Créditos Imagen: Moisés Gómez Fotos: AVS PHOTO REPORT
Hugo Guerrero | Prensa LVBP
Valencia.- El hecho de que los primeros tres hits en la carrera de un pelotero sean cuadrangulares, arroja indicios de tratarse de alguien con condiciones especiales. Ese fue el comienzo en la LVBP de Moisés Gómez, que posteriormente se ha encargado de que ese inicio, inédito en más de 70 años de historia del circuito, no haya quedado como una anécdota aislada en los libros de récords.
Luego de ese histórico arranque, que acaparó la atención de avezados analistas y aficionados, era obvio que los lanzadores rivales lo enfrentaran de manera diferente, con un plan, y buscaran su punto débil como bateador. Eso, engrandeció más a Gómez, que ha tenido que ajustarse para seguir dando sus batazos.
Detrás de los seis estacazos de vuelta entera del fornido pelotero, y de las 26 carreras remolcadas –segundo en Magallanes en ambos departamentos- se esconde el trabajo y los consejos a diario de un inmortal de la nave, líder de todos los tiempos en la franquicia con 56 jonrones: Richard Hidalgo.
“Me he sentado a hablar con Richard sobre las situaciones de juego, los pitcheos que me puedan lanzar. Me ha dicho que siga enfocado en un solo envío y que haga swing fuerte”, reveló Gómez, que ha ido destrozando marcas e inscribiendo su nombre en la historia del equipo bucanero con el paso de los juegos, una de ellas: ser apenas el segundo jugador de la nave con al menos 25 remolcadas con solo 20 años de edad ¿A quién emuló? Nada menos que al miembro del Salón de la Fama de Cooperstown, Jim Rice, que terminó con 39 fletadas en la zafra de 1973-1974.
La productividad del novato sensación se debe al incansable trabajo con Hidalgo, en la actualidad, coach de bateo del equipo.
“Ha mejorado mucho con respecto a los pitcheos quebrados, ha bajado el porcentaje de ponches, ha estado más paciente al momento de empujar las carreras y por eso es que ha sido bastante productivo: Por la calma que ha tenido al momento de buscar su envío”, explicó el técnico.
Ciertamente, el precoz slugger ha sido un bateador nato del oportunismo, representando una angustia al pitcheo rival cuando están en aprietos. Gómez, ha sacado provecho cuando ha encontrado a algún compañero en base, promediando .348 de average -16 hits en 46 turnos- con 24 empujadas y tiene de 3-3, con 13 impulsadas y dos jonrones con las bases llenas.
Moisés Gómez apuntó su nombre en el libro de récords de la LVBP
“Lo que hago es mirar la bola y tener paciencia. Saber que no me van a lanzar un buen pitcheo para que haga un buen contacto, sino todo lo contrario, me lanzarán mal para que de un roletazo o algo parecido”, contó el caraqueño, que sorprendentemente para alguien con apenas 20 calendarios de vida, no siente presión por ser colocado en la parte media de la alineación. “Muy tranquilo. Solo salgo a hacer lo que yo sé hacer”.
Esa imperturbabilidad en momentos de apremio, lo ha llevado a conseguir otro hito en la historia de los eléctricos. Con dos grand slams, se convirtió en apenas el quinto pelotero en los 101 años de historia de los Navegantes, que consigue dos batazos de ese tipo en una misma temporada, uniéndose a Henry McHenry (1947-1948), Dave Parker (1974-1975), William Magallanes (1990-1991) y José Francisco Malavé (1994-1995).
“Me estoy enterando. Súper contento por eso y también porque el equipo está ganando, lo demás viene solo. Lo importante es seguir trabajando”, respondió el recio toletero, ante el conocimiento de tal hazaña, sin saber aún, que superó a Ramón “Dumbo” Fernández, como el criollo con más remolques en su campaña de debut con el Magallanes. “Bueno, eso es fruto del trabajo”, destacó con una sonrisa.
Otro aspecto importante en la sobresaliente labor de Gómez como bateador, ha sido el hecho de esperar que los envíos rompientes lleguen a él, de acuerdo con Hidalgo.
“Hablé con él mucho sobre eso, porque vi que es un bateador de fuerza. Pero para producir más carreras, tenía que usar más la parte del medio del plato, para que los pitcheos de afuera, como el slider o el cambio, no tenga que ir a buscarlos”.
Eso explica, la habilidad que ha desarrollado el nobel jugador para batear hacia el medio y a la banda contraria del campo, con un 38% de sus batazos a la mitad del terreno, y un 33% a la parte derecha.
Sin embargo, no todo son flores para el jugador. Como todo novato, tiene aspectos de su juego que debe mejorar, como, por ejemplo, su defensa. En esta, su primera temporada, inició como jardinero izquierdo, pero la pradera derecha le ha sentado mejor.
“Yo creo que sus cualidades son completas. Le falta mejorar algunos detalles en los jardines”, consideró Hidalgo, que ahora ve cómo Gómez, cubre su posición cuando estaba activo. “Esa posición es mejor para él por cómo van los batazos. Además, se ha visto que ha mejorado mucho defensivamente, por sus movimientos de piernas”.
Sin Pedro Ávila en contienda por el premio al Novato del Año, lanzador de los Bravos de Margarita que completó los 20.0 innings estipulados por los Padres de San Diego, y con Edward Olivares, guardabosque de los Tigres de Aragua, restringido a seguir actuando en la zafra por la misma organización en Estados Unidos, parece ser que Gómez tiene el camino libre para ser distinguido como el mejor recluta cuando concluya la zafra.
“Sí claro, creo que eso es seguro. Esperemos que sea así porque los números los tiene”, opinó el instructor de bateo del Magallanes, franquicia que no ve como uno de sus novicios se adjudica el reconocimiento al mejor novato, desde que Endy Chávez lo ganó en la temporada 1999-2000.
Moisés Gómez disfruta el juego mientras pone números para el Magallanes
Por su parte, el recluta, que justamente mencionó a Chávez e Hidalgo como sus referencias en lo que hasta ahora ha sido su corta pasantía en la LVBP, sólo tiene en mente ayudar al equipo a conseguir las victorias.
“Todavía no pienso en eso. Sólo deseo jugar cada día más duro y si se me da la oportunidad de ganarlo, bienvenido, sino, trabajar para que el equipo llegue lejos y ganar el campeonato”, sentenció.
