primera impresión de LaMarr fue: ‘Aquí hay un lanzador’. Tenía un material promedio, pero un dominio asombroso y una confianza tremenda, nunca mostró miedo”, dijo La Russa en el comunicado de prensa de los Medias Blancas, por el fallecimiento del tirador. “Lo llevamos a las Grandes Ligas en 1979 y nada le molestó. Tenía esta genialidad impresionante en la que creía que, si hacía sus lanzamientos, sacaría a los bateadores. Se enfrentó a equipos varias veces en una temporada, pero cambiaba la apariencia de sus envíos y los mantenía fuera de balance. Qué gran competidor fue LaMarr”.
Hoyt no se convirtió en un miembro de pleno derecho de la rotación de Chicago hasta 1982, e inmediatamente dejó su huella al liderar la Liga Americana con 19 victorias y una efectividad de 3.53. Esto preparó el escenario para el año 1983, que lo colocó junto a Early Wynn y Jack McDowell como los únicos lanzadores de los White Sox en capturar un premio Cy Young.
Durante esa temporada de ensueño, Hoyt lideró las mayores en victorias (24) y tasa de boletos (un pequeño 3.0%) en 260.2 entradas, mientras que registró una efectividad de 3.66 y llevó a los Medias al título del Oeste de la Liga Americana. También lanzó un juego completo para asegurar la única victoria de Chicago sobre los Orioles en la Serie de Campeonato de la Liga Americana de ese año, ya que Hoyt mantuvo al eventual campeón de la Serie Mundial en solo cinco hits en un triunfo 2-1 de los Medias Blancas, rememora Mark Polishuk del portal MLB Trade Rumors.
Después de luchar contra varios tropiezos en 1984, Hoyt fue transferido esa temporada baja a San Diego como parte de un intercambio de siete jugadores. Fue otro movimiento digno de mención en la historia de los Medias Blancas, ya que el Oswaldo Guillén, combativo torpedero y futuro mánager ganador de la Serie Mundial, se unió al equipo en ese intercambio.
Hoyt lanzó bien en 1985 y se ganó un lugar en el representativo de la Liga Nacional en el Juego de Estrellas, pero su desempeño declinó en 1986 y nunca volvió a lanzar en las Mayores.
El final de la carrera de Hoyt fue acelerado por lesiones, así como una lucha con el abuso de sustancias y problemas legales que resultaron en una suspensión de un año de las Grandes Ligas, según apunta Polishuk.
Hoyt registró una efectividad de 3.99 en 1.311.1 entradas con los Medias Blancas y los Padres, confiando en su excelente control. El índice de boletos de 5.1% de Hoyt es el séptimo más bajo de cualquier lanzador calificado del período 1979-1986, y de los seis lanzadores por delante de Hoyt en la lista, solo el miembro del Salón de la Fama Dennis Eckersley lanzó más entradas.
El ex ganador del premio Cy Young de la Liga Americana, falleció a los 66 años. Según un comunicado emitido por los Medias Blancas el pasado domingo 5 de diciembre, Mathew Hoyt -el hijo mayor de LaMarr- señaló que su padre sufría de cáncer.
Vale apuntar que -luego de apartar a los criollos Johan Santana (2004, 2006) y Félix Hernández (2010)-, LaMarr Hoyt es uno de los 13 lanzadores importados que después de actuar en la LVBP, fueron ganadores del premio Cy Young.
La selecta lista registra a: Don Newcombe (1956), Jim Lonborg (1967), Bob Gibson (1967, 1968), Miguel Cuellar (1969), Jim Hunter (1974), Ron Guidry (1978), Mike Flanagan (1979), LaMarr Hoyt (1983), Rick Sutcliffe (1984), Orel Hershiser (1988), Greg Maddux (1992, 1993, 1994, 1995), Pat Hentgen (1996) y Roy Halladay (2003, 2010).
