Créditos Imagen: Luis Tiant Foto: Grupo Últimas Noticias
José Luis López | Prensa LVBP
Caracas.- Era una mañana esplendorosa aquella del 14 de noviembre de 1971, hoy hace media centuria. Por el llamado puente de los estadios, se desplazaba una buena cantidad de aficionados, dispuestos a contemplar otro juego entre Tiburones de La Guaira y Leones del Caracas, los Rivales Modernos del beisbol venezolano, como los solía llamar el siempre recordado Carlos Tovar Bracho.
La marcha de aficionados enfilaba hacia las taquillas del parque Universitario. Sus integrantes estaban lejos de pensar que algunas horas después serían testigos de una de las hazañas más grandes en la historia de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional. Una proeza que recordarla, 50 años después, todavía eriza la piel por todos los elementos que la rodearon. De esos elementos, que desde 1946 han hecho tan especial a nuestra LVBP.
Luis Tiant, lanzador cubano nacido el 23 de noviembre de 1940 en Reparto Almendares, Marianao, La Habana, estaba anunciado para abrir por La Guaira. Por los Leones la bola sería entregada al también derecho Barry Lersch, lanzador voluntarioso. De esos que, si pudieran iniciar juegos todos los días, lo harían con el mayor gusto.
El morbo florecía por los asientos ubicados por tercera base, sobre la guarida de los Leones. Ver a Tiant con un uniforme diferente al del Caracas y -peor aún- tenerlo como rival, resultaba algo incómodo. Y tenían razón, porque el cubano consumaría una venganza anunciada días atrás a su llegada al país. Ese desquite no llegó como un desquite más. Llegó en forma de no hit no run para tristeza y despecho de la parcialidad capitalina.
“Ya está acabado”
Luis Tiant fue figura del pitcheo caraquista en las temporadas 1966-67 y 1967-68. En la primera de ellas tuvo récord de 12-6 con efectividad de 1.83. En la segunda finalizó con registro de 6-5 con promedio de carreras limpias permitidas de apenas 1.34.
Resulta oportuno aclarar a los aficionados de nuevo cuño, que las rotaciones de pitcheo de aquellos días eran de cuatro lanzadores y no de cinco, como sucede en la actualidad. Es decir, los abridores trabajaban con solo tres días de descanso. De allí que era dable que un lanzador de aperturas compilara hasta 18 decisiones en su balance de triunfos y derrotas.
En Grandes Ligas, entre 1964 y 1969, Tiant había lanzado con los Indios de Cleveland, etapa en la cual mostró dos caras.
En 1968 tuvo marca de 21-9 y se alzó con el liderato de efectividad de la Liga Americana con 1.60.
Al año siguiente tuvo récord de 9-20 con el máximo registro de reveses en el citado circuito.
En 1970 llegó a los Mellizos de Minnesota, conjunto con el que arrancó la temporada con invicto balance de 6-0. En ese momento comenzó a afrontar molestias en el hombro derecho. Debió detener su accionar cuando su marca ya andaba en 7-3.
Para la campaña 1970-1971 regresa con los Leones para formar un trípode de derechos cubanos con Diego Seguí y Camilo Pascual, con el zurdo Gregory Conger como complemento.
Las molestias del hombro florecieron de nuevo por lo cual solo tuvo seis salidas, en las cuales arrojó récord de 2-1 con 3.08 de efectividad.
Pese a ello, los Medias Rojas de Boston resolvieron darle una oportunidad, que terminó con registro de 1-7 con efectividad de 4.85.
En 1968, Luis Tiant terminó con récord de 21-9 y encabezó la Liga Americana con 1.60 de efectividad
Tiant le manifestó entonces a Oscar “Negro” Prieto, propietario de los Leones, que deseaba lanzar con ellos en la justa 1971-1972. El directivo rechazó de plano la posibilidad.
Al ser inquirido por la prensa acerca de aquel rechazo, el “Negro” fue tajante: “Tiant ya está acabado”.
Aunque en aquella época las informaciones no tenían la instantaneidad de hoy día, dado que faltaban años para la aparición de las redes sociales y para que el Internet llegara a todos los habitantes del planeta, aquellas amargas palabras de Prieto llegaron como dardos a los oídos de Tiant.
Justo por aquellos días, Pedro Padrón Panza, tal vez el más sagaz propietario de equipo en la historia de la LVBP, ensamblaba la importación de los Tiburones. Quiso la suerte que se encontrara con Tiant y que éste le contara su decepción por lo sucedido con el “Negro” Prieto.
“Le juro señor Padrón que mi hombro ha sanado y que todavía puedo sacar outs en Grandes Ligas y en Venezuela”.
