Créditos Imagen: Eugenio Suárez Foto: MLB.com
Alejandro Álvarez Camino | Prensa LVBP
Miami.- La temporada de 2015 fue la del primer vistazo de los Rojos de Cincinnati al talento de Eugenio Suárez, adquirido en el invierno previo de aquella campaña desde los Tigres de Detroit. Aquel año lo comenzó el Triple A, pero a principios de junio recibió el llamado, y no ha vuelto por esos lares.
Desde entonces se ha aplicado para convertirse en un pelotero más que útil para la organización escarlata y su buen 2016 luce como su zafra de destape. Para la venidera campaña de Grandes Ligas, espera consagrarse.
“Para mí el 2017 empezó hace un mes y medio, ya que practiqué por mi cuenta para llegar listo al Spring Training, porque mis expectativas para este año son muy altas. Debo superar lo que hice en 2016”, contó el nacido en Puerto Ordaz hace 25 años.
“Fue un año muy bueno pese a los altos y bajos, pero la clave fue mantenerme sano para poder jugar a diario. Eso te da la oportunidad de demostrar quién eres tú”, explicó el infielder días atrás, cuando practicaba con otros grandeligas venezolanos en Miami. “La confianza que me dieron fue fundamental, junto con el cambio de posición, porque intenté ayudar al equipo en donde me necesitaban”.
Firmado originalmente como campocorto, los Rojos vieron su potencial y lo mudaron a tercera base, donde ciertamente tenían un espacio para Suárez en el lineup desde el Día Inaugural del calendario anterior, tras la partida de la estrella Todd Frazier, vía cambio, a los Medias Blancas de Chicago. Desde allí disparó 25 cuadrangulares y remolcó 71 carreras para la causa de Cincinnati.
“Durante la temporada muerta del año pasado trabajé mucho mi cuerpo y pude mantenerme enfocado durante todo el año. Nunca me imaginé poner esas marcas en Grandes Ligas”, relató el bolivarense. “Tuve que cambiar mi mentalidad, porque jugar en tercera no es lo mismo que jugar como shortstop. Además descubrí que puedo conectar la bola con fuerza, y el cambio de posición me hizo sentir más cómodo en el plato”.
Defensivamente, la transición no fue tan fácil. “Nunca había jugado allí y a principios del año me costó, pero el coach de infield de los Rojos (Freddie Benavides) me dijo que si jugaba campocorto, podía jugar las otras posiciones, y eso me llenó de confianza pese al cambio de guante y todo lo demás”, apuntó.
La meta del antesalista de Cincinnati es “mejorar sus números”, y aunque uno pensaría que se trate de sus jonrones o su promedio, él va más allá. “Quiero bajar mi porcentaje de ponches (316 abanicadas en 341 juegos en su carrera en las Mayores), lo que reflejaría una mejora en los otros apartados ofensivos por solo poner la bola en juego con más consistencia”, concluyó Suárez.