Craig Stem se ayuda con ajustes y de quienes lo rodean

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Créditos Imagen: Craig Stem Foto: AVS PHOTO REPORT

 

Andriw Sánchez Ruiz | Prensa LVBP

 

Caracas.- En las entrañas de Leones del Caracas ven a Craig Stem como ese tipo de personajes de historietas que se pueden estirar y alcanzar cosas a metros de distancia solo con sus brazos. Le dicen “Rubber Arm”, que en español es “Brazo de Goma”. El mote no se lo ganó por muestras circenses de elasticidad, ni nada parecido. Así se le dice a un pitcher que parece lanzar todos los días sin cansarse.

El manager Mike Rojas pareciera recurrir al espigado estadounidense para todo. Lo puede colocar como preparador, darle el séptimo inning, sacarlo en el sexto capítulo para que aguante a los rivales, pedirle seis outs y hasta 10, como lo hizo este martes en Puerto La Cruz, en el tercer juego de la semifinal contra Caribes de Anzoátegui. Incluso se ha planteado ponerlo a cerrar si Miguel Socolovich no llega a estar disponible.

Stem no tiene problemas. “Nunca dice que no”, comentó alguien del clubhouse. “Pareciera que siempre está listo”. Lo extraño de todo es que no recurre al frío del hielo para aliviar el brazo. “Los trainers nunca lo han visto ponerse hielo, al menos no en el estadio”, continúa la voz. “Son condiciones naturales”.

Desde que debutó con el Caracas, y a la vez en la LVBP, el 29 de noviembre, Stem acumula 37.0 innings, de los cuales tiene 15.0 en los playoffs, fase en la que está inmaculado. No le han hecho carreras limpias. Su efectividad global (sumatoria de ronda regular y playoffs) es de 2.19.

“Sin Stem tal vez no estuviéramos aquí”, comentó Rojas, cuando celebraba el pase a las semifinales, tras vencer a Tigres de Aragua. “Su clave es que siempre ataca la zona. Tiene muy buena recta, slider y split-finger. Es un caballito de batallas”.

Pero hay otros elementos en su éxito con Leones. Se ha fijado en las características de los bateadores del circuito. Eso lo ha convertido en un serpentinero muy distinto a su realidad: Cumplirá cuatro años alejado del beisbol organizado. Viene de lanzar con el Southern Maryland Blue Crabs, de la Atlantic League, circuito independiente.

“Cuando llegué noté que los bateadores aquí son muy agresivos. Me ajusté. Dejé de lanzar más strikes en el primer envío, me puse más fino”, señaló. “Hasta ahora ha resultado”.

Stem también encajó bien en el cuerpo de relevistas del Caracas. Y esa era la idea que tenía el coach de pitcheo Greg Sabat cuando se lo recomendó a la gerencia. El técnico lo había visto en las granjas de Dodgers de Los Ángeles hace más de un lustro.

En Leones, y otras gerencias del beisbol, tanto en tiempos de antaño como en los actuales, tratan de evitar de ver a los lanzadores como entes solitarios, evaluados completamente por su poder en el brazo, habilidades con los quebrados y otros dotes singulares. Ven al bullpen como un equipo de hombres que deben complementarse unos con otros para lograr un impacto positivo.

“No hay que verlos de forma simple y singular”, explica José Manuel Fernández, gerente deportivo del Caracas. “Sabemos cuáles son las características de nuestros brazos. Entendemos que no somos un equipo de rectas potentes, eso no lo hacemos. Todos saben que, por lo menos Socolovich, usa su cambio y colocación, y sorprende con su mezcla. Alejandro Chacín, Francisco Carrillo y Loiger Padrón también tiene un estilo que no depende de la fuerza”.

 

Y VIENE STEM Y LO CAMBVIA TODO

El manager Rojas, el cuerpo técnico y la gerencia saben que al tener un abridor que no viva de la velocidad, mostrar un relevista de similares características y luego soltar a Stem como perro de guerra tienen una ventaja: Desajustan a los bateadores rivales. El estadounidense posee una lisa rápida, al igual que su split y sinker, y mucho vértigo en su slider. Es la gran diferencia en el bullpen de Leones; es el hombre de la fuerza.

“Cuando llega Stem los bateadores rivales tienen tres o cuatro turnos contra pitchers de estilos muy distintos”, continúa el gerente. “Ya los bateadores deben ajustar lo más rápido que puedan su vista y planes. Allí está la diferencia”.

 

STEM ESTÁ DE ACUERDO

“Obviamente me favorece mucho”, asegura al tiempo que trata de agacharse lo más posible para que su 1.96 de estatura no limite la comunicación. “Los muchachos tienen formas de lanzar muy diferentes a la mía. Si me pones allí, después de ellos o entre ellos, resulta ser una buena estrategia”.

Hay otro elemento que ayuda a Stem, y en realidad puede ser el más notable de todos: Su tamaño. Coloque en fila a los siete relevistas derechos que posee el Caracas, incluyéndolo. Él sobresale, y por mucho.

Chacín, José Ascanio, Socolovich, Carlos Quevedo, Carrillo y Loiger no superan el 1.85 de estatura. De hecho, la talla promedio de los seis es de 1.83. Stem supera ese número por 13 centímetros, una diferencia considerable. Eso quiere decir que él tiene un ángulo que ninguno de los otros posee, y el punto en el que suelta la bola es otro aspecto al que deben ajustarse los contrarios cuando lo enfrentan.

“Nosotros no tenemos ángulos computables y esos datos que hay en MLB, pero en este sentido no hay que sobrepensar las cosas”, comenta Fernández. “Su estatura lo ayuda. Todos nuestros relevistas son más o menos parejos, y él es la gran diferencia. Los bateadores deben adaptar la vista a él”.

Es una teoría que se pone a prueba cada noche. Ya pasó el examen de Tigres de Aragua, ahora está con Caribes.

 

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