La respuesta del inolvidable Perucho no se hizo esperar: “Tranquilo. Este año lanzarás para mi club”.
La historia empezaba allí a acelerar su pulso.
Tiant llegaría a Venezuela al despuntar el mes de noviembre de 1971. Por aquellos días, existía la sana costumbre, por parte de los jefes de redacción deportiva de cada diario capitalino, de enviar a sus reporteros de la fuente a entrevistar a los jugadores que venían a jugar en la LVBP, tan pronto desembarcaran en Maiquetía.
En improvisada rueda de prensa, Tiant exclamó tan pronto bajó las escalerillas del avión: “Vengo a cobrar una deuda pendiente que tengo con el Caracas”.
Y llegó la venganza
A Luis Tiant lo de ser buen pitcher le venía en la sangre. Era hijo de un lanzador zurdo del mismo nombre, que por los años 30 y 40 hizo historia en la pelota cubana. Una pelota bien dura en su máxima expresión, como bien pudieron atestiguarlo nuestros famosos y siempre recordados héroes de 1941.
Aquel domingo a las 11:00 de la mañana, de la fuerte garganta de Gualberto Acosta, árbitro principal del encuentro, salió la voz de Play Ball, cuando ya los nueve jugadores de los Leones habían saltado al terreno.
Barry Lersch estaba en la lomita y el slugger Larry Howard hacía batería con él en la receptoría. Joe Lis cubría la inicial. Bill Russell estaba en la grama corta y Bobby Valentine -el mismo que años más tarde dirigiría en las Mayores- a su lado en la intermedia. Teodoro Obregón su ubicaba en la antesala, mientras que en los jardines Nelson García se ubicaba por la izquierda, Víctor Davalillo en el centro y César Tovar por la derecha.
La Guaira alineaba con Ángel Bravo en el jardín central; Remigio Hermoso en la intermedia; Lou Piniella en la pradera izquierda; Oswaldo Blanco en la inicial; Jim Hutto en la receptoría; Robert Marcano en la tercera base; Darrell Thomas en el campo corto; Antonio “Pipo” Correa en el bosque derecho, y Luis Tiant sobre la loma.
Luis Tiant exhibió todas sus cualidades desde el montículo para silenciar al poderoso lineup del Caracas
Por aquellos días bateaban los lanzadores. El bateador designado aún no era aprobado, aunque ya se encontraba en estudio.
La Guaira era visitante y el Caracas home club.
De inmediato, Lersch y Tiant se enfrascaron en duelo. Hubo que esperar hasta la parte alta del cuarto inning para que la pizarra se abriera.
Ángel Bravo sonó el primer hit del juego, batazo corto que cayó delante de Víctor Davalillo en el jardín central. Remigio Hermoso sacó boleto y fíjense el tipo de beisbol que se jugaba entonces. Lou Piniella, tercer bate del club y quien ya era grandeliga con los Reales de Kansas City, fue enviado al sacrificio, jugada que avanzó a los corredores.
El mánager de los Tiburones de La Guaira era Charlie Lau, quien años más tarde sería uno de los más connotados instructores de bateo en las Mayores, al punto de imponer una nueva manera de concluir el swing tras conectar la pelota, estilo que debía terminar con una sola mano.
Volvemos al 14 de noviembre de 1971 y encontramos a Ángel Bravo como corredor en la antesala y Remigio Hermoso en la intermedia, con un out en el inicio del cuarto inning. Oswaldo Blanco machucaría la bola por la antesala, Bravo salió al contacto al ver que la conexión era lenta y de botes altos, por lo cual a Teodoro Obregón no le quedó más recurso que buscar el out por la inicial. Tiant y La Guaira estaban al frente 1-0.
En el cierre del quinto, Caracas rompería el juego perfecto en una acción bastante dudosa. Luego de ponchar abanicado a Larry Howard y a Bill Russell, Tiant colocó en 3 y 2 a Joe Lis. Un envío rápido que buscó la esquina de afuera, no fue del agrado del árbitro principal Gualberto Acosta. Tiant protestó desde la loma, antes de cerrar la entrada con ponche a Obregón.
En la parte alta del sexto, La Guaira se despegaría 2-0. Ángel Bravo ligó su segundo imparable contra Barry Lersch y Remigio Hermoso la rodaría lento por la tercera para poner a Bravo en segunda. Desde allí anotaría con doble de Piniella entre los jardines central e izquierdo.
En el séptimo, luego de un out, los Tiburones ampliarían la diferencia al definitivo 3-0. Robert Marcano elevó hacia la raya del jardín derecho. César Tovar le llegó a la bola, pero no pudo retenerla. La jugada fue cantada foul, lo cual ocasionó una protesta del mánager Lau, quien consideraba que la acción de Tovar había sido en zona buena. El alegato no prosperó y Marcano prosiguió su turno. Por segunda vez enganchó la bola, esta vez largo por el jardín izquierdo para que la bola se sembrara en las gradas, su quinto jonrón de la temporada.
