Créditos Imagen: Jonathan Vargas | Fotos: José Ramón González
Rayner Rico | Prensa LVBP
Caracas.- No todo ha sido negativo para el beisbol venezolano en los últimos años, con respecto a la desertificación del Departamento del Tesoro de Estados Unidos (OFAC) y sus consecuencias.
La limitante de no contar con jugadores afiliados al sistema de Grandes Ligas, en primera instancia por los ocho equipos de la LVBP y que aún se mantiene sobre Navegantes del Magallanes y Tigres de Aragua, le ha permitido a un nutrido conjunto de jugadores, que estuvieron siempre fuera del radar de los clubes locales y que optaron por emprender viaje a destinos exóticos para mantenerse activos, volver a su patio en búsqueda de un nuevo chance y hacerse notar con sus talentos, hasta este punto marginados.
Los casos son innumerables, aunque actualmente hay uno muy especial en la cueva de Tigres de Aragua: el del lanzador Jonathan Vargas.
El zurdo es pieza fundamental en el esquema de pitcheo de los bengalíes en esta edición 2022-2023, en la que funge como una especie de “stopper” desde el bullpen dirigido por el mánager WIlfredo Romero y el coach de lanzadores, Orber Moreno.
Hasta el final de la cuarta semana de campeonato, Vargas exhibió la mejor efectividad para brazo alguno dentro de un maltratado cuerpo de monticulistas maracayeros, con 3.38, producto de cuatro anotaciones merecidas en 10.1 innings, siempre como relevista. Asimismo, registró una victoria y una derrota y, aunque su WHIP es de 1.74, se trata de estadísticas para nada despreciables, si se toma en cuenta que pertenece a un staff de tiradores que marcha último en la mayoría de los apartados del vigente torneo.
“Para mí significa una alegría muy grande. Para uno no hay nada mejor que lanzar en el país en el que nació. Es un año de muchas metas. Cuando llegué lo primero que hice fue hablar con el cuerpo técnico y decirle que estaba listo para aportar en lo que me necesitaran. Gracias a Dios estoy aquí y poco a poco se me van dadnos las cosas”, dijo
Cualquiera que ojee la plantilla de los aragüeños y no esté familiarizado del todo con el mundo del beisbol, podría pensar que se trata de un novato. Su nombre y apellido eran desconocidos, incluso por la misma fanaticada tigrera, con todo y que en 2019 (primer año sin la licencia OFAC) ya tuvo participación con el equipo, aunque muy efímera.
Se podría decir, aunque resulte paradójico por su poca actividad en Venezuela, que se trata de un serpentinero con vasta experiencia adquirida a lo largo de sus 33 años de edad, pero que tuvo que reponerse a diversas dificultades, para hoy estar haciendo gala de sus cualidades en los morritos criollos.
Camino espinoso
El oriundo de Acarigua, en el estado Portuguesa, estampó su rúbrica como profesional con los Rockies de Colorado por allá en 2006 y con ellos se mantuvo en lo extenso de siete temporadas en Ligas Menores, en la que no pudo trascender más allá de la categoría Clase A.
Con 24 calendarios de vida y un desempeño por debajo de lo aspirado, tras el periplo de 2013 a Vargas le llegó el momento de apartarse del beisbol organizado. Primer gran revés de su vida como profesional.
Dicho traspié lo llevó en primeras instancias a buscar nuevos horizontes en un destino como Nicaragua y su torneo del invierno boreal, para luego marcharse y radicarse en México a partir de 2014. Allí empezó un proceso de nacionalización junto con su familia, deslindado de los bates y las pelotas. Así, en las “sombras” se mantuvo por un largo trecho, hasta que consiguió desempolvar su cañón e iniciar su exhibición en circuitos regionales.
Luchando contra adversidades, y sin rendirse, Vargas llamó la atención de un directivo del club Bravos de León, integrante del primer circuito azteca de verano para ganarse una nueva oportunidad en un torneo de nivel y de prestigio como lo es la LMB. Punto a su favor.
“Empecé a lanzar en una de esas ligas que se organizan en la localidad. El brazo me respondió de gran manera, pese a la inactividad, y, poco a poco, fui ganándome espacios hasta que una persona me invitó a mostrarme frente al cuerpo técnico de León y convencí”, contó con añoro el “mexicano” Vargas.
Una vez instalado en Guanajuato, el siniestro fungió como abridor, papel que venía desempeñando desde su estadía con las filiales de los rocosos, y pese a dejar un alto porcentaje de carreras limpias admitidas por cada nueve episodios (6.91) logró 6 lauros por solo 2 descalabros.
Tras cumplir sus compromisos con la escuadra mexicana, Vargas recibió una propuesta que había estado esperando hace mucho tiempo. La gerencia de Tigres de Aragua, restringida para hacer usos de sus elementos en el sistema de Grandes Ligas y forzada a conformar un plantel sin ellos, le extendió una oferta, misma que no dudó en aceptar.
