Créditos Imagen: Denis Phipps Fotos: Tigres del Licey
Alexander Mendoza | Prensa LVBP
Culiacán.- Denis Phipps bromea y suelta una carcajada. Su buen ánimo y humor contagia. Todos los que le rodean parecen ser sus amigos. Es uno más de las Águilas, pese a que apenas ha estado uniformado con el campeón de la LVBP menos de una semana.
“No me ha ido nada mal en Venezuela, me han acogido bastante bien y todo es excelente”, sonríe el fornido jardinero dominicano, que se ha convertido en uno de los bateadores más temibles del circuito, con Caribes de Anzoátegui, y en uno de los peloteros favoritos de los aficionados que asisten al Estadio Alfonso “Chico” Carrasquel.
Algo que no deja ser particular. Hace solo dos campañas, el nombre del actual Productor de Año apenas formó parte de una anécdota. Fue contratado por Tiburones de La Guaira para darle profundidad al equipo en el doble juego extra que se jugó al final de la eliminatoria 2014-2015 para definir al último clasificado a la postemporada, pero vio los dos encuentros que ganaron los escualos desde la banca. Nunca entró acción y después fue sustituido.
“Era una jornada de eliminación y no me usaron. Un poco raro, pero así es esto”, destaca el ex grandeliga, que meses más tarde tendría la oportunidad de mostrarse con la Tribu.
“Estábamos desesperados por un bateador de fuerza, que pudiera estar en el medio de la alineación, y Pedro Mena (gerente deportivo), lo fue a buscar a Nicaragua”, cuenta Samuel Moscatel, gerente general de los indígenas.
El quisqueyano había concluido su actuación con el Laredo en la Asociación Americana, una liga independiente, con atractivos números, y le ofrecieron un contrato para reforzar a los Gigantes de Rivas, en el circuito centroamericano, a mediados de noviembre.
“Se presentó la oportunidad de ir a los playoffs y me preguntaron si podía reforzarlos, no me pareció mala idea”, recuerda Phipps.
Mena lo convenció de viajar a Venezuela y lo contrató junto con el abridor estadounidense Dustin Crenshaw, que era ficha del Oriental de Granada.
“Fueron dos buenas adiciones, pero Phipps se convirtió en todo un hallazgo. Es un importado que aporta y se entrega, sin restricciones”, agrega Moscatel.
El bateador derecho respondió con seis vuelacercas y 18 remolcadas, además de un sólido .316 de promedio y .938 de OPS, en apenas 26 desafíos. El desconocido, ahora tenía un nombre propio.
Desde entonces, en dos zafras y fracción es el extranjero con más vuelacercas (17) en el circuito criollo.
Un rendimiento que jamás mostró en LIDOM, mientras jugó para Estrellas Orientales y luego para Leones del Escogido. En su carrera solo despachó seis vuelacercas en 299 turnos.
“Lo que muchos no saben es que yo estuve en República Dominicana durante siete años, jugando como regular, pero sufrí un percance con un equipo y decidieron limitar mi tiempo de juego. Les dije que no, que necesitaba estar en el terreno todos los días y decidieron salir de mí. Así que quise probar en otro lugar y no me arrepiento”, explica.
De cualquier forma, le resultará extraño enfrentarse contra los Tigres del Licey en la Serie del Caribe. Antes fue campeón en el torneo caribeño con Escogido en 2010, aunque no tuvo turnos por estar lastimado, y en 2012. En ambas ocasiones bajo el mando del piloto Ken Oberkfell.
“Tengo ese historial, pero uno como profesional trata de hacer el trabajo con todos los equipos, aunque siempre hay algo especial en medirse contra Dominicana”.
Zulia y Licey se chocarán el domingo en el Estadio Tomateros, en la última jornada de la primera ronda del torneo.
“Saludé (durante la ceremonia de inauguración) a muchos de los técnicos del Licey, a quienes conozco desde hace mucho tiempo, algunos fueron mis managers, igual que a mi gran amigo (el outfielder) Zoilo Almonte. Pero, tu sabes, una vez que comience el partido, tenemos que ser profesionales”.
Si puede, pasará algún reporte de sus paisanos al cuerpo técnico aguilucho.
“Pero aquí lo más importante es hacer los ajustes rápido porque no has jugado en contra de ellos, nunca las has visto. Todos son de diferentes niveles. Cuba es muy distinto. Hay que ganar todos los días y aprovechar lo que estás viendo, para poder acoplarte a los pitcheos, a la situación de juego”.
Phipps quiere un título y Zulia le abre las puertas a esa posibilidad.
“Un campeonato para Venezuela, para liga”, enfatiza, antes de retar a José Castillo a llevarse la cerca del jardín central, que se extiende a 410 pies del plato, con un batazo.
“No está fácil. No está fácil”, vuelve a sonreír.