Créditos Imagen: Héctor Giménez Foto: AVS PHOTO REPORT
César Sequera Ramos | Meridiano
Caracas.- Cuando Héctor Giménez firmó en el profesional el 2 de julio de 1999 con los Astros de Houston, era imposible pensar que se iba a convertir en el ambidiestro con más cuadrangulares en la Liga Venezolana de Beisbol Profesional. No por falta de fuerza en sus conexiones, sino porque era un toletero que se paraba exclusivamente en el lado derecho de la caja de bateo.
Pero como sucedió en múltiples carreras de peloteros venezolanos, Andrés Reiner decidió cambiar el destino del oriundo de San Felipe.
“Él fue el que me convenció de empezar a hacer swing a la zurda”, recordó el veterano de 35 años de edad. “Aquel scout glorioso para nuestro beisbol, en paz descanse, notó que podía ser un buen bateador en ambos lados del plato”.
Quizás fue el primer escollo en la carrera de Giménez. Dominar la mecánica como siniestro fue un reto que exigió al máximo para el aquel entonces adolescente. De hecho, cuando jugó con los Vero Beach Devil Rays en Clase A avanzada, apenas dejó promedio de .205 cuando tomó turno como zurdo.
“Me costó un poco al comienzo porque nunca lo había hecho”, recordó el paleador de las Águilas del Zulia. “Trabajé mucho con César Cedeño y Jesús Aristimuño cuando estuve con Magallanes. Después de hacer ajustes, finalmente me convertí en un ambidiestro constante”.
Ahora, muchos años después, Giménez es el toletero con habilidad de pararse en ambos extremos del plato con más cuadrangulares en la LVBP. Sus 81 estacazos superan con facilidad los 65 de René Reyes y todavía más los 29 de Tomás Pérez.
“No ha sido fácil, pero creo que me lo merezco porque he trabajado para eso”, continuó. “Me he fajado por 17 años pasando lesiones, operaciones, momentos difíciles. Me preparé para recuperarme siempre de las dificultades”.
CÓMODO EN EL LUIS APARICIO "EL GRANDE"
Ahora como un slugger de las Águilas del Zulia, a Giménez le toca lidiar con el Luis Aparicio “El Grande”, un estadio que no ayudará en uno de sus principales objetivos: “cosechar algunos cuadrangulares más”.
De hecho, en su carrera en la LVBP ha visto cómo el espacioso recinto le ha quitado algunos batazos de vuelta entera. “De mis jonrones, solamente tengo uno allá”, señaló el inicialista entre risas. “Es complicado sacar la pelota en ese parque”.
Pero lejos de molestarle, Giménez encontró un motivo para sacarle provecho a su nueva casa, tras ser cambiado en octubre por los Cardenales de Lara. Me siento cómodo porque te olvidas de los cuadrangulares y te mentalizas en mantener recto tu swing. Después, cuando sales a la carretera, te ayuda y te haces un mejor bateador”, finalizó el toletero, que tiene promedio de .343, con cinco vuelacercas y 20 remolcadas, en 23 encuentros desde que llegó al cuadro rapaz.
