El Estadio “Chico” Carrasquel llega a seis décadas de emociones y buen beisbol

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Créditos Imagen: Estadio Alfonso “Chico” Carrasquel

 

Eduardo Acosta | Prensa LVBP/Caribes de Anzoátegui

 

Puerto La Cruz.- “A la orilla del mar, bajo de un cielo azul, con su ambiente oriental, está Puerto La Cruz. Su preciosa bahía que es una ensoñación invita a deleitarse con su suave brisa en el Paseo Colón”. Así comienza un galerón, compuesto por el sucrense Alí García, que describe, en forma emotiva, detallada y algo nostálgica, a la ciudad ubicada al norte del estado Anzoátegui.

La referida pieza musical es considerada una especie de himno de la capital del municipio Sotillo, como también un ícono de esa parte del oriente venezolano. Aunque existe un lugar que está al nivel de imagen de dicha canción, uno que con el tiempo ha logrado acumular emociones que bien pudieran invitar a la imaginación de un compositor, escritor o poeta para ser tema de una obra que juegue y aumente su leyenda en suelo anzoatiguense y, ¿por qué no?, fuera de él. Ese sitio no es otro que el Estadio Alfonso "Chico" Carrasquel.

A pesar de que “El Paraíso del Beisbol”, calificativo otorgado por el periodista Julio Medina, se estrenó como escenario de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional el 19 de octubre de 1991, el recinto deportivo tiene una larga historia. Desde mediados de los años cincuenta Indios de Oriente, que de alguna manera sustituyó a Navegantes del Magallanes, usó como sede alterna el terreno anteriormente conocido como Estadio Municipal de Puerto La Cruz, también lo hizo Orientales, otro nombre logado al conjunto filibustero, que fue de los primeros en estrenar el coso portocruzano con la designación de Alfonso “Chico” Carrasquel. Aunque el primer desafío celebrado en el referido escenario, un 15 de julio de 1961, fue en la categoría Doble A, nivel que mandaba en aquellos días por la zona norte del estado Anzoátegui.

“El beisbol Doble A era bastante bueno, incluso mejor que el profesional por el gran nivel que se veía, los jóvenes jugaban con el corazón”, recuerda Pablo Ruggeri, ex directivo de Caribes de Anzoátegui quién, además, fue figura fundamental en la misión de colocar al “Chico” como sede de los entonces Caribes de Oriente. “Era muy bonito ver cómo el público portocruzano iba al estadio en aquellos días, pero, lamentablemente, no era masivo porque donde respondía la gente en gran forma era en Barcelona, y eso que el MOP (Ministerio de Obras Públicas) de Guanta y el OPS (Obreros de Servicios Portuarios) eran buenos equipos y Jesús Rizales un gran pelotero. A pesar de lo grande del terreno y lo vistoso que era, todos se iban, o más bien, se quedaban en Barcelona porque allá el beisbol estaba bien arraigado y, también, por la buena ubicación de su estadio”, relató Ruggeri.

El Rafael “Maestro” Coa, también conocido como “Venezuela”, es el estadio al que se refiere el otrora vicepresidente de la organización aborigen. Ubicado en pleno corazón de la capital del estado Anzoátegui era -y es todavía- considerado como “templo del beisbol” de esta parte del país, por los innumerables desafíos peloteriles de todas las categorías que se celebraron en el referido recinto deportivo, incluso algunos de exhibición entre equipos de la LVBP, credenciales que lo apuntaban como primero en la lista para ser sede de Caribes. Pero dos aspectos fundamentales impidieron para que se cumpliera tal objetivo y que a la postre ayudó superlativamente al “Chico” Carrasquel para su elección como casa de la novena indígena.

“El ‘Venezuela’ lo tenía todo, menos el mínimo de capacidad de público que exigía la Liga, tampoco tenía estacionamiento, algo realmente fundamental que, de inmediato, lo sacó de competencia. Fue entonces cuando el ‘corre-corre’ comenzó (risas) ¿Dónde íbamos a jugar? El ‘Chico’ estaba en la lista, pero no era nuestra primera opción. Fuimos a inspeccionar el estadio y nos dimos cuenta, para alegría nuestra, que sí cumplía con todos los requisitos, pero teníamos mucho trabajo que hacer. El sector derecho, prácticamente, no existía y no contábamos con capital suficiente para terminarlo, y la Liga presionaba. No fue nada fácil, toda una verdadera travesía, pero, al final, lo logramos”, dijo Ruggeri.

 

¡Me llevo mi estadio!

Cada escenario deportivo en Venezuela y el mundo tienen historias y momentos que alimentan su propio mito. El “Chico”, por supuesto, acumula incontables episodios que han aumentado su leyenda en el deporte venezolano. El primer triunfo de Caribes es uno de muchos, aunque existe uno, y bien particular, que ocurrió en la primera temporada de los indígenas.