En la conclusión del octavo parecía que el combustible de Tiant llegaba a su fin. Después de un out, Joe Lis sacó su segundo boleto y Obregó vería pasar su primera mala. De inmediato, el cubano Orlando Peña y Rod Gardner se levantaron a calentar en el bullpen de la derecha. Pero Tiant apretó el brazo, aunque Obregón soltaría línea por el campo corto, que Darrell Thomas decapitaría con un ligero salto. La amenaza culminó cuando Nelson García elevó por el jardín derecho.
Y llegaría el final del noveno inning. Al salir del dugout de primera base, Tiant miró hacia la tribuna izquierda y acto seguido pasó su índice derecho por su cuello. “Están listos” diría en aquel momento.
Alberto Cambero emergió por el pitcher Lersch para salir con elevado al jardín izquierdo. César Tovar, experto en arruinar juegos sin hits ni carreras en las Grandes Ligas, casi que apunta otro más a su macabra lista. Conectó fuerte rolata hacia la mano izquierda de Tiant, quien con su guante restó violencia al batazo. La pelota le quedó cerca y con raudo disparo a la inicial colgó el segundo out del inning.
Luis Tiant brilló durante ocho campañas con los Medias Rojas de Boston, entre 1971 y 1978
Ya habían 26 outs en el juego. Pero quedaba pendiente el número 27 y para ello tenía que domar al peligroso bate de Víctor Davalillo, quien terminó con manso rodado hacia el inicialista Oswaldo Blanco, quien pisó la almohadilla y corrió a celebrar con Tiant en el centro del diamante. Solo cinco envíos necesitó en ese capítulo para culminar su proeza.
La tribuna derecha del Universitario estalló en júbilo. Por vez primera la afición escuala vivía la emoción de un juego sin hits ni carreras.
Por el lado izquierdo del parque era totalmente diferente. El brazo que en otras campañas dio tantas victorias al león, llenaba de humillación a la divisa y sus parciales.
Desde la caseta de transmisión de Radio Rumbos se oía la fuerte voz de Carlos Tovar Bracho, quien aquella temporada había llegado al circuito radial del Caracas, procedente del -adivinen… sí, ese mismo- circuito de los Tiburones.
Pero eso no impidió que el célebre relator, orgullo de la radiodifusión venezolana, imprimiera la emoción que demandaba el momento. “Lenny Yochim en 1955, Mel Nelson en 1960 y Howie Reed en 1968… Luis Tiant se une a ellos con el cuarto no hit no run de nuestra pelota profesional”.
En 1 hora y 58 minutos, apoyado en 102 lanzamientos, Tiant consumaba su anhelada venganza.
Cuando el cubano llegó al dugout de la inicial, se sentó en la banca. De inmediato se presentaría Heberto Castro Pimentel, flor de periodista, presto a realizar la entrevista de rigor para el circuito radial de los Tiburones, en el cual fungía de comentarista. Apenas articuló su primera palabra, Tiant no soportó más y arrancó a llorar. Con una toalla enjugó lágrimas y cuando recobró fuerzas complació el requerimiento del paciente Heberto.
“Mucho me dolió el rechazo del Caracas. Entre otras cosas, aproveché la oportunidad que me dio La Guaira para demostrar que yo no estaba acabado. Ahora es cuando hay Luis Tiant para rato”, espetaría con vibrante emoción.
Y el lanzador estaba en lo cierto. En 1972 regresaría a los Medias Rojas para dejar récord de 15-6 y alzarse con su segundo campeonato de efectividad en la Liga Americana con un espectacular 1.91. para más señas, la carrera del cubano se extendería por diez años más en las Mayores. Colgaría el guante al finalizar la contienda de 1982.
Lo que sí quedará grabado a perpetuidad en la historia de la LVBP es que la resurrección de Luis Tiant se produciría aquel domingo 14 de noviembre de 1971 en el estadio Universitario, con la hazaña que llega este 14 de noviembre de 2021, casualmente otro domingo, a sus 50 años.
El dato
El primero y el noveno episodios, fueron las entradas con menos pitcheos para Luis Tiant con seis y cinco, respectivamente, en el marco de su hazaña. Necesitó 10 lanzamientos para salir del segundo y tercer innings. El cuarto y quinto fueron los más complicados con 18 y 16 envíos. En el sexto bajó a 11 y requirió 13 tanto para el séptimo como para el octavo. En total recurrió a 102 pitcheos, mientras que su rival Barry Lersch, quien también lanzó los nueve innings, terminó su labor con 107.