Créditos Imagen: Foto: Prensa Caribes
Eduardo Acosta | Prensa Caribes de Anzoátegui
Puerto La Cruz.- Caribes, en aquél entonces de Oriente, recibía en el Alfonso “Chico” Carrasquel al cuatro veces campeón, dos de ellas en la década de los noventa, Águilas del Zulia para definir en un juego extra el quinto y último clasificado para el Round Robin de la campaña 1996-1997. Un encuentro de pronósticos reservados.
La novena oriental dejó mejor efectividad (3.17) en ronda eliminatoria que el conjunto zuliano (3.70), sin embargo, tenían mejor ofensiva (.257) que los primeros (.250). Además, contaban con hombres de experiencia de la talla de Carlos Quintana, Lipso Nava y Pedro Castellanos, un factor que, para este tipo de desafíos, es realmente fundamental.
Los jóvenes Caribes, quienes, apenas, disputaban su sexta campaña en la pelota venezolana, solo disponían de una camada de incipientes jugadores que daban sus primeros pasos en la pelota venezolana liderados por Magglio Ordóñez quien, prácticamente, llevó a los indígenas a tan importante desafío por todo lo que hizo en la eliminatoria (.295, 7 HH, 32 CI) y, por si fuera poco, en su haber tenían a, quizás, uno de los mejores managers criollos de todos los tiempos, con comprobado conocimiento, especialmente sobre el equipo rival a quién tituló en par de oportunidades a comienzos de aquella década: Pompeyo Davalillo.
“Pompeyo era un verdadero líder, realmente sabía cómo ganar, pero, sobre todo, sabía cómo tratar a cada uno de los peloteros. De no haber sido por él, no se habría logrado esa primera clasificación”, dijo, con explícita firmeza el ex directivo de la divisa anzoatiguense Pablo Ruggeri, quién recuerda aquella primera gesta de “La Novena Orgullo del Pueblo Oriental”, como era conocido el conjunto aborigen en aquellos días, como una de las más memorables en la historia del club.
“No fue nada fácil alcanzar aquella primera clasificación, tuvimos inconvenientes con algunos jugadores, no teníamos muchas reservas, se perdieron juegos clave, especialmente en las últimas semanas. Pero para suerte de nosotros el Zulia no jugó buena pelota, y eso que contaba con peloteros muy buenos y de experiencia, ésa que no teníamos. Insisto, de no haber sido por Pompeyo, que era la experiencia con la cual contábamos no habríamos logrado la clasificación”, agregó.
Oriente, tras la pausa navideña, dominaba el comodín con ventaja de juego y medio sobre los rapaces, no obstante, en la semana final perdieron par de juegos ante Navegantes del Magallanes y Leones del Caracas, mientras que los marabinos hicieron el trabajo para igualar a los indígenas (23-27), a falta de dos jornadas para culminar la ronda eliminatoria. Águilas le tocaba medirse ante un eliminado Pastora de Occidente, mientras que Caribes le tocaba lo mismo ante Cardenales de Lara, uno de los principales favoritos, en teoría la suerte no le favorecía a los de Davalillo.
No obstante, los orientales le ganaron el primero de la serie a los crepusculares, más no el segundo. Los marabinos vencieron a los lácteos en el día anterior y, para suerte de los anzoatiguenses, el conjunto rapaz cayó en el último día de campaña igualando así el comodín, el cual se definiría en el Alfonso “Chico Carrasquel, debido a que los indígenas habían ganado la serie particular.
El juego
Por segundo año consecutivo el último clasificado al Round Robin bajo la figura de comodín, coincidencialmente, en su segundo año de nacimiento, se definiría en un juego extra. Águilas se hizo con el wild card la campaña anterior ante Pastora, un plus adicional que aumentaba la ventaja sobre Caribes en cuanto a experiencia. No obstante, el decisivo encuentro se definiría en el "Paraíso del Béisbol", escenario donde los indígenas derrotaron en trío de ocasiones a los aguiluchos en la regular.
Apenas la fiesta de año nuevo había culminado, pero eso no impidió al público anzoatiguense llenar completamente el “Chico” para apoyar a los indígenas en su primera prueba de fuego durante sus seis años de existencia. Casey Whitten y el experimentado Heath Haynes eran los brazos por parte de ambas novenas para un choque que se vislumbraba competitivo de principio a fin.