Pero, como si ya los obstáculos no hubiesen sido suficientes, esa primera experiencia como profesional en su país natal tuvo un desenlace desafortunado. Se limitó apenas tres juegos, en los que admitió hasta seis rayitas lícitas en 5.2 entradas para una derrota sin victorias y lo peor fue que sufrió una fuerte abolladura en su principal herramienta de trabajo.
“No me fue bien. Apenas lancé unos innings y me lesioné del hombro como en diciembre. En 2020 tuve que someterme a una operación, pagada por la misma gente de Bravos (de León). Estuve todo ese año totalmente alejado del beisbol”, explicó sobre ese trágico incidente. Otro más, para variar.
Vargas cuenta que en 2021 hizo el intento de regresar; sin embargo, las secuelas de la lesión atentaron directamente en contra de su rendimiento (1-6, 8.12 EFE) y lo condujeron a comenzar una lucha que se prolongó hasta inicios de 2022, cuando más allá de lo físico, recuperó la confianza en sí mismo y consiguió la tan anhelada mejoría para cerrar un periplo si se quiere exitoso; aunque ahora lo haría saltando desde el bullpen y no empezando compromisos, como había acostumbrado.
“Tuve muchos años abriendo. Pero ya me estaba costando mucho ir a más de cinco o seis innings. A raíz de eso tomamos la decisión de empezar a relevar y di muchos mejores resultados. La verdad que el cambio no me costó tanto, porque puedo lanzar hasta una entrada completa o si quieren que vaya un poco más allá voy y así me gusta a mí, porque puedo ir con todo lo que tengo en mi repertorio”, explicó el portugueseño.
El zurdo Jonathan Vargas ha atravesado por toda una Odisea para seguir en el montículo
De regreso a la tierra prometida
Después de su desafortunada intervención con Tigres en la LVBP y todo lo que vino después, Jonathan Vargas no sopesó la idea de volver a pisar un diamante nacional, o no de inmediato. Lo que tampoco imaginó, es que dentro del clubhouse de los Bravos de León se encontraría con un paisano suyo, al que sus presentaciones le llamaron la atención; tanto, como para reconocer que aún podía ser útil en Venezuela, sobre para un equipo como el de Aragua, todavía afectado por la negativa de MLB de otorgar permiso a sus ligamayoristas.
“Si te digo la verdad, (Guillermo) Moscoso estaba jugando en el mismo equipo en el que yo estaba. Me vio lanzando y me dijo ‘oye, tú estás listo para lanzar en cualquier liga. Voy a pasar tu nombre para que ellos evalúen y tomen la decisión para que juegues con los Tigres’. Y así fue como me contactaron para regresar”, señaló Vargas.
De momento, la decisión luce acertada, tanto para Moscoso como para el alto mando bengalí, porque Vargas se trata de un elemento zurdo, de esos que tanto escasean en el circuito, y con facultad para lanzar incluso a diario en diferentes situaciones de juego.
“Un zurdo de la calidad de él, con experiencia, con una temporada aceptable en México es de suma importancia para nosotros. Allá te enfrentas con tipos que no juegan Grandes Ligas porque no quieren y todo ese recorrido te permite aprender mucho. Mientras él se mantenga sano, sabemos lo que nos puede dar. Tiene grandes pitcheos y lo tenemos visualizado para usarlo entre un sexto y séptimo inning, que allí nos puede ayudar muchísimo”, esgrimió Orber Moreno, coach de pitcheo de los felinos rayados.
Orber Moreno, coach de pitcheo de los Tigres, estima las habilidades monticulares de Vargas
Trabajar tutelado por Moreno, representa un gran chance para Jonathan Vargas y proceso cognitivo, pues lo perfila como un instructor de grandes herramientas para la enseñanza y la confianza con la que debe contar un atleta en plena actividad.
“A veces nosotros los pitchers creemos que estamos haciendo bien, pero afuera lo estamos haciendo de manera errónea. Él es tipo de personas que te dice ‘mira, estás haciendo esto así, hazlo de esta manera’. Corrige a uno en el momento y no lo deja correr. Te llama para trabajar aparte. Para lo que lo buscamos, él siempre está a la orden. Eso es de gran ayuda para uno” expresó.
Para Tigres es de menester que Vargas continúe en su proceso de consolidación en la liga, pues necesitan que tanto él, como el resto de monticulistas ayuden a recomponer el turbulento sendero atravesado en el inicio, que los tiene como colistas a punto de cumplirse la primera mitad de campaña.
“Le pido a la afición que nos sigan apoyando, confiamos en que pronto vamos a salir de esta mala racha. Nosotros vamos a estar siempre peleando, con el mejor de los ánimos para sacar al equipo adelante. En lo que a mi parte respecta, voy a estar todo el tiempo preparado, para salir a dar el cien por ciento”, concluyó.