Junior Guerra, de la necesidad en Italia al éxito en Grandes Ligas

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Manolo Hernández Douen | LasMayores.com

 

Oakland.- Un ex receptor con muchos años de experiencia en las Grandes Ligas quedaba impresionado desde el Palco de Prensa con cierto envío de Junior Guerra, mientras el venezolano de los Cerveceros de Milwaukee trabajaba siete episodios sólidos el miércoles frente a los Atléticos de Oakland, camino a su cuarto triunfo en cinco decisiones en el 2016.

“Ese lanzamiento, ese ‘splitter’ (recta que se tira con dos dedos separados el uno del otro en el agarre de la pelota) es uno de los mejores que he visto”, elogió el otrora careta de lujo que prefirió ser anónimo en su comentario.

Ya quizás el splitter, heredero directo de la bola de tenedor, no sea utilizado mucho en las Mayores por la teoría de que le roba velocidad en la recta al pitcher que la use, pero Guerra, un veterano que ha trabajado en muchas ligas de las que usualmente no se salta a la fama, lo emplea con tremenda efectividad para labrarse un camino en las Mayores.

“Es bien habilidoso y es un gran competidor”, elogió el dirigente de los Cerveceros, Craig Counsell. “En cada juego que ha iniciado, ha demostrado mejoría en la medida que avance el partido”.

“Para muchos lanzadores, puede ser preocupante llegar a los episodios finales, pero Junior va progresando”, comparó el manager de los lupulosos. “Se va sintiendo más cómodo con su ‘split-finger’, obtiene mejor comando de sus envíos. Lo demostró hoy de nuevo”.

Por esa capacidad no tan peculiar para un serpentinero que después de todo no tiene mucha experiencia en las Grandes Ligas, Counsell mantuvo en la lomita a Guerra con dos outs en el séptimo tramo, aún a sabiendas de que los Atléticos amenazaban con el temible bateador zurdo Stephen Vogt como emergente con un hombre en circulación y en un cotejo que estaba bien cerrado (Milwaukee ganó 4-2).

“Yo quería que Junior se enfrentase a Vogt”, analizó el ex infielder. “Tiene que ganarse esas oportunidades y ha lanzado como si merece estar en esas situaciones. De hecho, hizo muy buenos pitcheos (para ponchar a su adversario)”.

Pareciera que Counsell hablaba sobre un as de la lomita de la talla de un Justin Verlander y no de un ex receptor que se ha ganado la vida en muchas ligas como Italia, México y un circuito independiente, y que inclusive tuvo que perdurar una suspensión por 50 juegos en las ligas menores a fines de la década pasada.

Curiosamente, Guerra, que tiene 31 años de edad, fue el primer pelotero adquirido por el gerente general de los Cerveceros, David Stearns, al ser reclutado en waivers de los Medias Blancas de Chicago el 7 de octubre del 2015. Stearns se encargó del puesto el 21 de septiembre de ese año.

La única referencia de Guerra en las Mayores previa al 2016 constaba de tres juegos como relevista -6.75 de efectividad- con los Patiblancos en 2015, pero su carrera profesional comenzó como receptor hace más de 15 años, en el 2001 con la organización de los Bravos de Atlanta.

Su experiencia previa más valiosa incluye la consistente participación en la exigente Liga Venezolana de Beisbol Profesional, con el uniforme de los Tiburones de La Guaira.

“Eso (la confianza del dirigente) se va ganando poco a poco, pero se siente bien que le den a uno la oportunidad de tener a un bateador más, para completar un inning más”, definió Guerra, con 4-1 y efectividad de 3.67 en la temporada. “Pienso que hasta los momentos uno no tiene nada garantizado. Lo que necesito es seguir trabajando y dándole chance al equipo a ganar”.

El efecto de su splitter, una recta que “se cae” al llegar al plato para sorpresa de los bateadores, deja atónitos a muchos observadores. Es un “invento” que se le ocurrió cuando su carrera profesional cambió de rumbo.

“En realidad, desde que comencé a ser pitcher en 2007 lo estuve practicando siempre", rememoró Guerra. "En el 2010 le pude conseguir la confianza para tirarlo en cualquier tipo de conteo. Gracias a Dios me está dando los frutos de sacar los bateadores de out y de ser un pitcheo difícil de descifrar”.

“Cuando salí positivo, a los equipos les daba miedo a darme un chance”, lamentó Guerra de aquella experiencia. Entre sus novenas han estado los Wingnuts de Michigan en una Liga Independiente en el 2011 y 2013, y los Leones de Yucatán en México en el 2012.

Trabajar en la pelota italiana en el 2014 fue conceptuado por él como un recurso para mantenerse activo y ganarse el pan nuestro de cada día.

“Yo nunca pensé ‘no es para mí’”, comentó de su sueño de llegar a las Grandes Ligas. “Soy de las personas que piensa que si uno trabaja duro, siempre con la cabeza en alto, uno tiene derecho algún día al éxito”.

“En Italia uno lanza una sola vez a la semana”, informó el nativo de San Félix. “Uno tiene seis días de descanso. Esa liga me sirvió mucho de experiencia. Sí había algunos equipos de nivel. Era el único trabajo que tenía en ese momento. Para mantener a la familia tuve que cogerlo”.

Y si no trabaja demasiado en 2016, volverá a ponerse el uniforme de los Tiburones, novena con la cual ha intervenido en 95 encuentros -33 como abridor- desde que tenía 23 años de edad.

“Todo depende de cómo termine aquí”, adelantó el derecho. “Nada está escrito. Esperemos que sí pueda lanzar en el invierno”.

 

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