Pero ocurrió lo que nadie esperaba, un racimo de seis carreras, iniciado con un soberbio cuadrangular de Omar Sánchez, con los cuales explotaron a Haynes, quién sólo duró un tercio, causó el furor de los presentes en el Carrasquel, una emoción que terminó de inspirar a unos Caribes que, de allí en adelante, prácticamente, hicieron lo que quisieron ante los zulianos.
“Cómo me gocé ese triunfo”, manifestó, enérgicamente, Alex Delgado, quién había llegado al conjunto oriental en condición de préstamo en la primera semana de diciembre procedente de Águilas del Zulia. “Había sido una temporada para el olvido para mí, jugaba muy poco y eso que venía de mi primer año en las Grandes Ligas, para colmo tuve serias diferencias con el mánager Noé Maduro, no tenía ganas de jugar, de hecho, casi no lo hago. Lo mejor que me pasó, sin duda alguna, fue haber llegado a Caribes y colaborar para que clasificaran por primera vez a la postemporada y, lo que son las cosas, ante las Águilas. Eso fue muy especial para mí, fue una noche muy bonita, de las que más recuerdo con cariño", indicó el ex careta, quién remolcó par de carreras en ése desafío, precisamente en ese rally de seis en la primera entrada.
Pero Delgado, al igual que muchos que tuvieron la oportunidad de observar ese encuentro, recuerda, en forma especial, una jugada que marcó el desafío. A la altura del séptimo, y luego de capturar un fly de José Luis Zambrano, William Pennyfeather realizó un certero tiro a la mascota del careta marabino con el cuál puso out en la goma al corredor Jalah Leach para materializar así un doble play de leyenda e impedir la segunda anotación de los rapaces que aumentó, todavía más, la algarabía de los presentes.
“Sé que aún se habla de esa jugada, tremenda, de las mejores que me tocó ser partícipe. El tiro de Pennyfeather fue excelente, nunca lo perdí de vista, yo sólo concreté el out en la goma, todo lo hizo él. Me emociona todavía recordar esa jugada, así de buena fue”, relató Delgado.
Ese lance fue la guinda al pastel de un choque decidido desde temprano, en el que los indígenas castigaron al pitcheo rapaz con 14 imparables para llevarse la victoria por amplio margen de 14-1 y así ser el quinto clasificado al todos contra todos. Una etapa en la que le fue nada bien al conjunto aborigen (4-12), situación que no decepcionó en su totalidad a Ruggeri, entonces vicepresidente de la organización oriental.
“Nos faltó profundidad, que nunca se tuvo, y mucha experiencia, a pesar de lo que Pompeyo hizo, que fue mucho y, por supuesto, Magglio y todos los muchachos, muy jóvenes en su totalidad. La impresión fue buena, tras esa primera experiencia aprendimos mucho y poco a poco el equipo se convirtió en todo un ganador en esta liga, cosa que me contenta muchísimo”, comentó Ruggeri.
EL principio de cosas buenas
Delgado indicó que aquél triunfo fue el principio de cosas muy buenas para un equipo que, según opinión, seguirá haciendo historia en la pelota venezolana.
“Caribes demostró ese día lo que ha ido y seguirá demostrando por mucho tiempo en Venezuela, que es un equipo que está para grandes cosas. Me complace mucho haber colaborado en su primera clasificación y me hubiera gustado jugar a tiempo completo con ese equipo. Siempre pienso en ello por lo bien que me trataron y por la cantidad de buenos peloteros que fueron desarrollando luego de ese año y que han impulsado a esa organización, una de las mejores del país, por eso no me extraña lo que han alcanzado todos estos años, y lo que falta, ese equipo seguirá ganando y siendo uno de los mejores”.
Así Caribes comenzó la primera de sus veinte clasificaciones a la postemporada hace 25 años dándole así la primera satisfacción a una fanaticada que disfrutó, cual after party de año nuevo, y continúa celebrando de los éxitos de un equipo que se acostumbró a ganar. El resto es historia.