Kimera Bartee rugió dos veces como león
Kimera Bartee encontró la muerte de modo repentino, el pasado lunes 20 de diciembre cuando visitaba a su padre en Omaha, Nebraska. Había sido ratificado como coach de primera base de los Tigres de Detroit para la temporada de 2022. Su fallecimiento sorprendió a todos. Tan solo contaba con 49 años de edad.
“Todos nosotros en la familia de los Tigres nos sorprendió y entristeció saber que nuestro entrenador de primera base Kimera Bartee, falleció repentinamente el lunes 20 a la edad de 49 años”, dijo el gerente general de los Tigres, Al Ávila, en un comunicado publicado la mañana del martes 21. “A lo largo de su tiempo en nuestra organización como jugador y entrenador, Kimera fue conocido como un competidor de alma amable, pero intensa que hizo todo lo posible todos los días para elevar a quienes lo rodeaban a hacer grandes cosas. Si bien los fanáticos de los Tigres se acostumbraron a verlo en la caja del entrenador de primera base, el impacto de Kimera en nuestro club de beisbol fue mucho más profundo y lo extrañaremos profundamente. Al hablar con el padre de Kimera, Jerry Bartee, le expresamos nuestras condolencias y apoyo a su familia. Los pensamientos y las oraciones de todos en la organización están con la familia y los amigos de Kimera, y su memoria y su espíritu nunca serán olvidados”, expresó Ávila.
El mánager A. J. Hinch también manifestó su pesar:
“Como muchos en todo el beisbol, quedé devastado por la noticia del fallecimiento de Kimera”, dijo el estratega en su propia declaración. “Desde el comienzo de los entrenamientos de primavera el año pasado, estaba claro que Kimera era el epítome del entrenador de un jugador, con una habilidad asombrosa para construir conexiones profundas con cualquier persona, desde un novato hasta un veterano de 10 años. Estaba orgulloso de su abnegación y adaptabilidad cuando rápidamente se trasladó al personal de las Grandes Ligas la temporada pasada, y de lo emocionado que estaba por el brillante futuro que tenía tanto en el beisbol como en la vida. El deporte ha perdido a un hombre increíble, pero lo más importante es que su familia ha perdido a un amoroso esposo, padre e hijo”, concluyó un emocionado Hinch.
Una selección de ronda 14 de los Orioles en 1993, Bartee vino por vez primera a la LVBP con los Leones del Caracas en la campaña 1995-1996. Con 23 años de edad intervino en nueve juegos, ligó de 27-10, con un triple, un jonrón, diez anotadas, tres remolcadas y dos robos para .370 puntos de average.
De esa actuación en Venezuela salió a hacer su debut en Grandes Ligas con los Tigres en 1996, luego de un canje y una selección en el Draft de la Regla 5.
Como jardinero central, pasó parte de las siguientes cuatro temporadas en Detroit y también hizo breves paradas con los Rojos de Cincinnati y Rockies de Colorado, antes de salir del radar de las Mayores en 2001.
En la campaña 2004-2005 regresaría a la LVBP, nuevamente con el Caracas. Participó en 13 juegos para batear de 39-10 con dos dobles, tres anotadas y una remolcada. No pudo reeditar una fogosa actuación como la tenida nueve años atrás.
Después de su retiro, Bartee trabajó como entrenador e instructor dentro de las organizaciones de Piratas de Pittsburgh, Filis de Filadelfia y los propios Tigres. Dirigió en los niveles más bajos del sistema de los Piratas y se desempeñó como coordinador de corredores de bases y jardines de Ligas Menores antes de finalmente unirse al personal de las Grandes Ligas como coach de primera base y entrenador de jardineros entre 2017 y 2019, señaló Steve Adams del portal MLB Trade Rumors. Quien también agrega que Bartee trabajó como instructor de campo dentro de la organización de los Filis en 2020 y se unió a los Tigres como entrenador de primera base en la temporada baja 2020-21.
Estaba listo para regresar al cuerpo técnico de Hinch para una segunda temporada en 2022. Lamentablemente colapsó el lunes 20 de diciembre y sometido a la autopsia de rigor se encontró la causa de su deceso: un gran tumor en el cerebro.