Créditos Imagen: Primero de derecha a izquierda, Darío Rivero
José Ángel Rodríguez | Prensa LVBP
Caracas.- Darío Rivero padre, considerado uno de los grandes patrimonios históricos del arbitraje venezolano, falleció el lunes en Barquisimeto, a los 75 años de edad.
Rivero, nacido el 2 de octubre de 1947 en Coro, desarrolló una carrera de 20 temporadas en la Liga Venezolana de Beisbol Profesional, con cinco participaciones en Serie del Caribe, además de una campaña en la Liga Profesional de Beisbol de Panamá y otra en la Liga Profesional de Beisbol Colombiano.
“Darío Rivero representó a una generación de árbitros criollos que pudo hacer el trabajo desde la década de los 80 y se convirtió en referencia”, dijo Amador Montes, gerente general de la LVBP. “Para la liga tener un árbitro como él le dio un nivel importante al espectáculo. Fue muy positivo el trabajo que realizó, porque los que le siguieron aprendieron de él”.
En la extensa lista de aprendices de Rivero, que incluye umpires activos de Grandes Ligas y la pelota rentada local, se encuentra Miguel Hernández, coordinador de umpires de la LVBP.
“Darío fue pieza clave en el desarrollo de muchos árbitros; nunca faltaba un consejo, un regaño, una forma ruda, pero efectiva al expresarse, porque quien lo entendía sabía que era para su bienestar. Fue parte de esa transición cuando llegó Jairo Martínez y Manuel González (primer umpire venezolano en la Gran Carpa) a la LVBP, además de su hijo, Darío Rivero Jr. quien ya tenía algo de experiencia”, expresó Hernández. “Él, Francisco Ramírez y Henry León nos empujaban a quienes estábamos en desarrollo en la extinta Venezuelan Summer League y la Liga Paralela, además de todo lo que hizo en el beisbol federado junto con Jorge Díaz. Definitivamente deja una huella imborrable en muchos de nosotros. Elevo mi oración para el descanso eterno de su alma y mis palabras de condolencias a sus familiares”.
Basta echar un vistazo a la cuenta Instagram del falconiano, adoptado por el estado Lara, para percibir el orgullo paternal que expresaba tanto por sus hijos biológicos: Damary, Darío y Rubén Darío; como por todos aquellos que dejó en los terrenos de beisbol debido a sus enseñanzas y continuos debates sobre las reglas del juego. Uno de ellos fue Jorge Terán, múltiple ganador del premio al Umpire del Año en la LVBP, que tuvo en Rivero a un mentor más allá de lo profesional.
“Su mayor enseñanza fue que siempre afrontara las distintas situaciones en el terreno de juego con firmeza y valentía, pero que también tuviera la habilidad de saber escuchar a los mánagers, coaches o jugadores. También fomentó que en la liga que estuviera trabajando, siempre debía lucir como todo un profesional”, recordó Terán, cuya madrina fue la señora Marina de Rivero, esposa de Darío, fallecida hace algunos años. “En la parte personal, me demostró mucho amor y estuvo pendiente de cada detalle, con regaños y consejos para llevar las riendas de una familia”.
La Junta Directiva de la LVBP, su personal operativo y administrativo, expresan sus sinceras palabras de condolencia, extensivas a sus familiares y compañeros. Paz a su alma.