Un día de aquella campaña inicial de los aborígenes, Alfonso “Chico” Carrasquel, quién en aquel entonces fue miembro del circuito radiofónico de la novena anzoatiguense, así como también uno de sus coaches, se dirigía al “Paraíso del Béisbol” y al momento de llegar uno de los vigilantes no lo dejó entrar al recinto deportivo porque no lo había reconocido.

Apelando a su buen y conocido sentido del humor, el “Fantasma de la Calle 35” le respondió: “¡Si no me dejas entrar me llevo mi estadio!” Acontecimiento que, lejos de incomodar al primer latinoamericano en participar en un Juego de Estrellas de las Grandes Ligas, como, también, a la organización indígena quedó acentuada, como una anécdota que marcó para siempre la historia del campo portocruzano.

“La anécdota del ‘Chico’ con el estadio es brillantísima”, indicó Ignacio Serrano, periodista de dilatada trayectoria en Venezuela sobre la fuente beisbolística. “Eso rodó como pólvora entre los que cubrimos la pelota y de inmediato pasó a ser parte de la leyenda de nuestro beisbol, maravillosa por demás, pues refleja la calidad humana y la inteligencia humorística del ‘Chico’, que nos recuerda, gracias a esa y muchas anécdotas, que con buen espíritu se puede ser siempre mejor”, comentó el cronista.

“El ‘Chico’ Carrasquel justificaba y muy bien su apodo de ‘El Paraíso del Béisbol’, cuando lo pisé por primera vez no podía creer lo que estaba observando, lucía verdaderamente bellísimo en sus primeros años y a pesar del tiempo, gracias al trabajo de su organización, se ha ganado el lugar que merece en la pelota venezolana y, muy importante, en el corazón de los fanáticos”, expresó Serrano.

Ruggeri está de acuerdo en lo que apunta el periodista, relacionado con el éxito del conjunto indígena. Las condiciones del estadio han sido una especie de fuente de motivación para los peloteros de La Tribu, gracias a ello se han constituido como uno de los equipos más ganadores de estos últimos diez años en la pelota venezolana, lo que ha generado mayor presencia de público con el pasar de cada temporada.

“Los títulos ayudan, indudablemente, para que los fanáticos se identifiquen con el equipo y, también, con el estadio, realmente se goza un puyero en el ‘Chico’, muchos lamentamos, por condiciones de la pandemia, que Caribes haya jugado en Maracay en la temporada 2020-2021 y el lamento aumentó porque el equipo quedó campeón, pero lejos de lo deportivo ir al ‘Chico’ se ha convertido en parte de la agenda del anzoatiguense. Cuando llega el último trimestre de cada año gran parte de esta población piensa es en ir al ‘Chico’ y eso te dice y mucho de lo que significa este estadio y eso es muy bonito, en verdad”.

“El ambiente del ‘Chico’ es realmente genial. Da gusto ir a ese estadio. Y no lo digo yo solamente, sino todos los que laboran en los demás circuitos radiofónicos y periodistas expresan lo mismo”, destacó Natalie Silva, presentadora de televisión.

Igual sentimiento tiene Niuman Romero, capitán de La Tribu, quien sostiene que no hay lugar mejor para jugar.

“Es mi segunda casa, estar aquí motiva a quien sea, así no seas jugador de Caribes. Uno se divierte mucho aquí, el ambiente que se vive no lo ves en otro estadio. Es un sitio muy especial, al menos para mí. Aquí di mi primer hit, mi primer jonrón, me titulé campeón. En fin, muchos momentos inolvidables que son parte de mí y espero poder retirarme en este estadio cuando llegue el momento”, relató Romero.

Seis décadas tiene el Alfonso “Chico” Carrasquel, si bien es cierto que en treinta de ellas se ha celebrado pelota profesional nadie le puede quitar lo “bailao”.

Cuando se inauguró un equipo de Anzoátegui lo estrenó con triunfo, tres decenios después otro equipo de la región oriental (Caribes) salió victorioso en su día de renacimiento, fue testigo del último cuadrangular en la pelota venezolana de Antonio Armas, uno de los grandes bateadores de la pelota criolla, sirvió como sede en dos ocasiones de la Serie del Caribe y en tres del Juego de Estrellas de la LVBP.

También albergó por un tiempo al Deportivo Anzoátegui, perteneciente al fútbol de Venezuela; se vivió el encuentro más largo en playoffs de la historia del diamante nacional; allí Tomás Pérez dio su hit número mil, que lo unió con inmortales de este deporte como Víctor Davalillo, Luis “Camaleón” García y Luis Sojo y vio como Caribes de Anzoátegui, sus inquilinos desde la temporada 1991-1992, llegaba a su primera Gran Final y ganarla tras veinte años en la Liga. Esa es parte de su rica historia.

 

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