Créditos Imagen:
Prensa Museo de Beisbol | Prensa LVBP
Valencia.- El Salón de la Fama del Beisbol Venezolano recibió al lanzador Giovanni Carrara, así como del dirigente Don Adolfo Álvarez y el comunicador Marco Antonio Lacavalerie, en una emotiva ceremonia realizada este sábado en los espacios del Museo de Beisbol, en el Sambil Valencia.
“Es nuestra exaltación número 13, en nuestro 15 aniversario, algo que la hace muy especial. Hoy recibimos a tres grandes figuras de nuestro beisbol, la Clase 2017”, dijo Juan José Ávila, presidente de la LVBP y el Museo de Beisbol.
Al acto asistieron varios directivos del circuito, entre ellos Roberto Ferrari, presidente de los Navegantes del Magallanes, y Carlos Miguel Oropeza, gerente general de Cardenales de Lara.
“Esperamos apoyarlos en todas las actividades futuras y respaldar esta iniciativa”, señaló Gustavo Gutiérrez, Alcalde del Municipio Naguanagua, invitado especial al evento.
Alfonso Saer, figura de la narración deportiva del país, que ha sido la voz oficial del Cardenales a lo largo de toda su historia, ofreció una semblanza de las tres personalidades inmortalizadas y con destreza periodística y poesía recorrió los mejores momentos de Carrara, Álvarez y Lacavalerie.
“Antes que nada quiero agradecer a toda mi familia, especialmente a mi señora madre que hizo todo tipo de sacrificio para apoyarme siempre. A mis hermanos Cheo, Elí, Rosa y Luiggi, que siempre me apoyaron y a mi esposa Dorien, que estuvo conmigo en las buenas y en las malas, a mis suegros Leocadio y Dora, y a todos mis cuñados y sobrinos”, escribió Carrara en una carta leída por el periodista Miguel Bastidas. El ex grandeliga no pudo estar presente en el acto por razones personales.
Carrara actuó durante 24 temporadas en la LVBP y es apenas el tercer tirador en los anales del circuito con más de 50 victorias y 50 rescates. Los otros dos, Roberto Muñoz y Luis Aponte, también forman parte del Salón de la Fama.
“También quiero dar las gracias a la gente de las Águilas del Zulia, al señor Luis Rodolfo Machado, por darme la oportunidad de firmar con ellos, a los Cardenales de Lara, que creyeron en mí y me dieron el segundo chance que como jugador andaba buscando”, continuó Carrrara en su epístola. “Al señor Luis Leal, que fue una de las personas que me ayudó mucho durante las prácticas con Cardenales, para que me dejaran con el equipo. Al señor Domingo Carrasquel que fue como un padre para mí, enseñándome disciplina y respeto no solamente dentro del terreno de juego sino también fuera de él”.
El derecho, originario de El Tigre, compiló cuatro campañas de siete o más triunfos como abridor y dos de 10 o más rescates, con un tope de 15, cuando se desempeñó como cerrador. Su durabilidad sobre el montículo le permitió completar 918.2 innings, repartidos en 334 juegos, en los que dejó una sólida efectividad de 2.93, con un récord de 67-38 y 56 rescates, en la eliminatorias.
El oriental también fue un pitcher efectivo en los playoffs, instancia en la que trabajó por espacio de 326.2, con un promedio de 3.03 carreras limpias, y fue miembro de cuatro equipos campeones de los Cardenales de Lara (1990-1991, 1997-1998, 1998-1999 y 2000-2001).
“También quiero agradecer a todo Barquisimeto por acogerme como un hijo y apoyarme durante toda mi carrera. También a los fanáticos de otras ciudades, a mis hermanos Robert Pérez y Luis Sojo, que estuvimos en las buenas y en las malas apoyándonos, ya que como todos saben, la carrera de uno no es fácil. Uno atraviesa por momentos difíciles que el fanático no sabe y ahí es cuando nosotros, como compañeros, hermanos, siempre estamos ahí para apoyarnos, y eso es lo que más cuenta en la vida del jugador de beisbol: la hermandad y la familia, que siempre estaban ahí en los momentos malos”.
En las Grandes Ligas se erigió en uno de los relevistas más destacados del país, en una carrera que se extendió por 10 zafras, entre 1995 y 2006, con Azulejos, Rojos, Rockies, Marineros y Dodgers.
Don Adolfo Álvarez, fue Presidente Honorario de Cardenales de Lara durante muchos años hasta su deceso, en 2016, a los 85 años de edad.
Ex presidente de Fedenaga, ejecutivo de beisbol y empresario, fue un hombre dedicado al desarrollo y promoción de la ganadería y al trabajo del campo.
El empresario caroñero se encargó de reflotar a Cardenales a mediados de los 70, cuando el equipo estaba quebrado y sin norte.
“Una linda aventura comenzó cuando caballero de alta voz y charla plena de franqueza decidió salvar al elenco que agonizaba como si quisiera acompañar a su fundador (Antonio Herrera Gutiérrez) desaparecido entre las llamas unos seis años atrás”, reseñó Saer. “Un abrazo suyo contenía cariño y humildad. Así se fundió en un inolvidable saludo con Domingo Carrasquel para festejar el primero de cuatro títulos en 1991. Gozó en alto grado la década de los noventa. Era el premio a la dedicación plena”.
La temporada 2010-2011 de la LVBP se jugó en homenaje a la trayectoria de Don Adolfo Álvarez.
Marco Antonio Lacavalerie, fallecido en 1995, conocido por su apodo “El Musiú”, fue uno de los mejores narradores deportivos y presentador de televisión del país.
Lacavalerie formó parte de la Cabalgata Deportiva Gillette por 26 años, etapa en la que su voz se escuchó en 149 emisoras en la red más completa de habla hispana desde Estados Unidos. Fue un narrador con un estilo único y ocurrente. Fue el creador del “Circuito Alegre de los Tiburones de La Guaira” y acuñó célebres frases que todavía son recordadas: “Vengan pa’ que lo vean”, “Epa mi pueblo”, “Otro más de la familia”, que diferenciaban sus transmisiones.
“Cuando en los años sesenta asumió los micrófonos de los Tiburones le dio un vuelco al tradicionalismo porque amalgamó la pelota con la amenidad”, contó Saer.
Trabajó para Radio Caracas Televisión (16 años), Venevisión (23 años) y Venezolana de Televisión (un año). Fue figura de Radio Continente, Ondas Populares, Radio Tiempo y Radio Rumbos. En Venevisión todos domingos en la mañana animó “El Batazo de la Suerte”, uno de los programas de mayor rating en la historia de la televisión venezolana.
Don Álvarez y ‘El Musiú’ Lacavalerie fueron entronizados con la unanimidad del Comité Histórico, mientras que Carrara consiguió el 75% de los votos del Comité Contemporáneo.
Durante la develación de los óleos y las estatuillas de bronce en el templo de los inmortales, Carrara fue representado por el señor Domingo Rodríguez; mientras que a nombre de Don Álvarez recibieron su esposa María Magdalena Zubillaga y su hijo Ricardo Álvarez Zubillaga; en tanto que Lacavalerie fue representado por Javier Henríquez, amigo de la familia.